Sangre, esfuerzo, l¨¢grimas, etc¨¦tera
Feij¨®o podr¨ªa imitar a Churchill y decir: ¡°Conf¨ªan en mi y no puedo ofrecer m¨¢s que desastres¡±
Feij¨®o lleva meses conteniendo la respiraci¨®n, por eso no pudo soplar, con el entusiasmo debido, las velas del tercer aniversario de su triunfo electoral en marzo de 2009. La angustia gobierna Monte P¨ªo. Se espera una se?al, del cielo o de la tierra, para decidir la fecha de las elecciones auton¨®micas. Los coolhunters advierten que la evoluci¨®n de la crisis estrangula las posibilidades de grandes ¨¦xitos para los partidos gobernantes. En la fontaner¨ªa del PPdeG reina la inquietud. En oto?o o nunca, insisten. Nuestra econom¨ªa se desploma, Galicia ser¨¢ pronto un valle de l¨¢grimas. 2013 no es buen a?o para elecciones.
Para celebrar el 1-M, la ¨²nica medalla de corcho con la que pudo adornarse el presidente fue la reducci¨®n del d¨¦ficit. Un logro que se debe, a partes iguales, a la cosm¨¦tica contable, a la merma de la licitaci¨®n de obras ¡ªen unos niveles semejantes a los de 2003¡ª y a una mal disimulada poda de las pol¨ªticas de bienestar. En el nuevo calendario feijooniano, el a?o contable es 50 d¨ªas m¨¢s corto, pero los plazos de cobro son m¨¢s largos. La contabilidad creativa y la demora de pagos permiten al presidente sacar pecho y tapar la declaraci¨®n de siniestro total que amenaza su gesti¨®n. M¨¢s que adelgazar el autogobierno, N¨²?ez Feij¨®o lo est¨¢ disolviendo gracias a la procrastinaci¨®n de sus responsabilidades.
Los expertos en criptograf¨ªa del Partido Popular est¨¢n convencidos de que los compromisos de d¨¦ficit de Mariano Rajoy contienen un mensaje cifrado: quien quiera ganar unas elecciones que aproveche 2012 para hacerlo. Los objetivos de reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico se?alan que el color econ¨®mico de 2012 ser¨¢ negro ala de mosca y el de 2013 ser¨¢ simplemente negro. Los presupuestos del Estado evidenciar¨¢n mayores negruras. El temor a un crack financiero de las autonom¨ªas trabaja a favor del adelanto electoral. La decisi¨®n de Feij¨®o de agotar la legislatura se erosiona. Algunos buenos asesores le se?alan que octubre es un mes inmejorable para tener una cita con las urnas. El presidente se resiste... de momento.
Raffaele Simone caracteriz¨® a la neoderecha europea ¡ªde la que felizmente forma parte el Partido Popular¡ª como un monstruo amable. Los prudentes silencios de Rajoy y las sonrientes ruedas de prensa de Dolores de Cospedal cultivaron el imaginario del PP como partido de los trabajadores y de las clases medias agredidas por las reformas de Zapatero ¡ª ¡°las m¨¢s duras de la democracia¡±, seg¨²n los apocal¨ªpticos argumentarios de Esteban Gonz¨¢lez Pons. Su oferta de cambio conservador recibi¨® apoyos como una necesaria, moderada, cordial e indolora ortopedia. Muchos electores desganados se dejaron convencer el 20-N, fue uno de los mayores ¨¦xitos de la mercadotecnia de la derecha fun and friendly.
En pocas semanas, el esp¨ªritu de los tiempos cambi¨® radicalmente. Espa?a no est¨¢ para fiestas y no hay lugar para amabilidades. La Gran Reforma Laboral copi¨®, con buena letra, las recetas archiliberales y las exigencias patronales para abaratar el despido y legalizar contratos rebajados en derechos. Se anuncia una nueva recesi¨®n y se teme una aguda ola de destrucci¨®n de empleo que sumar¨¢ 600.000 parados en el primer a?o del cambio conservador. En Moncloa tienen claro que en el pr¨®ximo trienio no se producir¨¢ el Gran Salto Adelante y s¨ª el Gran Recorte. Ru¨ªz-Gallard¨®n acaba de hacer saltar las alarmas diagnosticando una situaci¨®n econ¨®mica de urgencia y emergencia.
En ese pl¨¢cido pabell¨®n de reposo que es el Consello da Xunta, no hay literatura que se admire m¨¢s que las memorias y los ¨¦picos discursos de Winston Churchill. Entre los devotos aplausos de los yesmen y yeswomen que componen su Ejecutivo, N¨²?ez Feij¨®o ensaya el nuevo mantra del PPdeG: vivimos tiempos de sangre, esfuerzo, l¨¢grimas y sudor. El aire est¨¢ electrizado por alegatos del presidente que imitan la ¨ªntima confesi¨®n que el primer ministro brit¨¢nico hizo a uno de sus generales en 1940: ¡°Pobre gente, pobre gente. Conf¨ªan en m¨ª, y no le puedo ofrecer m¨¢s que desastres por mucho tiempo¡±.
De momento, la Xunta se preocupa m¨¢s por la sequ¨ªa que por la huelga general que preparan las centrales sindicales, pero el 29 de marzo miles de gallegos tendr¨¢n ocasi¨®n de rechazar las pol¨ªticas de austeridad y la sangre, esfuerzos, etc¨¦tera que les quiere facturar el Partido Popular. Los maltrechos partidos de la oposici¨®n cobrar¨¢n aliento en la calle. Las movilizaciones ciudadanas son la placenta del cambio pol¨ªtico, y el Gobierno no puede controlar la alquimia del malestar que amenaza con convertir la indiferencia en un nuevo Hai que botalos! Despu¨¦s del 29-M, quiz¨¢s se despejen las dudas electorales de Feij¨®o.
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