La aparici¨®n ¡®in extremis¡¯ de una testigo salva un juicio a acusados de la Carioca
La mujer llevaba cinco a?os en paradero desconocido y el caso estaba a punto de ser cerrado
Minutos antes de comenzar la vista oral contra una red de inducci¨®n a la prostituci¨®n en Galicia, una llamada de Cristina a la Audiencia de Pontevedra, el nombre en clave de la joven colombiana que es la principal testigo protegida del caso, dio ayer un vuelco al juicio. El tribunal, el fiscal y la acusaci¨®n particular iban a enfrentarse al final de un largo proceso con muchas probabilidades de que los acusados fueran absueltos, dado el tiempo transcurrido desde que se incoaron las diligencias y la ausencia del principal testigo de cargo que durante los ¨²ltimos cinco a?os no hab¨ªa dado se?ales de su paradero.
?Era la cuarta ocasi¨®n que la Audiencia de Pontevedra intentaba celebrar el juicio en el que se sientan en el banquillo varios implicados en la Operaci¨®n Carioca, que destap¨® una red de mafias policiales y explotaci¨®n sexual de mujeres en Lugo. La reaparici¨®n inesperada de la testigo protegida para comunicar su actual paradero fuera de Galicia permitir¨¢ reanudar la vista 20 de marzo con una declaraci¨®n por videoconferencia.
Las defensas de Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Ad¨¢n, el principal implicado de la trama lucense, Manuel Antonio Ferreiro L¨®pez, Carlos Varela S¨¢nchez y Manuel Ulloa Manteiga ya invocaron la prescripci¨®n del delito para pedir la nulidad del juicio. Pero el tribunal ha rechazado la petici¨®n y ha anunciado que resolver¨¢ la cuesti¨®n planteada en la sentencia. Tres de los acusados permanecen fugados: Ana Milena G¨®mez Reyes, Manuel Manteiga Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Isolino Rico Chor¨¦n.
La declaraci¨®n de Cristina, obligada a prostituirse en clubes de Poio, Lugo y Ourense, desvel¨® una supuesta trama de inducci¨®n a la prostituci¨®n. Ella logr¨® fugarse de uno de los locales tras cuatro meses trabajando para la red. Declar¨® que fue contactada en Colombia por una supuesta c¨®mplice de la trama que le propuso trabajar en clubes de alterne. Con la mitad de las ganancias obtenidas pagar¨ªa los 1.500 d¨®lares que le entreg¨® para viajar como turista y el billete de avi¨®n.
Seg¨²n el testimonio de Cristina, nada m¨¢s aterrizar Manuel Manteiga le explic¨® que los gastos ascend¨ªan a 6.000 euros y le retir¨® el dinero y el billete de vuelta. La llev¨® al club Oasis, en Poio, donde permaneci¨® 15 d¨ªas con otras mujeres, vigilada y atemorizada por Ana Milena G¨®mez y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Ad¨¢n.
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