L¨¢stima que termin¨®
Galicia no vivi¨® la guerra en sentido estricto. Aqu¨ª empez¨® en el 36 lo que en otros sitios ocurri¨® tras el 39
Termina el Entroido y empieza la Cuaresma. Algunos entroidos pequenosa¨²n se celebran este fin de semana pero ya estamos en ¨¦poca de ayuno y en pleno calvario hacia un G¨®lgota ignoto. Nos quedan 40 d¨ªas de preparaci¨®n para la pasi¨®n y la crucifixi¨®n, con los agravantes de la falta de fe y las escasas posibilidades de ver de nuevo la luz el Domingo de Resurrecci¨®n. Nos han hecho la Pascua antes de que llegue.
?Del discurso eternamente optimista de Zapatero, por lo menos hasta casi el final de su mandato, hemos pasado al dramatismo apocal¨ªptico de Rajoy (un redactor de EL PA?S lo calificaba de churchiliano: promete sangre, sudor y l¨¢grimas). Se justifica as¨ª el descenso a los infiernos sin parada en el purgatorio, una vez negada su existencia por la nueva teolog¨ªa vaticana. Y espanta bastante esta nueva sinceridad ultraliberal y neocon al ib¨¦rico modo. Nos pilla de sorpresa; el triunfalismo ha sido signo de identidad en todos los gobiernos espa?oles: desde el de Franco hasta el del citado Zapatero, pasando por el de Felipe Gonz¨¢lez prometiendo 800.000 puesto de trabajo, que ahora casi suenan a guasa, y el de Aznar fotografi¨¢ndose en las Azores antes de entrar en una guerra con Irak que nos dejar¨ªa ping¨¹es beneficios a la hora de la reconstrucci¨®n. Bien es verdad que nunca nos hemos fiado del todo y la mosca no ha parado de crecer detr¨¢s de la oreja: frente al discurso oficial est¨¢ el de la calle, menos optimista.
Por ello quiz¨¢ sea bueno recordar el chiste de Franco recibiendo a su ministro de Econom¨ªa y disponi¨¦ndose a escuchar una noticia buena y otra mala: ¡°La noticia buena, Excelencia, es que si las cosas siguen as¨ª, pronto comeremos mierda¡±. ¡°?Caramba!¡±, exclama Franco, ¡°?y cu¨¢l es la mala?¡±. ¡°Pues que pensamos que no va a haber mierda para todos¡±, responde el ministro. En otras palabras: las cosas han estado mal muchas veces y solo hemos vivido un espejismo intermitente, tanto en la democracia org¨¢nica, que inevitablemente ol¨ªa fatal, como en la inorg¨¢nica, que se nos deshace entre los dedos como un terr¨®n de arena.
Pero en medio de este batiburrillo de contrarreformas, polic¨ªas zumbando a la chavalada que protesta porque pasa fr¨ªo en el instituto, imparables flujos de pasta p¨²blica para que los ejecutivos de los bancos sigan cobrando lo que nunca se vio, despilfarros para olimpiadas madrile?as y duques imputados sin sus duquesas, algo muy importante, especialmente para Galicia, se nos va quedando en el tintero. La separaci¨®n de la carrera judicial del juez Garz¨®n deja una vez m¨¢s aparcado el tema de los cr¨ªmenes cometidos despu¨¦s de la guerra civil. Dec¨ªamos que especialmente para Galicia, porque este pa¨ªs no vivi¨® la guerra en sentido estricto: lo que ocurri¨® en otros sitios despu¨¦s del 39, aqu¨ª empez¨® en el 36. Una omert¨¢ de 76 a?os se rompi¨® con las hist¨®ricas primeras declaraciones en el Tribunal Supremo de familiares de las v¨ªctimas durante el juicio al ya exsuperjuez. El min¨²sculo alivio dur¨® solo un par de d¨ªas y dej¨® alguna inc¨®gnita m¨¢s. La m¨¢s sorprendente, sin duda, es la paralizaci¨®n de una primera protoinvestigaci¨®n tras el golpe del 23-F hace ahora 31 a?os. Al menos para un servidor, aquel intento de desenterrar cad¨¢veres de las cunetas durante la transici¨®n era absolutamente desconocido. ?Qui¨¦n lo llevaba a cabo y c¨®mo, cu¨¢ndo o d¨®nde empez¨®? Si alguien pretend¨ªa acabar con las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, no parece esta la mejor manera.
El Entroido estuvo prohibido 40 a?os, aunque en Galicia no dej¨® de celebrarse por las aldeas. Quiz¨¢ era la ¨²nica forma de liberarse de aquella letan¨ªa que muchos de ustedes recordar¨¢n: ¡°De lo que se habla en casa, no se dice ni una palabra fuera, ?eh?¡±. Ese silencio, sin ley escrita, continu¨® rugiendo tras la muerte de Franco. El t¨ªmido intento reciente de bajar el nivel de decibelios en el Supremo ha resultado in¨²til: volvemos al silencio ensordecedor. Fin del Entroido como en el show de Porky Pig: ¡°?L¨¢stima que termin¨® el festival de hoy! Pronto volveremos con¡ ?M¨¢s diversiones!¡±. Esto ¨²ltimo, por supuesto, es una iron¨ªa para sobrevivir a la dura Cuaresma que se nos viene encima.
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