Silencios
Muguruza, un artista de lo c¨¢lido y cercano, cerrajero de emociones, parece sin embargo tener siempre una llave maestra para franquear cualquier puerta
Parecen escasos los recursos; una voz tirando a normal, un simple piano, un acorde¨®n y un pu?ado de canciones escritas para ser escuchadas en silencio. Nada m¨¢s. Jabier Muguruza, un artista de lo c¨¢lido y cercano, cerrajero de emociones, parece sin embargo tener siempre una llave maestra para franquear cualquier puerta. La ¨²ltima que ha exhibido en Barcelona, consiste en apelar a la desnudez, a la m¨ªnima cantidad de recursos posible. Ah¨ª, en esa distancia corta, Javier logr¨® en Barnasants un concierto precioso por puro delicado, tierno y humano. En tiempos de c¨®lera y ruido, remansos para escuchar historias que sin doparnos nos ense?an cosas de nosotros mismos.
JABIER MUGURUZA
BARNASANTS.
Jabier Muguruza
Luz de Gas. 25 febrero 2.012
Dado que se encuentra orgullosos de su ¨²ltimo trabajo, ¡°Bikote bat¡± ¨Cuna pareja-, Jabier llen¨® el repertorio con la pr¨¢ctica totalidad de sus canciones. Al margen de ¨¦stas, s¨®lo recuper¨® ¡°Mazisi Okeita Denbelek¡± ¨Cuna historia para todos los que no viven all¨ª donde nacieron-, ¡°Benino edo Benito¡± ¨Cuna historia tremenda cantada como si de un cuento infantil se tratara- y ¡°Eskaintza¡± ¨Cun canto a la amistad escrito en maravillosas min¨²sculas-. Todo lo dem¨¢s, menos la breve ¡°Tan petita¡± de Maria Merc¨¨ Mar?al, fueron historias de ese ¨²ltimo trabajo, tan desnudo en disco como sobre el escenario.
Pero, s¨ª, ya se sabe, en el escenario se ve al artista, y Jabier Muguruza sabe contar sus historias en persona. Ba?ando sus intervenciones con una leve p¨¢tina de humor de inocente apariencia, pulsando el acorde¨®n para complementar el piano de Mikel Azpiroz, jugando con el silencio que media entre cada una de las palabras que se pronuncian sin la simple intenci¨®n de s¨®lo taparlo e introduciendo la lectura de los fragmentos de las letras a modo de br¨²jula para guiarse por el mapa sentimental de las historias, Javier bord¨® un concierto hermoso, suave y sutil. Justo lo contrario de lo que m¨¢s abunda, como si su voz e intenci¨®n viniesen de otros tiempos.
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