Jondo hasta en lo banal
Jos¨¦ Merc¨¦ ha alcanzado un estatus que roza la perfecci¨®n del cante y lo ha demostrado en el Palau
Jos¨¦ Merc¨¦ volvi¨® a pasar por Barcelona como un hurac¨¢n, arras¨¢ndolo todo a su paso. Es su norma, siempre sucede igual y tampoco esta vez fue diferente. ?xito apabullante, atronador y, sobre todo, merecido. El de Jerez ha alcanzado un estatus que roza la perfecci¨®n del cante. Su voz es un aut¨¦ntico l¨¢tigo que doblega cualquier sentimiento, de la angustia a la alegr¨ªa desbordada. Y puede permitirse el lujo de dejar la tradici¨®n de lado, penetrar en campos ajenos al flamenco sin perder la jondura y, lo que es m¨¢s importante, arrastrar al p¨²blico con ¨¦l. Un p¨²blico que no se pregunta sobre lo que est¨¢ escuchando, simplemente lo vive. As¨ª sucedi¨® en el Palau de la M¨²sica de Barcelona el s¨¢bado por la noche: ?hay alguien por esos escenarios del mundo capaz de salir de lo m¨¢s jondo y profundo y, sin soluci¨®n de continuidad, poner a todos los presentes a cantar el estribillo de una canci¨®n de Aute? Al alba son¨® el s¨¢bado deslumbrante en la voz del cantaor sobre el eco (inusual en estos casos) de las 2.000 gargantas que le acompa?aban. Jondo hasta en lo banal.
Ante un Palau de la M¨²sica abarrotado, Jos¨¦ Merc¨¦ volvi¨® a presentarse impecablemente vestido de negro y blandiendo su plateada melena casi como una provocaci¨®n. Antes de comenzar a cantar tuvo un emocionado recuerdo para su guitarrista de tantos a?os, el gran Mora¨ªto Chico, recientemente fallecido. Emoci¨®n llevada al m¨¢ximo ya que su silla la ha ocupado precisamente su hijo, Diego del Morao, un joven y brillante guitarrista cargado de ideas que a todo lo largo de la velada demostr¨® que ocupaba aquel lugar por m¨¦ritos propios y no solo por su apellido.
Jos¨¦ Merc¨¦
Palau de la M¨²sica. Barcelona, 11 de febrero
Jos¨¦ y Diego, mano a mano, se fueron inmediatamente a buscar las ra¨ªces. Y el Palau tembl¨® con malague?as, sole¨¢s y seguidillas. Media hora de emoci¨®n en estado puro antes de que se incorporaran el resto de los m¨²sicos (otra guitarra, teclados, bajo, dos percusionistas y cinco palmeros cantantes) para abrir la tanda de lo que el mismo Merc¨¦ define como flamenco abierto.
El cantaor jerezano centr¨® esa segunda parte del concierto en su primer disco de ¨¦xito, Del amanecer, de 1998. Ah¨ª se mezclaron alegr¨ªas, fandangos y buler¨ªas con adaptaciones tan sentidas como la mencionada de Aute o un Volver absolutamente arrollador que propuls¨® al cantaor hasta el borde del escenario cantando sin micr¨®fono y hasta marc¨¢ndose unos sentidos pasos de baile.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.