El sembrador de vientos

Hace unos d¨ªas, el presidente del principal partido de la oposici¨®n, I?igo Urkullu, declar¨® en rueda de prensa, a preguntas de los periodistas que, en su opini¨®n, Euskadi estaba en ¡°riesgo inminente de quiebra¡±. Una afirmaci¨®n que, por su contundencia, dej¨® perplejos a la ciudadan¨ªa vasca y los agentes sociales; y caus¨® profunda preocupaci¨®n en el Gobierno vasco y los partidos pol¨ªticos de Euskadi, empezando por el PNV. Todos entendieron que lo dicho por el se?or Urkullu da?aba la credibilidad de Euskadi, porque lanzaba una sombra de duda sobre la solidez de nuestra econom¨ªa, nuestras instituciones y nuestro mercado laboral, a escala nacional e internacional.

De nada ha valido que el Gobierno vasco explicara de forma detallada, y con datos ante los medios de comunicaci¨®n que la situaci¨®n financiera de Euskadi es s¨®lida, que este Gobierno paga mejor y m¨¢s rapidamente a sus proveedores (como tambi¨¦n reconocen los empresarios vascos), que nuestro nivel de endeudamiento es el m¨¢s bajo del conjunto de las comunidades aut¨®nomas y que, lejos de estar al borde de la quiebra (como, igualmente, aseguran nuestros empresarios), estamos en v¨ªsperas de la recuperaci¨®n econ¨®mica. De nada ha valido todo eso, porque tanto Urkullu como otros dirigentes del PNV han vuelto a enrocarse en el peligroso juego de agitar peligros de cat¨¢strofe inexistentes.

Y no deja de sorprender que el mismo partido que, desde las Diputaciones, triplic¨® las solicitudes de aplazamiento de pagos al Gobierno vasco con respecto a las que se cursaron con los anteriores Gobiernos de Ibarretxe sea precisamente el que acuse al Ejecutivo de Patxi L¨®pez de poner al pa¨ªs al borde de la quiebra. Algo que, por otra parte, casa muy mal con el hecho de que el mismo d¨ªa en que se produc¨ªan las desafortunadas declaraciones del se?or Urkullu, el Gobierno vasco conced¨ªa a las Diputaciones forales un aplazamiento de pago por importe de 310 millones de euros, con cargo a la primera aportaci¨®n del a?o.

Y es todav¨ªa m¨¢s sangrante que quienes hostigan al Gobierno vasco por su ¡°mala gesti¨®n¡± sean precisamente quienes, desde los entes forales, aplazaron el pasado a?o pagos de deudas a sus contribuyentes por valor de 550 millones de euros, m¨¢s de la mitad de lo que en 2011 supuso la caida de la recaudaci¨®n.

Es sangrante que quienes hostigan al Gobierno vasco sean quienes han aplazado deudas por 550 millones

Con esta forma de proceder, el PNV trata de crear la sensaci¨®n de que, con el Gobierno socialista y con el lehendakari Patxi L¨®pez, Euskadi se hunde. Pero la realidad, que es terca, desmiente al se?or Urkullu y a los actuales dirigentes del PNV. Porque este pa¨ªs, con el liderazgo del actual Gobierno, est¨¢ resistiendo la crisis de una manera ejemplar. Nuestro tejido productivo est¨¢ avanzando en su apuesta por la internacionalizaci¨®n y las exportaciones crecen a dos d¨ªgitos; nuestro nivel de paro es similar al de Francia y la mitad que la media estatal y estamos desarrollando pol¨ªticas activas de empleo de acuerdo con los agentes sociales; el a?o pasado tuvimos los mejores datos de turismo de la historia y somos la comunidad aut¨®noma que presenta un mayor gasto por persona en educaci¨®n, sanidad p¨²blica y ayudas sociales.

Y, adem¨¢s, lejos de cejar en su empe?o por las constantes ca¨ªdas en la recaudaci¨®n de las Diputaciones forales y por las dificultades de la econom¨ªa internacional, el Gobierno vasco est¨¢ apostando por hacer m¨¢s con menos. Por hacer que cada euro del presupuesto sirva para defender servicios p¨²blicos esenciales, ayudar a nuestro tejido productivo y poner un muro de contenci¨®n a la destrucci¨®n del empleo. Por proteger a las personas m¨¢s d¨¦biles. Por seguir mejorando Euskadi.

Y se equivoca tambi¨¦n el PNV si cree que, con esta tormenta en un vaso de agua que ha desatado el Gobierno socialista de Euskadi y el partido que le sustenta nos vamos a olvidar de debates tan necesarios para el futuro de nuestro pa¨ªs como el de las pol¨ªticas fiscales que hay que desarrollar en el futuro para sostener, con los recursos apropiados, las prestaciones sociales. O el de la mejora de nuestro entramado institucional para eliminar duplicidades e ineficiencias, cuyo ¨²nico efecto es el de dilap¨¬dar recursos p¨²blicos, como est¨¢ ocurriendo actualmente.

No ha conseguido ninguno de estos objetivos, como la actualidad pol¨ªtica de Euskadi se empe?a en demostrar. Lo que s¨ª ha conseguido el se?or Urkullu con su pol¨ªtica del ¡°cuanto peor, mejor¡± es hacernos ver cu¨¢l es la pol¨ªtica anticrisis que defiende para este pa¨ªs, y la que aplicar¨ªa si volviera a gobernar: encarecer las matr¨ªculas universitarias, las tasas acad¨¦micas, los billetes de tren, metro y tranv¨ªa, Sanidad ¡ª?mediante el copago?¡ª, compra de vivienda¡­ La pol¨ªtica, ya conocida, de cargar exclusivamente sobre las espaldas de los trabajadores y las clases medias de Euskadi los gastos para sostener los servicios p¨²blicos y el bienestar de la ciudadan¨ªa.

?sta es la alternativa que I?igo Urkullu ofrece en su blog al acuerdo institucional sobre fiscalidad y combate al fraude fiscal que el lehendakari y su Gobierno vienen liderando para mantener las pol¨ªticas sociales. ?ste es, en definitiva, el modelo de salida de la crisis que quiere I?igo Urkullu para Euskadi: el de Mariano Rajoy y el de Artur Mas al frente de sus respectivos Gobiernos. El que est¨¢n aplicando de com¨²n acuerdo la derecha nacional del PP y la hermana ideol¨®gico del PNV, que es la derecha nacionalista de CiU. El que est¨¢ basado en los recortes y el desmantelamiento del Estado de bienestar.

?Menos mal que tenemos en Euskadi un lehendakari socialista al frente de un Gobierno de progreso que ha hecho de las pol¨ªticas sociales una se?a de identidad! ?Y menos mal que la sociedad vasca es lo suficientemente madura como para saber que quien siembra vientos no recoge votos, sino tempestades! Creo que algo de esto le puede ocurrir a I?igo Urkullu, que ha empezado muy mal su campa?a electoral, cuando todav¨ªa no toca.

Jos¨¦ Antonio Pastor es parlamentario y portavoz del PSE-EE.