L¨®pez forzar¨¢ a trav¨¦s del PSE el debate de sus iniciativas fiscales en las Juntas

El lehendakari, Patxi L¨®pez, dio ayer muestras claras de no cejar en la batalla que, poco a poco, ha conseguido imponer en la agenda y convertir en un eje y distintivo de su discurso pol¨ªtico: la necesidad de que el Gobierno tenga poder para decidir sobre el modo de aumentar los ingresos, toda vez que es el que asume el 70% del gasto p¨²blico del pa¨ªs y el que sufre en ese mismo porcentaje la ca¨ªda de la recaudaci¨®n por las tres Diputaciones.

Ayer hizo dos anuncios en la sesi¨®n de control durante sendos debates con los parlamentarios de Aralar, Mikel Basabe, y Ezker Anitza, Mikel Arana, en quienes, por otra parte, encontr¨® puntos claros de apoyo y coincidencia. El contraste es la alianza que mantienen en el terreno fiscal y la defensa del poder foral que comparten ¡°los grupos conservadores¡±, dijo, en alusi¨®n a PNV y PP. Su manifestaci¨®n m¨¢s inmediata fue tumbar el jueves, por segunda vez en cuatro meses, una iniciativa para un plan conjunto de lucha contra el fraude fiscal de las tres haciendas forales. El PP defendi¨® que son m¨¢s eficaces por separado.

Ser¨ªa un cambio ¡°de tal calado¡± que deber¨ªa pasar por las urnas, advirti¨®

L¨®pez dijo que llevar¨¢ a las Juntas Generales, obviamente a trav¨¦s de cada grupo del PSE-EE, el debate de su propuesta, basada en tres pilares: plan conjunto de lucha contra el fraude, armonizaci¨®n de la pol¨ªtica impositiva, ahora diferente en los tres territorios, y reforma fiscal que fije el modo de obtener los ingresos precisos para sostener las pol¨ªticas p¨²blicas y de bienestar.

El lehendakari asumi¨® que no tiene mayor¨ªa en el Parlamento, por la coincidencia de su socio con el PNV, pero neg¨® haber ninguneado a la C¨¢mara con la enumeraci¨®n de las veces que ha llevado a ella el debate. ¡°Ahora toca el tiempo de las Juntas Generales, para ver si somos capaces de avanzar¡±. Es una inc¨®gnita total si tras esa decisi¨®n late alg¨²n cambio de actitud en el PNV que se est¨¦ produciendo entre bambalinas, m¨¢s all¨¢ de las ofertas p¨²blicas de su presidente, I?igo Urkullu.

L¨®pez dio muestras de no tener intenci¨®n de aplicar el c¨¦ntimo sanitario ¡ªlo ha utilizado como mero un ejercicio de pedagog¨ªa ciudadana, dedujo Arana¡ª al se?alar que ha sido ¡°una f¨®rmula simb¨®lica de visualizar que el coste de un servicio est¨¢ unido a la financiaci¨®n y que solo hay dos v¨ªas en situaci¨®n de penuria: ¡°Reducir el servicio o ampliar la recaudaci¨®n¡±.

Y, desde luego, descart¨® la receta sugerida por Urkullu: que el Gobierno utilice su capacidad para subir matr¨ªculas universitarias, tasas acad¨¦micas, billetes de metro, tren o tranv¨ªa o precios de venta y alquiler de vivienda social. ¡°Pues mire, no. Mientras los socialistas estemos en el Gobierno no aplicaremos esa pol¨ªtica¡± que tach¨® de ¡°modelo conservador¡±.

El otro anuncio que hizo el lehendakari fue, seg¨²n interpretaron despu¨¦s fuentes pr¨®ximas a ¨¦l, una especie de ¨²ltima advertencia a las Diputaciones: si la colaboraci¨®n no funciona, el PSE-EE ir¨¢ a las siguientes elecciones con una propuesta de cambio en el reparto de competencias fiscales. No se tratar¨ªa de arrebat¨¢rselas en su integridad, pero s¨ª de que la capacidad normativa radicara en el Gobierno y el Parlamento. El cambio, no imposible en una alineaci¨®n izquierda-derecha m¨¢s propicia a alejarse de provincialismos, ser¨ªa de tal calado que exigir¨ªa la reforma del Estatuto y tambi¨¦n de la Ley del Concierto Econ¨®mico. Por eso justific¨® L¨®pez la necesidad de que pase ¡°por las urnas¡±, al tiempo que record¨® que ni ¨¦l mismo llev¨® esa propuesta en su programa de 2009.