El retorno de un experimentador
La viuda de Nicholas Ray presenta en la Alh¨®ndiga el filme que surgi¨® de la relaci¨®n con sus alumnos La restauraci¨®n celebra el centenario del director
Susan Schwartz era una estudiante de la Universidad de Chicago reci¨¦n entrada en la mayor¨ªa de edad cuando su vida se cruz¨® con la del cineasta Nicholas Ray, que entonces ten¨ªa 58 a?os. Convertida poco despu¨¦s en su cuarta esposa, permaneci¨® a su lado hasta que en 1979, una d¨¦cada despu¨¦s, un c¨¢ncer acab¨® con la vida del director de Rebelde sin causa.
Susan Ray fue testigo del rodaje de la ¨²ltima pel¨ªcula de su marido, We Can¡¯t Go Home Again ¡ª¡°Nunca volveremos a casa¡±¡ª, una obra experimental que dej¨® inconclusa, y la art¨ªfice de su restauraci¨®n y finalizaci¨®n, que ayer present¨® en la Alh¨®ndiga de Bilbao. We Can¡¯t Go Home Again ha sido recuperada, tras m¨¢s de 30 a?os de abandono, para conmemorar el centenario del nacimiento de Ray.
We Can¡¯t Go Home Again fue un proyecto rodado en los primeros a?os setenta con los alumnos del Harpur College, en Binghamton, Nueva York, en el que Ray se encarn¨® a s¨ª mismo debatiendo con los estudiantes sobre politica, identidad o cine.
Ocho a?os despu¨¦s del estreno de 55 d¨ªas en Pek¨ªn (1963), un Ray minado por el alcohol iniciaba una etapa como profesor, experimentando tambi¨¦n una intensa relaci¨®n con sus disc¨ªpulos. ¡°Era un grupo de gente que trabaj¨® much¨ªsimo. Pasaban todo el d¨ªa juntos, se fijaban en las mismas cosas, discut¨ªan¡±, recuerda la viuda del director. ¡°Es la historia de dos generaciones en un momento particular en la historia de nuestro pa¨ªs, entre una generaci¨®n comprometida y la preocupaci¨®n por el bienestar social y otra m¨¢s egoc¨¦ntrica¡±, a?ade.
El director dej¨® inconcluso el filme rodado a principios de los a?os setenta
Susan Ray no cree que la pel¨ªcula sea el legado cinematogr¨¢fico de su marido o una obra m¨¢s personal que las grandes pel¨ªculas que realiz¨® en Hollywood. ¡°Su trabajo tiene una continuidad. Todas sus pel¨ªculas conforman su legado. Su ¨²ltima obra no surge de la nada, sino que est¨¢ en conexi¨®n con obras hechas 20 a?os atr¨¢s¡±, dec¨ªa ayer.
El cine era la vida de Ray. ¡°Era para ¨¦l una manera de vivir¡±, recuerda su viuda. ¡°Una manera de entenderse a s¨ª mismo y al mundo que le rodeaba¡±. La pel¨ªcula utiliza las proyecciones simult¨¢neas sobre la pantalla y manipula el color con el uso de la tecnolog¨ªa de lo que entonces era el v¨ªdeo de vanguardia.
Durante el rodaje de su ¨²ltima pel¨ªcula Ray entr¨® en contacto con Nam June Paik, el artista coreano pionero del videoarte. Los sintetizadores que empleaba Nam June Paik permitieron a Ray ir jugando con los colores en la pel¨ªcula.
¡°Los avances t¨¦cnicos le atra¨ªan much¨ªsimo, pero advert¨ªa que la tecnolog¨ªa pod¨ªa ser peligrosa si se convert¨ªa en una forma de consumo¡±, explica su viuda. ¡°Utiliz¨® los sintetizadores como si fuera un pintor, un expresionista abstracto, que llevaba el color a las im¨¢genes¡±.
La pel¨ªcula fue hecha con poco dinero y escasos conocimientos por parte de los estudiantes. ¡°Tiene emoci¨®n, talento, sensibilidad. ?La riqueza est¨¢ solo en las cosas materiales?¡±, pregunta la viuda. La restauraci¨®n consisti¨® en una limpieza de la pel¨ªcula sin a?adir im¨¢genes ni borrar las huellas del trabajo artesanal, y en la renovaci¨®n de la banda sonora.
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