Reforma budista en la Sierra
Un tradicional chal¨¦ veraniego de granito se transforma en una vivienda ligera y luminosa
Cuando los arquitectos la vieron por primera vez era la t¨ªpica casa de la Sierra madrile?a. Por fuera, tejado a dos aguas, muros de granito y esas m¨ªticas contraventanas met¨¢licas verdes. Por dentro, la casa ¡°era m¨¢s oscura que la boca de un lobo¡±: estaba toda forrada de ¡°maderita¡±, las puertas eran de cuarterones, los pomos de hierro forjado, los muebles, castellanos y macizos, las habitaciones, peque?as¡ ¡°Puro estilo Todo-Sierra¡±, bromean Pablo Fern¨¢ndez y Pablo Redondo, que juntos forman el estudio Arquipablos y han transformado aquella casa pintoresca, anticuada y algo rancia en otra cosa. En otra casa, de hecho: luminosa, flexible, abierta, ligera. Y eso que no han podido tocar el exterior, protegido por la normativa. ¡°Ha sido una reforma budista¡±, dicen los arquitectos, ¡°una transformaci¨®n desde dentro¡±. Su obra demuestra que ¡°es posible transformar la esencia de una edificaci¨®n manteniendo su presencia¡±.
?Mirando la fachada de espaldas a un imponente bosque de pinos, la casa no parece haber cambiado tanto. Ah¨ª siguen la pizarra y el granito ¡°llagueado a dedo¡±, es decir, con los bloques de piedra remarcados por un surco en el mortero, como muy de castillo. Est¨¢ m¨¢s limpia, eso s¨ª, las carpinter¨ªas met¨¢licas son m¨ªnimas, no hay persianas, cortinas, ni, por supuesto, contraventanas verdes. ¡°Esa obsesi¨®n por cerrar lo m¨¢s posible las casas de la Sierra para que sean calentitas ya no tiene sentido. Lo importante es habitarlas para aprovechar la inercia t¨¦rmica de sus muros de 60 cent¨ªmetros¡±. El norte de Madrid est¨¢ sembrado de chal¨¦s parecidos que, construidos en su mayor¨ªa entre finales del siglo XIX y mediados del XX, emulan con materiales locales estilos vern¨¢culos no necesariamente propios, como el chal¨¦ alpino suizo o el caser¨ªo vasco. Este en concreto es bastante discreto, fue levantando en los a?os cuarenta, y forma parte de una colonia de veraneo a las afueras de Cercedilla, promovida a partir de 1917 por el ingeniero Jos¨¦ de Aguinaga, director del Sindicato de Iniciativas del Guadarrama. ¡°La casa siempre tuvo esta apariencia de solidez, pero, por dentro, la ejecuci¨®n era algo pobre, se notaba la posguerra¡±, dicen los arquitectos, cuya primera y radical decisi¨®n fue vaciar completamente el caparaz¨®n de piedra, incluido el muro de carga (¡°de chichinabo¡±) que la sustentaba. Sostener la carcasa mientras se sustitu¨ªa el interior por otro nuevo fue lo m¨¢s complejo de la obra, que redistribuy¨® los espacios desaprovechados: donde antes hab¨ªa un garaje, una planta habitable y un desv¨¢n, ahora hay tres acogedoras plantas de vivienda. Una casa nueva en una c¨¢scara antigua.
En el centro del edificio los Arquipablos colocaron un enorme mueble de ecol¨®gica mader¨¢ de bamb¨². ¡°Es el coraz¨®n de la casa; contiene la escalera, proporciona la luz, la flexibilidad, el almacenaje y sobre todo abre el espacio y permite la comunicaci¨®n entre las habitaciones¡±. Por sus huecos cae el sol de los lucernarios del techo y, gracias a sus balcones de cristal, el padre de familia que cocina en el bajo puede echar un ojo al ni?o que juega en la buhardilla o hablar con la madre que lee en el dormitorio. Un sistema de puertas correderas va descubriendo armarios empotrados. Cuando la puertas se abren permiten que dos habitaciones compartan una misma ventana, cuando se cierran, ofrecen la privacidad necesaria de un dormitorio. Con los paneles abiertos, las habitaciones se duplican y triplican como en un juego de espejos; el ocupante no siente que est¨¢ encerrado en un cuartito, sino que habita todo el espacio al tiempo, los tres pisos de golpe y de una fachada a otra. Los arquitectos se han abstenido de colocar falsos techos, dejando la divertida chapa de forjado a la vista. Y en toda la casa, no hay un solo pomo.
¡°?Ha cambiado la vida desde hace dos generaciones? Poco¡±. Se preguntan los arquitectos llamados Pablo, que por ello han hecho una casa dotada de las ¡°herramientas de transformaci¨®n necesarias para que sus habitantes ¡°la completen y manipulen a su gusto¡±. Un concepto muy avanzado, que de entre todos los sitios vive en una casa de piedra encaramada desde hace m¨¢s de medio siglo a una roca de la sierra de Madrid.
Casa en cercedilla
Autores: Pablo Fern¨¢ndez y Pablo Redondo (www.arquipablos.com)
Obra: reformada de 2009 a 2011 sobre una obra de los a?os cuarenta.
Estilo: exterior tradicional serrano, interior contempor¨¢neo.
Funci¨®n: chal¨¦ de veraneo
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