Galicia chosca
Los congresos de PSOE y BNG han descubierto un nuevo bipartidismo: el de dentro del mismo partido
Para los que vemos mal, para los choscos, conducir de noche no es precisamente una delicia. Si adem¨¢s nos toca hacerlo en Galicia por carreteras secundarias mal se?alizadas (algo as¨ª como el 90%) o por autopistas defectuosas (puede que aqu¨ª lleguemos al 100%), la cosa incluso se complica. Esto no es nada que no puedan arreglar unas gafas bien graduadas, unas lentillas o una buena operaci¨®n con rayo l¨¢ser a tiempo, por supuesto. Lo que pasa es que la crisis (o la hecatombe o la barbarie o como quiera que se llame esto) deja su huella en todas partes y, como no pod¨ªa ser menos, tambi¨¦n en la seguridad vial. No s¨¦ si se habr¨¢n fijado ustedes, pero ¨²ltimamente se ven muchos m¨¢s coches con un faro fundido. Ello s¨®lo puede ser debido al descenso del poder adquisitivo. Hasta que no se fundan los dos, siempre se le puede llorar al picoleto: ¡°?Se habr¨¢ fundido ahora mismo, agente¡!¡± As¨ª las cosas, tanto al chosco como al que tiene vista de ¨¢guila no les queda m¨¢s remedio que ir adivinando qu¨¦ tipo de veh¨ªculo viene de frente o aparece en el retrovisor: ?es una moto?, ?un platillo volante?, ?tal vez un coche chosco? En este ¨²ltimo caso, con tanto faro escarallado, lo dif¨ªcil es averiguar si es el izquierdo o el derecho el que no funciona. ?Un dilema que nos puede costar la vida!
?Izquierda? ?Derecha? Esto suena familiar. Es una bipolaridad (f¨ªsica y tambi¨¦n mental) an¨¢loga a la simetr¨ªa del cuerpo humano: dos orejas, dos manos, dos cejas, dos pies, dos hemisferios cerebrales, dos¡ Bueno, eso, que tenemos un par de muchas cosas y un solo h¨ªgado para ponernos enfermos de ¨¦l. Y en esto lleg¨® el bipartidismo an¨¢logo. No nos llegaba con dos partidos pol¨ªticos de ¨¢mbito estatal, altern¨¢ndose inmisericordes en las urnas, as¨ª que tuvimos que seguir dividiendo por dos. Los resultados de los congresos, asambleas o como se llamen, del BNG por aqu¨ª y del PSOE por all¨¢, lo confirman: no se podr¨¢ hablar de divisi¨®n, pero s¨ª de tendencias repartidas fifty/fifty. Bipartidismo dentro de un solo partido, para entendernos. As¨ª es muy dif¨ªcil distinguir entre el faro izquierdo y el faro derecho y la conducci¨®n se nos complica. El faro de un coche chosco se estropea porque algo se le ha dividido espont¨¢neamente: un cable, un filamento¡ El que sigue operativo nos da para seguir tirando. Aunque tenga las mismas posibilidades de que algo se le divida (un Baltar en Ourense o una ultraderecha en la Comunidad de Madrid, por ejemplo), al final resiste unido lo suficiente para iluminar al electorado en el camino de vuelta al redil. Prietas las filas y firme el adem¨¢n, por supuesto, pero suficientemente sumiso al golpe de Estado financiero internacional con la inestimable complicidad y languidez de sus antecesores en el cargo, que ya empezaron en su momento el trasvase de fondos p¨²blicos a bancos y cajas de ahorros por doquier.
No hace falta llevar el coche al taller para saber que es el faro izquierdo el que no funciona. Y tampoco tiene muchas ganas de arreglarse. Un Rubalcaba apagado propone la revisi¨®n del concordato con el Vaticano en vez de la abolici¨®n pura y dura para ahorrarnos unos cuartos. Al mismo tiempo su partido, por muchas subdivisiones que padezca, permanece unido en la defensa de la Corona, por muchos documentos secretos que desclasifique la diplomacia alemana o los negocios familiares se paseen por los juzgados. Sorprende tambi¨¦n (o no) la noticia, dada en voz baja, de la paralizaci¨®n tras el 23-F (?de 1981!) de una incipiente investigaci¨®n sobre los cr¨ªmenes que, tras la guerra civil, cometi¨® uno solo de los bandos. Y, por si fuera poco, nadie cuestiona el presupuesto de Defensa y la participaci¨®n espa?ola en conflictos tan sospechosos como Libia o Afganist¨¢n. Como los dos faros de un coche son iguales, si uno deja de funcionar, el otro hace su servicio, tanto si se le deja donde est¨¢ como si se le cambia al otro lado. Pero aunque la cantidad de luz sea la misma, los dem¨¢s veh¨ªculos pueden confundir el derecho con el izquierdo. Peligro. De ah¨ª que, en Galicia, y en el mundo, hayamos optado por la visi¨®n del c¨ªclope chosco que, visto lo no visto, es la tendencia general.
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