Fuxan os Ventos, la voz del pueblo

El lunes 12 de octubre de 2009, con las fiestas de San Froil¨¢n ya en los ¨²ltimos suspiros, hacia las nueve de la noche, una multitud convocada por Fuxan os Ventos se fue concentrando en la plaza Horta do Seminario, a poco m¨¢s de cien metros de la muralla de Lugo. Muchos ¨¦ramos hombres y mujeres de sesenta o m¨¢s a?os, o peligrosamente cerca de ellos, pero pronto fuimos viendo que tambi¨¦n llegaban nuestros hijos y nuestros nietos, o los que podr¨ªan serlo por edad. En la memoria de los m¨¢s viejos estaban, naturalmente, los a?os de hace cincuenta a?os, o de hace treinta: un concierto en cierto pueblo de A Mari?a, una reuni¨®n en no recuerdo qu¨¦ local de ensayo, una conversaci¨®n con Mini y con su padre, una carcajada de Tareixa Novo, un dicho del cura Mato, la furgoneta de Amable... Una naci¨®n antifranquista y galleguista quer¨ªa ponerse en pie, y Fuxan os Ventos era su voz, alegre y triste, nost¨¢lgica y combativa...

?Y de pronto Fuxan os Ventos iban a cantar de nuevo en la plaza nueva de la Horta do Seminario de Lugo. No en un escenario improvisado en el remolque de un tractor en cualquier parroquia de la Monta?a, sino en una moderna estructura esc¨¦nica, con un sonido afinad¨ªsimo y una espl¨¦ndida luz, como acto cumbre y broche de oro de las fiestas de San Froil¨¢n de Lugo, la ciudad donde han nacido y trabajado y luchado en las m¨¢s dif¨ªciles condiciones las mozas y mozos entusiastas que han hecho de Fuxan os Ventos el fen¨®meno m¨¢s trascendental de la canci¨®n popular gallega de nuestro tiempo. Que es un tiempo ya bastante largo.

Y comenz¨® la fiesta. All¨ª estaban los viejos amigos y sus amigos nuevos. Tareixa y Moncho queridos, tan ¨ªntimos de nosotros. Ah, la voz de Tareixa, cristal duro y dulce miel, cosa casi inhumana por ang¨¦lica. Las palabras robustas de nuestro buen Manuel Mar¨ªa. Las m¨²sicas antiguas que jam¨¢s envejecen glorificaron la noche de Lugo, y los miles de personas ¡ªviejos, medianos, j¨®venes y ni?os¡ª que est¨¢bamos en la Horta do Seminario, por distintas razones y todas ellas buenas, supimos o quedamos confirmados en que Fuxan os Ventos fue una gran historia, y sigue siendo historia abierta, porque ellos fueron la voz m¨¢s popular de la nueva canci¨®n gallega, porque ellos son el nombre m¨ªtico, la palabra sagrada, y porque despu¨¦s de tantos a?os estaban all¨ª, en aquel nuevo escenario, rodeados y o¨ªdos y amados por muchos miles de personas que aquella noche m¨¢gica entr¨¢bamos con ellos en la Terra de So?os, tierra de sue?os, que as¨ª se titulaba su reaparici¨®n en los escenarios. Y entonces yo empec¨¦ a darme cuenta, con un incendio en el coraz¨®n y un nudo en la garganta, que aquellas palabras, Tierra de So?os, me recordaban algo. Y de pronto ellos, Fuxan os Ventos, empezaron a cantar coralmente una canci¨®n que dec¨ªa ¡°Entrando en terra de so?os / ¨ªan os so?os cantando¡±, y resultaba que los versos de la canci¨®n los hab¨ªa escrito yo hac¨ªa m¨¢s de cuarenta a?os...

Y a¨²n seguimos so?ado, vosotros y yo, esa tierra nueva. Helos ah¨ª, mis hermanas y mis hermanos, en la escalera del palco de la m¨²sica de Lugo, por donde subiera no pocas veces el buen Xo¨¢n Montes. Por encima de ellos y de nosotros han pasado y nevado muchos a?os. Pero una cosa es cierta: nadie con m¨¢s derecho que Fuxan os Ventos puede decir, con palabras de aquella otra antigua canci¨®n, ¡°eu son a voz do pobo¡±. La voz del pueblo.