La mujer m¨¢s poderosa de Catalu?a
La dependencia de Converg¨¨ncia i Uni¨® respecto al Partido Popular permite a Alicia S¨¢nchez-Camacho apoyar y fustigar a Artur Mas al mismo tiempo
Una de las pocas demandas con las que Alicia S¨¢nchez-Camacho se present¨® en el Parlament en su toma de posesi¨®n como diputada, el primer d¨ªa de la legislatura, fue la de sentarse, junto a los suyos, exactamente en el centro del hemiciclo. Hasta entonces el PP hab¨ªa estado relegado a una bancada lateral, lejos del encuadre de las c¨¢maras. Y es que el emplazamiento del Grupo Parlamentario Popular las pasadas legislaturas era una pura met¨¢fora del papel que ocupaba en la sociedad catalana en tiempos de pactos de izquierda y de nacionalistas que acud¨ªan al notario para renegar de cualquier pacto con el PP. Como a los ni?os que se portan mal, los otros partidos se hab¨ªan puesto de acuerdo para enviar al PP al rinc¨®n de pensar.
Ha pasado un a?o y S¨¢nchez-Camacho puede presumir de haber devuelto el Partido Popular de Catalu?a no solo al centro del hemiciclo, sino tambi¨¦n al de la vida pol¨ªtica. No hay decisi¨®n de calado del Gobierno catal¨¢n que no se consulte de una u otra forma con la presidenta del PP. Ayudada por la crisis econ¨®mica, por el hundimiento de la izquierda y poseedora de una habilidad pol¨ªtica que todos sus rivales le reconocen se ha convertido en la mujer que m¨¢s manda en Catalu?a. Y eso que ni se sienta en el Consell Executiu ni tiene cargo alguno m¨¢s all¨¢ de presidir el grupo popular del Parlament, con solo 18 diputados. S¨¢nchez-Camacho, ¡°Alicia, la jefa¡± como la suelen llamar sus colaboradores, se pasea por el Parlament con una sonrisa orgullosa que exaspera a sus rivales. Los dirigentes de CiU, especialmente los m¨¢s soberanistas, lo soportan como pueden. Y es que ha tenido que llegar al Gobierno el nacionalismo aparentemente m¨¢s soberanista para que la ¨²ltima decisi¨®n en casi todo acabara pasando por el PP, toda una novedad en el panorama pol¨ªtico catal¨¢n.
Con el Gobierno m¨¢s soberanista de CiU, la ¨²ltima palabra la tiene el PP
S¨¢nchez-Camacho no tiene, en el fondo, gran margen de maniobra, pero lo aprovecha como nadie. El Partido Popular de Catalu?a sabe que tiene que apoyar a CiU en minor¨ªa mientras los nacionalistas den, como lo est¨¢n haciendo, apoyo a las medidas m¨¢s impopulares del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Sin embargo, el PP catal¨¢n y S¨¢nchez Camacho se permiten un radicalismo verbal contra el Gobierno de CiU que para nada se visualiza despu¨¦s en su acci¨®n de gobierno. A cada amenaza de dejar colgado a Artur Mas, llega despu¨¦s una votaci¨®n a favor de las medidas del Gobierno. A cada insinuaci¨®n de que no habr¨¢ m¨¢s apoyos si CiU no las acepta como socio preferente ¡ªy ¨²nico¡ª le sigue un apoyo cerrado en cualquier asunto que refleja la situaci¨®n de minor¨ªa de la izquierda. S¨¢nchez-Camacho es oposici¨®n en lo verbal y gobierno en lo real, mantiene la oposici¨®n. Y ella se encuentra c¨®moda. Su car¨¢cter extrovertido y un tono de voz que resalta cualquier exceso vienen siempre acompa?ados de una parafernalia que le ayuda a destacar ¡ªincluso a exagerar¡ª su verdadero poder. Nadie como ella sabe en el Parlament forzar la foto con el consejero de turno o incluso con el presidente cuando es necesario. La semana que ahora comienza promete ser prol¨ªfica en estos gestos. Salvo imprevisto, el PP permitir¨¢ la aprobaci¨®n definitiva de los presupuestos este mi¨¦rcoles. Eso s¨ª, S¨¢nchez-Camacho har¨¢ sudar antes la gota gorda a CiU.
S¨¢nchez-Camacho es oposici¨®n en lo verbal y gobierno en lo real, seg¨²n la oposici¨®n
Cada una de sus exigencias descuadra m¨¢s el presupuesto que Andreu Mas-Colell hab¨ªa confeccionado ya sobre previsiones de imposible cumplimiento. Cada tasa que pide rebajar va acompa?ada de la petici¨®n de destinar m¨¢s dinero a alguno de los Ayuntamientos que gobierna el PP o a asociaciones como la de v¨ªctimas del terrorismo. Nadie sabe si despu¨¦s podr¨¢n cumplirse estos presupuestos, pero, de entrada, S¨¢nchez-Camacho ha conseguido enviar a los suyos un mensaje de suficiencia como nunca hab¨ªa tenido el PP. A los rivales ¡ªo socios¡ª de CiU les manda otro recado: ni se les ocurra tratar de hacer algo sin consultarlo antes con ella. Si lo hacen, pasa lo que ha pasado con el canon del agua que CiU se sac¨® del bolsillo a ¨²ltima hora de la negociaci¨®n presupuestaria la semana pasada: se acaba corrigiendo incluso antes de ver la luz. S¨¢nchez-Camacho tiene otra ventaja: nadie en el entorno de Artur Mas parece dispuesto a contrariarla en estos momentos. La dependencia es demasiado grande. Ni siquiera se atreven recordarle lo incongruente que resulta que ella pida rebajas de impuestos y tasas en Catalu?a mientras que su partido los sube en toda Espa?a. S¨ª le lleva la contraria el otro dirigente de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, aunque por algo bien distinto. Con sus repetidas entrevistas con ministros de Rajoy, S¨¢nchez-Camacho se ha atrevido a presentarse como la ¡°interlocutora natural¡± entre Catalu?a y el Gobierno, una parcela que Duran se hab¨ªa autoasignado hace ya muchos meses.
Cada una de sus exigencias descuadra m¨¢s el presupuesto de Mas-Colell
A la virreina de Rajoy en Barcelona no le importa lo que digan sobre ella. Madre soltera y extremadamente presumida, est¨¢ acostumbrada a las cr¨ªticas. Es m¨¢s, juega sus cartas como nadie. En el Parlament muchos de sus rivales aseguran saber con qu¨¦ ¨¢nimo llega a la sesi¨®n con solo ver su vestido. ¡°Cuando llega de blanco o de rojo es que la quiere liar¡±, dice un diputado de CiU. Puede que en esta visi¨®n haya algo de machismo, pero lo cierto es que S¨¢nchez-Camacho sabe jugar sus armas en las distancias cortas e incluso sonrojar a los hombres con los que le toca negociar.
Nadie como ella sabe forzar la foto con un consejero o con el presidente
Dentro de su partido consigue moverse con igual facilidad. Rajoy la se?al¨® para dirigir el PP catal¨¢n en un intento de poner fin a las luchas intestinas que amenazaban con dividir el partido. En la sede de la formaci¨®n en la calle de Urgell de Barcelona se dice que S¨¢nchez-Camacho incluso ha sido capaz de acotar el poder que hist¨®ricamente han tenido en la delegaci¨®n regional del PP los hermanos Fern¨¢ndez D¨ªaz (Jorge y Alberto). La presidenta del PP ha conseguido transmitir la sensaci¨®n de que controla el partido, algo que nunca lograron sus dos antecesores, Daniel Sirera y Josep Piqu¨¦. Sus aspiraciones no tienen l¨ªmites. Rajoy no la ha querido ahora como ministra, pero nadie en el PP la descarta para una futura reforma del Gobierno.
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