Nubarrones sobre el Gij¨®n
El m¨ªtico caf¨¦ pierde el quiosco de su terraza en el paseo de Recoletos. Otra compa?¨ªa se ha hecho con la concesi¨®n en un concurso. Los trabajadores temen por la continuidad de la hist¨®rica sede de las tertulias
La incertidumbre acecha el futuro del Caf¨¦ Gij¨®n. La concesi¨®n municipal que asign¨® durante d¨¦cadas a la empresa propietaria un quiosco en el contiguo paseo de Recoletos, ha caducado. Y una compa?¨ªa distinta de la actual ha obtenido la contrata por 15 a?os, prorrogables hasta 75, como mejor postora en un reciente concurso. Los trabajadores temen que el hist¨®rico caf¨¦, separado de su quiosco, no podr¨¢ mantener las 42 n¨®minas que hoy tiene. ¡°Ah¨ª es donde reside el negocio¡±, dice su portavoz Jos¨¦ B¨¢rcena.
Por su parte, una portavoz municipal del ¨¢rea de Distritos argumenta que ¡°la norma aplicada para la nueva concesi¨®n del quiosco del bulevar ha sido la usual para estos asuntos¡±. Y a?ade: ¡°Las caracter¨ªsticas del concurso solo han variado en funci¨®n del aumento de los precios de los valores catastrales del suelo del paseo, ya que la anterior concesi¨®n se hab¨ªa prorrogado dos a?os m¨¢s de los 10 que hasta ahora duraba¡±, explica. Pero anuncia: ¡°Se abre al Gij¨®n la oportunidad de disponer de una terraza en una zona cercana del mismo bulevar¡±. Esta alternativa, una terraza de 100 metros cuadrados situada bulevar abajo, frente a los 174 metros cuadrados del quiosco actual, no incluye cocina ni cafeter¨ªa.
As¨ª pues, una empresa distinta de la del Gij¨®n, Endre Santa Engracia SL, relacionada con la que se ha hecho con las concesiones de quioscos de Madrid R¨ªo, ofreci¨® por el templete que ocupaba el Gij¨®n en el paseo de Recoletos 144.500 euros, m¨¢s del doble de los 70.000 que ofert¨® la propietaria del caf¨¦. El nuevo precio de salida fijado ha sido de 65.000 euros.
El caf¨¦ madrile?o funciona ininterrumpidamente en Madrid, en el mismo enclave, desde su fundaci¨®n en 1888 por Gumersindo Garc¨ªa, un gijon¨¦s indiano que hizo fortuna en Am¨¦rica. Desde entonces, los veladores veteados de m¨¢rmol negro del interior del caf¨¦ Gij¨®n han ido siendo ocupados por sucesivas generaciones de hombres y mujeres de letras o ciencias llegados del ancho mundo de la cultura o simplemente en busca de nombrad¨ªa. En ocasiones han consumido m¨¢s de 1.500 caf¨¦s al d¨ªa.
Dos espacios y tres reformas
El Caf¨¦ Gij¨®n consta de dos espacios. El exterior, con una treintena de mesas con mobiliario met¨¢lico y un quiosco que vertebra su terraza; y el interior, decorado con paneles de roble, veladores marm¨®reos, siller¨ªa de madera y suelo jaquelado con baldosas granates y blancas. La fachada, en m¨¢rmol beige, consta de tres grandes ventanales. Hasta tres grandes reformas arquitect¨®nicas se acometieron en su interior: la primera a cargo de Luis Laorga en la segunda d¨¦cada del siglo XX; otra en 1948 por obra de Carlos Arniches Molt¨®; y una tercera, ideada por el arquitecto Francisco de Inza, que convirti¨® la antigua bodega en restaurante abovedado de ladrillo visto.
Jos¨¦ B¨¢rcena es el cronista oficial del centenario caf¨¦ madrile?o, en el que ejerce simult¨¢neamente funciones de relaciones p¨²blicas y, desde hace 38 a?os, de camarero. Nacido en Lavapi¨¦s, muestra un profundo amor por el caf¨¦ sobre el que ha escrito media docena de libros y decenas de art¨ªculos de prensa.
Evoca visitas de personajes como Truman Capote, Orson Welles o Ava Gardner. ¡°Lo curioso del Gij¨®n¡±, dice, ¡°es la querencia de espacios concretos por parte de los asiduos del caf¨¦, que se agrupan en tertulias basadas en afinidades intelectuales, profesionales, est¨¦ticas o ¨¦ticas¡±.
En el velador del primer ventanal de la fachada, donde escrib¨ªa hasta altas horas de la noche el dramaturgo Enrique Jardiel Poncela, sesiona desde casi siempre la Tertulia de los c¨®micos o de Manuel Vicent, formada, entre otros, por el actor desaparecido Manuel Alexandre, ?lvaro de Luna y Jos¨¦ Luis Coll. Frente a la barra se ha reunido durante d¨¦cadas la Tertulia matinal de pintores, donde sesionaban Juan Barjola, Cirilo Mart¨ªnez Novillo, Manuel Mampaso y Cristino, hermano escultor de Maruja Mallo y, seg¨²n Jos¨¦ B¨¢rcena, ¡°uno de los personajes m¨¢s ingeniosos de cuantos tertuliaban en el Gij¨®n¡±.
En el centro mismo del caf¨¦ ¡°tuvo su tertulia el general Agust¨ªn Mu?oz Grandes, vicepresidente del Gobierno de Franco, que acud¨ªa rodeado de generales¡±, explica B¨¢rcena. Como contrapunto ideol¨®gico, junto a esos mismos veladores se reun¨ªa por la noche el cineasta Antonio Artero con exponentes de la izquierda como Jos¨¦ Antonio Labordeta.
Al norte del caf¨¦ tuvieron tertulia el periodista y escritor C¨¦sar Gonz¨¢lez Ruano y el Nobel Camilo Jos¨¦ Cela, no lejos de la de los llamados barralianos, por el editor Carlos Barral, con asiduos como Antonio Ferres, Jos¨¦ Jan¨¦s, Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso o la periodista Pepa Bueno. Al lado se aposent¨® la pe?a de los Mecenas del cine, con Juan de Ordu?a, Rafael Azcona, Luis Garc¨ªa Berlanga, Fernando Rey o Fernando Fern¨¢n G¨®mez.
Quiz¨¢ la m¨¢s c¨¦lebre es la Tertulia de los poetas, vertebrada en su origen alrededor de Gerardo Diego y que se re¨²ne cada martes entre los dos ventanales a la derecha de la fachada. La frecuentaron Antonio Buero Vallejo, Gloria Fuertes, Jos¨¦ Garc¨ªa Nieto, Leopoldo de Luis, Rafael Montesinos o Pedro de Lorenzo. En mesas cercanas tertuliaron Ignacio Aldecoa, Juan Garc¨ªa Hortelano, Rafael S¨¢nchez Ferlosio y Carmen Mart¨ªn Gaite. Precisamente, ella fue una de las primeras galardonadas con el Premio de novela corta Caf¨¦ Gij¨®n, creado en 1949 por el actor Fernando Fern¨¢n G¨®mez. La cercan¨ªa del teatro Mar¨ªa Guerrero hizo que centenares de actores, actrices, figurantes y tramoyistas convirtieran el Gij¨®n en su tercer domicilio. Hasta en los pasillos se formaban tertulias como la que aproximaba al poeta Jos¨¦ Hierro al actor Juan Diego. Personajes como Alfonso, veterano cerillero; Crist¨®bal Bal¨ªa, vendedor ambulante de versos; Liberto, que declamaba encima de una mesa; Timotea Conde, madame Piment¨®n, temperamental cantante del Teatro Real... jalonaron el discurrir de un lugar, fundido en la historia Madrid, que hoy contiene la respiraci¨®n para encarar su futuro.
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