?De qu¨¦ se r¨ªen?
La derecha no parar¨¢ hasta no equiparar laboralmente a todos los trabajadores con el ¨²ltimo eslab¨®n de la cadena
Si usted hubiera ca¨ªdo en un pozo y le preguntasen qu¨¦ estar¨ªa dispuesto a hacer para salir, es posible que ofreciera su vivienda y sus m¨¢s queridas posesiones con tal de salir del agujero. ?Pero es justo legalizar esta extorsi¨®n? Por eso, cuando alguien les pregunte qu¨¦ estar¨ªan dispuestos a hacer para conservar su empleo o para conseguir un puesto de trabajo, debe tener mucho cuidado porque la respuesta puede ser utilizada en su contra. Con la crisis como arma de destrucci¨®n masiva apuntando a nuestro cerebro, nos preguntan qu¨¦ estar¨ªamos dispuestos a hacer para seguir sobreviviendo. Y las respuestas forzadas, extorsionadas hasta el l¨ªmite, se convierten en argumentos de autoridad contra los derechos laborales conquistados con mucho esfuerzo y tes¨®n.
Es mejor esto que nada, nos dicen, y apelan al que est¨¢ m¨¢s bajo en la escala laboral. ?Qui¨¦n ha dicho que la derecha defiende los privilegios? Muy al contrario, han elaborado una curiosa tesis seg¨²n la cual los sectores privilegiados no son los que poseen grandes fortunas sino una casta de trabajadores con empleo estable y salario digno con los que es preciso terminar. Ya les hemos o¨ªdo desprestigiar a profesores, sanitarios y funcionarios, con el silencio c¨®mplice de una parte de la sociedad que no sabe lo peligroso que es el juego de confrontar unos trabajadores con otros. ?Qui¨¦n ha dicho que la derecha no es igualitaria? Estoy segura de que no parar¨¢n hasta no equiparar laboralmente a todos los trabajadores con el ¨²ltimo eslab¨®n de la cadena.
Rajoy nos cuenta un chiste malo en el Congreso. Dice que su reforma laboral hace perder poder a los empresarios y a los trabajadores por igual, y a sus respectivas organizaciones. Sin embargo, no hay una sola l¨ªnea que avale esta equidistancia, este sacrificio com¨²n del que se habla. Los trabajadores no solo van a perder dos terceras partes de su indemnizaci¨®n por despido, sino que a partir de este momento el empresario podr¨¢ bajarles el salario, cambiar el horario laboral sin negociaci¨®n o desplazarlos a Pernambuco. Si a los trabajadores les quedaban pocos instrumentos para la defensa de sus derechos, con esta reforma se produce un verdadero traspaso de poder hacia el empresariado. ?Contrapartidas? Absolutamente ninguna. Esta reforma se escribe con la tinta de los viejos dictados, de las aspiraciones del empresariado m¨¢s antiguo de nuestro pa¨ªs, que sigue empe?ado en que su ¨²nica forma de obtener ganancias no es incorporar tecnolog¨ªa e innovar el proceso productivo, sino abaratar la mano de obra, incluso la m¨¢s cualificada.
Para demostrar que no se trata de un proyecto solo econ¨®mico sino todo un cambio ideol¨®gico, el ministro de Educaci¨®n y asignaturas afines ¡ªverdadero pisacharcos del Gobierno y la voz de la FAES¡ª, Jos¨¦ Ignacio Wert, se ha reunido con ¡°un selecto grupo de representantes del tejido productivo espa?ol¡± (sic), para consensuar la definici¨®n de los empresarios en los futuros manuales de la asignatura que sustituir¨¢ a Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Seg¨²n confirman en el ministerio, los empresarios estaban muy descontentos con los manuales actuales porque en su opini¨®n ¡°demonizan la actividad empresarial y denigran al capitalismo¡±. No s¨¦ qu¨¦ libros han consultado, pero ellos se sienten atacados por las referencias a las multinacionales y, especialmente, a las organizaciones obreras. Les prometo que la noticia es absolutamente cierta y que el ministerio ya ha consensuado un nuevo tratamiento que no ha trascendido pero que vendr¨¢ a alabar las virtudes del libre mercado y la aportaci¨®n de las grandes empresas al bienestar social. Como ven, no se trata solo de cambiar la Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, sino de alterar la ense?anza de Econom¨ªa y de Historia. Por todo esto, los representantes de la CEOE no pueden controlar la risa floja que les provoca esta reforma laboral. Una risa ben¨¦fica y angelical que los de arriba prodigan a los de abajo cuando los han vencido.
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