Los burgueses de Valencia
¡°La Valencia de 1860 es una plaza en auge y numerosos negociantes disponen de almacenes, tiendas de vara, despachos con toda clase de mercader¨ªas¡±
Hace ciento cincuenta a?os, Valencia era una ciudad burguesa. ?Qu¨¦ adjetivo es ese? El burgu¨¦s es un tipo que tiene alguna agencia, alguna empresa, preferentemente industrial o comercial, en la que emplea operarios: es su raz¨®n de ser y su raz¨®n social. Con ella, con esa f¨¢brica o con esa oficina, compite en el mercado de g¨¦neros y efectos.
La Valencia de 1860 es una plaza en auge y numerosos negociantes disponen de almacenes, tiendas de vara, despachos con toda clase de mercader¨ªas. Unas pocas familias, las opulentas, las distinguidas, viven en barrios selectos como el cuartel del Mar. Residen en mansiones de varias plantas con rica decoraci¨®n y con aristocr¨¢ticos voladizos. Crece el n¨²mero de hogares con agua corriente y a sus palacios de mucho ringorrango se accede ya por calles empedradas.
El viajero que llegaba a la localidad o que consultaba las gu¨ªas o manuales pod¨ªa informarse del esplendor mercantil. Los buenos burgueses del municipio rivalizaban en buen gusto. Eran los amos de sociedades de mucho tr¨¢fico, de f¨¢bricas, de manufacturas, de negocios pr¨®speros. La vida de la urbe era un tumulto de capitales y de beneficios. Y se notaba: las calles se adecentaban, los viejos edificios se derru¨ªan o se rehac¨ªan, los jardines aumentaban. La muralla se abatir¨¢: hab¨ªa que aventar, hab¨ªa que dar respiro a una ciudad que se asfixiaba con los hedores de la fabricaci¨®n y de la descomposici¨®n.
El auge de la localidad era imparable y el tr¨¢nsito vial tambi¨¦n lo reflejaba. Los coches de la gente adinerada marchaban tirados por caballer¨ªas elegantes. Esos carruajes serv¨ªan para desplazarse con agilidad, con el dinamismo de los nuevos tiempos; y serv¨ªan tambi¨¦n para pasear a las damas, para lucirlas como prendas. As¨ª eran¡ ?C¨®mo viv¨ªan aquellos ciudadanos de post¨ªn, aquellos varones de levita y buenos pa?os? ?Se parecen en algo a nosotros?
Perm¨ªtanme unos instantes de publicidad. Ustedes me perdonar¨¢n. Anaclet Pons y yo mismo hemos escrito un volumen que hemos titulado Los triunfos del burgu¨¦s. Se presenta ma?ana jueves y estamos razonablemente satisfechos, qu¨¦ quieren. Narramos c¨®mo eran los valencianos distinguidos y en qu¨¦ nos identificamos: si es que hay algo que nos asemeje. Pero narramos tambi¨¦n su forma de mirar, de morir; su manera de vivir en una ciudad que estaba en el mapa y que ciertos grabados nos la pintan ajetreada y humeante. Lo que no siempre muestran es la bullanga popular, el malestar.
Cuando echamos un vistazo al presente, a veces sentimos congoja: ciertos emprendedores de hoy parecen renunciar al ahorro para confiar en el despilfarro. Aquellos burgueses sab¨ªan d¨®nde estaban los beneficios y el patrimonio.
No s¨¦ qu¨¦ Valencia dejaremos nosotros. Tenemos mucho rumbo. O no.
http://blogs.elpais.com/presente-continuo/
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