La prueba del ADN salva a Santi
Liberado un joven tras pasar cinco meses en la c¨¢rcel por una denuncia falsa de violaci¨®n
¡°No hice nada y lo he pasado muy mal, la prisi¨®n es otro mundo, ha sido muy agobiante¡±. A Santi Garc¨ªa, de 27 a?os y vecino de Cambrils (Baix Camp), le costaba ayer articular palabra mientras sus padres y familiares le abrazaban sin parar a las puertas de la c¨¢rcel de Tarragona. A ¨²ltima hora de la tarde, tras casi cinco meses en prisi¨®n preventiva, el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Reus decret¨® libertad sin cargos para el joven, al que una chica de su misma edad y de origen colombiano acus¨® de violaci¨®n.
La pesadilla de Santi se inici¨® el 2 de septiembre de 2011 en Cambrils. Esa noche conoci¨® a L. T. C. y a las seis de la ma?ana la acompa?¨® a su casa dando un paseo. Las palabras dejaron paso a las caricias e iniciaron un escarceo sexual echados en la hierba. Sin embargo, seg¨²n la versi¨®n de Santi, ¨¦l mismo decidi¨® frenar la situaci¨®n porque la chica le mordi¨® el pecho y le ara?¨®, y al joven no le gustan este tipo de juegos sexuales.
Acto seguido, cogi¨® un taxi y se fue a dormir, pero a la ma?ana siguiente los Mossos lo arrestaron: la chica hab¨ªa presentado una denuncia por violaci¨®n y por haberle propinado varios golpes. La juez, tras escuchar la versi¨®n de L. T., orden¨® el ingreso del joven en prisi¨®n sin fianza. Despu¨¦s, los forenses examinaron restos de semen de la vagina de la joven, quien trabajaba en un local de intercambio de parejas en Salou. Al final, los resultados dictaminaron que no pertenec¨ªa al acusado. Aun as¨ª, Santi sigui¨® en la c¨¢rcel. ¡°Faltaba la ¨²ltima prueba de ADN, la del semen que encontraron en las bragas, y tambi¨¦n se ha demostrado no es de Santi¡±, afirma su abogado, Pere Sutil. El letrado pedir¨¢ el sobreseimiento del caso. ¡°Todo ha sido un c¨²mulo de desprop¨®sitos. Trabajaba en un restaurante de renombre y ha perdido el empleo por la denuncia¡±, afirma la madre de Santi, Llu?sa Ferrat¨¦. ¡°Hemos pasado las Navidades con su foto presidiendo el sal¨®n. Alguien tendr¨¢ que pagar por todo el sufrimiento ocasionado¡±, dice Anabel Mu?oz, familiar del chico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.