Chac¨®n y los tab¨²es nacionalistas

Mujer, rompedora, joven y catalana. Demasiado para el PSOE, seg¨²n se ha visto. Carme Chac¨®n ha sido la primera ministra de Defensa en Espa?a. Ha dado seriamente la batalla para dirigir el socialismo espa?ol cuatro meses despu¨¦s de haber aplazado el intento de ser la primera candidata socialista a la presidencia del Gobierno. Pero puede optar a serlo en las pr¨®ximas elecciones generales, o las siguientes, porque su trayectoria y su edad se lo permiten. Si lo lograra y luego derrotara al PP se convertir¨ªa en la primera mujer presidenta de un Gobierno de Espa?a. Un hito hist¨®rico. Y en la primera figura pol¨ªtica catalana al frente del Consejo de Ministros desde el siglo XIX. Otro hito hist¨®rico. El cuento de la lechera, s¨ª.

En el 38? congreso del PSOE ha vuelto a funcionar la inercia del eje Sevilla-Bilbao, aunque en este caso convertido en un reflejo conservador del statu quo interno, lo contrario de lo que fue en Suresnes al final del franquismo, cuando representaba la apuesta joven y modernizadora frente a la direcci¨®n de Rodolfo Llopis. Aunque el PSC ha acompa?ado a Chac¨®n en su apuesta para la secretar¨ªa general del PSOE, no puede decirse que la suya fuera propiamente una candidatura catalana o de los socialistas catalanes. No. La aventura de Chac¨®n es, sobre todo, una apuesta personal que conecta con una buena parte del socialismo espa?ol, surge de ¨¦l y lo expresa. Ella es catalana, s¨ª. Y como tal surge de una parte de Catalu?a, la de la mezcla entre aut¨®ctonos e inmigrantes, que es sociol¨®gicamente mayoritaria en el pa¨ªs y no se siente acomplejada por los tab¨²es de la versi¨®n pujolista del nacionalismo catal¨¢n, entre los que se cuenta el de considerar el Gobierno de Espa?a coto privado del nacionalismo espa?ol y, por tanto, ajeno a Catalu?a cuando no enemigo.

La larga hegemon¨ªa del pujolismo cre¨® la ficci¨®n de que la renuncia a participar en la gobernaci¨®n de Espa?a es algo inherente a la condici¨®n de los catalanes, o una inevitable consecuencia de la malquerencia de los pol¨ªticos espa?oles, pero eso no es m¨¢s que una expresi¨®n del modelo pol¨ªtico de CiU, basado en la dial¨¦ctica del enemigo exterior. No es ni siquiera la tradici¨®n del nacionalismo catal¨¢n. Tanto el nacionalismo dirigido por Francesc Camb¨® como el de Francesc Maci¨¤ dieron otros enfoques a esta cuesti¨®n.

Chac¨®n es una expresi¨®n del protagonismo social de los catalanes de origen inmigrante, en primera o segunda generaci¨®n

Chac¨®n es una expresi¨®n del protagonismo social de los catalanes de origen inmigrante, en primera o segunda generaci¨®n, l¨®gica consecuencia de una realidad demogr¨¢fica que se manifiesta en m¨²ltiples aspectos. Tambi¨¦n en la composici¨®n del personal pol¨ªtico. Jos¨¦ Montilla fue el primer presidente de la Generalitat surgido de la inmigraci¨®n. Ahora mismo, el ministro catal¨¢n en el Gobierno de Espa?a es uno de los hermanos Fern¨¢ndez D¨ªaz, Jorge, nacido en Valladolid. Y el otro Fern¨¢ndez D¨ªaz, Alberto, ¨¦l nacido ya en Barcelona, es quien tiene la llave de la mayor¨ªa en el Ayuntamiento de Barcelona. Los ejemplos se multiplican en todos los campos de la vida colectiva.

La existencia de esa Catalu?a comprometida hasta el fondo en la pol¨ªtica espa?ola como algo propio se refleja tambi¨¦n, c¨®mo no, en el socialismo catal¨¢n. Pero hay varias ideas acerca de c¨®mo el PSC debe canalizar org¨¢nicamente este compromiso. Y as¨ª como una parte del PSOE tuvo una sensaci¨®n de alivio cuando se conoci¨® la derrota de Chac¨®n, tambi¨¦n una parte del PSC vive aliviada por la victoria de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Mejor cada uno en su casa, piensan esas dos partes.

El nuevo secretario general del PSOE expres¨®, con la finura que le caracteriza, el papel del socialista espa?ol que, como Pujol, pero a la inversa, considera que los catalanes, por encima de todo, se ocupan de lo suyo, y se sobrentiende que lo suyo es lo catal¨¢n y no lo espa?ol, y esta es raz¨®n como para no confiarles ciertas cosas de Espa?a. Es lo que manifestaba en TVE antes del congreso al hacer el recuento de sus apoyos y los de Chac¨®n y dar por supuesto que los delegados del PSC estaban todos, claro est¨¢, con Chac¨®n.

O sea, que Chac¨®n ha estado a punto de romper, adem¨¢s de un techo de cristal, dos tab¨²es nacionalistas, uno espa?ol y otro catal¨¢n, y est¨¢ abierta la posibilidad de que lo vuelva a intentar en las pr¨®ximas elecciones generales.