Ni tan chico ni tan de barrio
Burning regresan a los escenarios liderados por el ¨²nico superviviente de la formaci¨®n original Johnny Cifuentes rememora los comienzos de la banda conocida como ¡®los Stones de La Elipa¡¯
Johnny Cifuentes ni naci¨® ni creci¨® en La Elipa, en contra de la creencia popular. Se cri¨® en Carabanchel, cerca de la boca del metro de Oporto. Pero sigue usando gafas de rock, pantalones estrechos y chupa de cuero. Aunque ya no es un chico de barrio. Ni ganas. Fumando en el hueco de un portal, con la cerveza apoyada en equilibrio sobre una barandilla, el miembro m¨¢s antiguo de Burning, y ¨²nico superviviente de la formaci¨®n original, habla de m¨²sica y de m¨²sicos. De autenticidad y emociones.
Ni rastro de demagogia suburbial en un hombre de pelo cano, m¨¢s delgado que en los a?os ochenta, casado y con dos hijas mayores que vive en un chal¨¦ en una pulcra localidad a las afueras de la capital. ¡°Yo empec¨¦ a currar a los 14 a?os vendiendo piezas para taxis porque mi viejo era taxista. Pero luego me dediqu¨¦ al rock y al blues, y ¨¦l dej¨® de hablarme. No lo hizo hasta su muerte¡±.
Johnny Cifuentes, que regenta un bonito bar de rock en una anodina calle del barrio de Bat¨¢n, lleva 38 a?os militando en Burning. Descubri¨® la m¨²sica ¡°fardona¡± por casualidad un poco antes. Le regalaron ¡°un disco peque?ito de esos de F¨®rmula V o uno de esos grupos y dentro se hab¨ªan equivocado y hab¨ªa un single de los Doors. Flip¨¦. Y hasta ahora¡±. Se junt¨® con unos tipos y empez¨® a ensayar. En el local contiguo tocaban unos chavales ¡ªestos s¨ª, de La Elipa¡ª casi tan macarras como ¨¦l. Entre ellos estaba Pepe Risi, fallecido ¡°por un exceso de rock¡± en 1997. Risi ¡ª¡°un tipo con energ¨ªa y duende hasta cuando estaba hecho polvo¡±¡ª escuch¨® a Cifuentes al otro lado de la pared. Le dijo que ten¨ªan los mismos gustos stonianos y que deber¨ªa pasarse a su banda. Johnny sospecha que lo hizo para aprovecharse del equipo de voces ¡°cojonudo¡± que ten¨ªa. ¡°C¨®mprate un piano y vente con nosotros¡±, fue el pacto.
Pero Cifuentes no solo no ten¨ªa un piano. Tampoco ten¨ªa la menor idea de c¨®mo tocarlo. Por una casualidad no muy bien aclarada, consigui¨® que le diese clases un monje catal¨¢n que estaba haciendo la mili en Madrid. ¡°Jaume, se llamaba y se dedicaba a ser monje, t¨ªo¡±, subraya ahora Johnny, mientras por los altavoces suena Una noche sin ti. Entonces Johnny hace un inciso y reconoce que sus propios temas le siguen emocionando. Y parece cierto. Tararea y golpea la mesa de madera cerrando los ojos. Con pasi¨®n.
Burning grab¨® su primer sencillo en ingl¨¦s. Pero aquello no pod¨ªa durar mucho: ¡°No ten¨ªamos ni idea de ingl¨¦s, me gustar¨ªa que lo pillase un traductor, se iba a descojonar. Nada ten¨ªa sentido¡±. Despu¨¦s llegar¨ªa el ¨¦xito con Qu¨¦ hace una chica como t¨² en un sitio como este, que ¡°fue un encargo total, hasta el t¨ªtulo¡± y los a?os en un piso de Torrej¨®n donde se consum¨ªa alcohol y drogas, pero tambi¨¦n se compon¨ªa en la cocina con tres sillas y una guitarra. ¡°?Eso mola t¨ªo, rep¨ªtelo!¡±, fue el grito de guerra con el que surgieron el segundo y tercer disco de los madrile?os. Nunca discutieron a pesar de los estragos de la hero¨ªna.
As¨ª surgieron las caracter¨ªsticas canciones burnianas con sus frecuentes frases pol¨ªticamente incorrectas. ¡°Las letras eran molonas, no se trataba de ser machista sino de ser el m¨¢s chulo. En alguna radiof¨®rmula nos censuraron y sonaba piii cuando dec¨ªamos aquello de ¡®de rodillas por detr¨¢s, es como te gusta m¨¢s¡¯. Pero ¨¦ramos muy inocentes¡±. De repente, todo cambi¨®: ¡°?ramos unos chavales de barrio bebiendo absenta y hablando con Eduardo Haro Ibars¡±.
¡°Busco la emotividad, tocar rabiosamente eso que sientes y transmitir, t¨ªo¡±, dice ahora con su caracter¨ªstica voz entre suave y rasposa, a pocas horas de regresar a los escenarios madrile?os. Un sitio especial. ¡°El sitio que te pari¨®, t¨ªo¡±. Madrid fue el t¨ªtulo del primer disco de Burning y Madrid es la diana de sus frecuentes regresos a las tablas. En esta ocasi¨®n, el directo es el preludio a la grabaci¨®n de su 16? trabajo de estudio. Un disco con el sugerente t¨ªtulo de D¨¦jalo que sangre, ¡°aunque, t¨ªo, en serio, no tiene nada que ver con el Let it bleed de los Stones¡±, dice muy convencido Johnny, que tocar¨¢ varias canciones nuevas en la sala Pen¨¦lope y que publicita algunos de esos nuevos temas diciendo: ¡°Molan, t¨ªo. Molan¡±.
Los conciertos de Burning tienen ahora un algo de concentraci¨®n generacional. De aquel grupo de rock crudo, incluso de glam-rock, que viv¨ªa completamente inmerso en el carrusel de la hero¨ªna ¡ª¡°Lou Reed era como un dios¡±¡ª han pasado a una banda muy solvente que tiene dificultades para elaborar una lista de 24 canciones sin dejar fuera alg¨²n tema ¡°esencial¡± para los aficionados. ¡°Pero no hay que tocar todos los hits, no hay que darle al p¨²blico todo el bocata¡±, revela el m¨²sico, que concede que los conciertos son una reuni¨®n ¡°de padres e hijos¡±.
Johnny ya no es un chico de barrio. Pero en su bar, sigue siendo el m¨¢s chulo.
Burning act¨²a hoy a las 20.30 en la sala Pen¨¦lope; 25 euros en taquilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.