Imputado el director de una escuela de 'gospel' por vejar a sus alumnos
Una veintena de adolescentes denunciaron al profesor en 2009
"Es un hombre carism¨¢tico y manipulador. Te hace creer que ¨¦l es lo m¨¢s importante del mundo, te convence de lo que quiere". Es el relato de una de las presuntas v¨ªctimas de ?scar Alberdi, el director de una escuela de gospel de Barcelona que ha sido imputado por vejar y humillar a sus alumnos; en algunos casos, menores de edad. La exalumna, que prefiere no ser identificada, lleg¨® a la escuela en 2004 para aprender el g¨¦nero musical, y lo que aprendi¨® en realidad es "c¨®mo un hombre as¨ª puede manejar tu voluntad a su antojo".
A finales de 2009, una veintena de alumnos interpusieron una denuncia contra Alberdi, que en los pr¨®ximos d¨ªas, tras una ardua investigaci¨®n policial, declarar¨¢ ante la juez que lleva el caso por los presuntos delitos de coacciones, vejaciones, trato degradante y maltrato psicol¨®gico. Durante a?os, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, el director del Institut de Gospel Barcelona impuso su ley y someti¨® a sus alumnos a situaciones degradantes.
Alberdi, de 47 a?os, pudo llegar a mantener, presuntamente, relaciones consentidas con sus alumnas; alguna de ellas menor de edad, seg¨²n fuentes judiciales. "Tambi¨¦n intent¨® enrollarse conmigo en su casa. Yo le dije que no, porque lo ve¨ªa como a un padre. Entonces me dijo que lo hab¨ªa hecho para comprobar que no estaba enamorada de ¨¦l. Y que la culpa era m¨ªa, por haber ido a su casa, aunque era habitual que nos invitara a ir", relata la v¨ªctima, que durante cinco a?os estuvo, igual que sus compa?eros, fascinada por el profesor de gospel. Seg¨²n los informes periciales aportados a la causa, que avanz¨® El Mundo, el instituto "funcionaba m¨¢s como una secta que como una escuela de m¨²sica".
Situaba a un alumno en mitad de un corrillo para que recibiera insultos
Las humillaciones eran constantes. Una de sus pr¨¢cticas consist¨ªa en situar a un alumno en mitad de un corrillo para que recibiera toda clase de insultos. "Siempre nos dec¨ªa que, si quieres amar a alguien, has de poder odiarle primero. Cuanto m¨¢s desagradables ¨¦ramos con los dem¨¢s, m¨¢s nos aplaud¨ªa. Aunque cuando se trataba de ser cruel, ganaba a cualquiera", rememora la denunciante. "Despu¨¦s, ¨¦l iba a consolar al chico que hab¨ªa sido vejado en p¨²blico y aparec¨ªa como el salvador", a?ade la joven, que entr¨® en la escuela "en una ¨¦poca dif¨ªcil, cuando mis padres se acababan de separar".
La reacci¨®n airada de Alberdi a prop¨®sito de una relaci¨®n sentimental dio a los alumnos la pista sobre el verdadero car¨¢cter de su admirado profesor. Seg¨²n la misma fuente, el imputado lleg¨® a mantener cinco relaciones con alumnas de forma paralela, adem¨¢s de continuar la relaci¨®n "con su novia oficial, esa s¨ª, de su misma edad". Aunque el director no est¨¢ imputado por abusos sexuales, la v¨ªctima considera que las relaciones, aunque consentidas, fueron fruto de un abuso de poder. "?l cog¨ªa a las chicas para la escuela con 13 o 14 a?os. Y se liaba con ellas cuando eran ya mayores".
Nos pon¨ªa a reflexionar durante una hora sobre un puntito de la pared"
Alberdi era odiado y amado al mismo tiempo por sus alumnos, temerosos de sufrir represalias si algo no sal¨ªa como el maestro esperaba. Los conciertos eran frecuentes -se llegaban a celebrar tres por semana- y algunos de ellos se celebraban en parroquias de barrio. Las v¨ªctimas denuncian que el director les obligaba a acudir a misa. Pese a ser protagonistas de los conciertos, los alumnos tambi¨¦n deb¨ªan abonar, animados por su director, el precio de la entrada.
En ocasiones, el imputado llevaba su liderazgo y su poder de manipulaci¨®n hacia situaciones absurdas. "Nos hac¨ªa ir por la calle diciendo 'soy una ameba'. Nos pon¨ªa a reflexionar durante una hora sobre un puntito de la pared. O nos obligaba a contar las baldosas alrededor de una catedral", rememora esa misma v¨ªctima.
La personalidad "narcisista" de Alberdi le llev¨® a hacer de su vida el centro de todas las dem¨¢s. En una ocasi¨®n, denuncian las v¨ªctimas, pidi¨® a sus alumnos que le ayudaran a pintar un inmueble de Barcelona que deb¨ªa ser una sala de ensayos y que ¨¦l acab¨® usando como vivienda. El director recriminaba a los suyos por su aspecto f¨ªsico y montaba en c¨®lera cuando alguno de ellos no le invitaba a su fiesta de cumplea?os. Seg¨²n los informes periciales, fomentaba el sentimiento de pertenencia al grupo y aprovechaba la situaci¨®n de especial vulnerabilidad de sus chicos -la mayor¨ªa, adolescentes- para aislarles de su entorno.
El Institut de Gospel no es propiamente una coral, sino una entidad dedicada a "dar a conocer este g¨¦nero musical", seg¨²n su p¨¢gina web. Lleg¨® a tener 250 alumnos, pero solo los que formaban parte del c¨ªrculo m¨¢s cercano de Alberdi sufrieron las vejaciones, seg¨²n fuentes del caso. La titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 14 de Barcelona, Cristina Ferrando, ya ha tomado declaraci¨®n a algunas de las v¨ªctimas y en los pr¨®ximos d¨ªas har¨¢ lo propio con Alberdi, que a?os atr¨¢s hab¨ªa organizado clases de gospel, como actividad extraescolar, en institutos p¨²blicos de Barcelona.
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