Dorribo acord¨® sobornar al subdirector del Igape para que ama?ase una ayuda
Silva informaba puntualmente a la trama de la evoluci¨®n de los expedientes
Carlos Silva, subdirector de informaciones del Igape hasta que salt¨® el esc¨¢ndalo de la Operaci¨®n Campe¨®n, era, gracias a la mediaci¨®n del exdiputado del PP Pablo Cobi¨¢n, el enlace entre el Igape, instituto dependiente de la Conseller¨ªa de Econom¨ªa, y los empresarios que consiguieron ayudas con facturas falsas. Con Carlos Monjero, consejero de Proitec (que trabaja para Nupel dando soporte contable), Silva se llega a reunir entre 2010 y 2011 en varias ocasiones, casi siempre para comer, y el funcionario incluso lo visita en su empresa. Gracias a esa relaci¨®n, los empresarios (Jorge Dorribo y el propio Monjero) consiguen informaci¨®n de primera mano sobre el estado de la tramitaci¨®n de los expedientes en el instituto p¨²blico dirigido entonces por Joaqu¨ªn Varela Cominges. Silva, al contrario que la mayor¨ªa de los imputados, se guarda mucho de no hablar por tel¨¦fono de temas delicados, y en varias escuchas intervenidas por la Polic¨ªa insiste en que prefiere quedar ¡°en persona¡±.
?Para conseguir sus favores, Dorribo ordena a Carlos Monjero que soborne a Silva en, al menos, una ocasi¨®n. Quiere que el Igape le otorgue una subvenci¨®n a la empresa Cofares, que habr¨ªa realizado facturas falsas para la farmac¨¦utica del empresario lucense. As¨ª, dice Dorribo, le pagar¨ªan el favor y se pondr¨ªan ¡°una medalla¡±, delante de esa firma. En la conversaci¨®n se intercala un supuesto favor anterior que Dorribo habr¨ªa hecho a ¡°Pepi?o¡±, presuntamente el exministro Jos¨¦ Blanco.
Jorge Dorribo. Vale, t¨² dime lo queeee ... le podemos ofrecer [a Carlos Silva].
Carlos Monjero. Es que no lo s¨¦, es que no lo s¨¦, no... yo de eso, yo qu¨¦ s¨¦, no lo s¨¦, no tengo ni idea.
Dorribo hablando de Silva: ¡°Si nos cuesta nueve mil, nueve mil¡±
JD. Pues tant¨¦alo, t¨ªo.
CM. Lo tanteo, vale, le digo: mira, cu¨¢nto...
El exdirector del Igape cre¨ªa que todo era ¡°una trapuchada¡±
JD. Porque esto es un favor que le vamos a hacer nosotros a Cofares, ?vale?... para ponernos la medalla, ?me entiendes?...
CM. Vale.
JD. (...) Como lo de Pepi?o de la comida de aqu¨ª.
CM. Vale, vale, vale. Bueno, yo lo tanteo a ver qu¨¦ quiere.
JD. Pues si lo hacemos por seis mil, seis mil... si nos cuesta nueve mil, nueve mil...
CM. Vale, vale.
JD. Pero tampoco tirarnos a la panacea porque nos va a nosotros al bolsillo.
CM. Pues le digo yo a ver que, que me diga ¨¦l, a ver, t¨² qu¨¦ quieres para arreglar esto.
En otra conversaci¨®n, Dorribo le dice a su socio que le transmita a Carlos Silva lo siguiente: ¡°Que nos mueva lo que pueda, que no se va a arrepentir, que va a tener [recibir] un buen detalle¡±. En las escuchas no queda acreditado que Silva recibiese el soborno, pero s¨ª informaba puntualmente a Monjero sobre la tramitaci¨®n de ayudas concretas, hasta el punto de facilitarle informaci¨®n interna del Igape, lo que seg¨²n un informe judicial incluido en el sumario podr¨ªa ser constitutivo de ¡°un delito de revelaci¨®n de secretos conocidos por funci¨®n de su cargo¡±.
Carlos Silva. Hay solicitud de informaci¨®n de un juzgado sobre esa empresa [Nupel].
Carlos Monjero. ?Qu¨¦ dices?
CS. Pues s¨ª, pero esto entre t¨² y yo, ?eh?,
CM. S¨ª, s¨ª, s¨ª, s¨ª, ?pero como solicitud de informaci¨®n?
CS. Claro de las ayudas que tienen, es decir, a nosotros nos llegan por ejemplo los embargos, es decir, si se pagan, si alguno de ellos cobra una..., cobra una subvenci¨®n pues el juez, (...) tenemos que avisar al juzgado.
A medida que avanza la investigaci¨®n se empieza a percibir que la situaci¨®n financiera de Jorge Dorribo hace aguas por todas partes. Y al mismo tiempo, se multiplican las conversaciones para conseguir que el Igape pague el pr¨¦stamo del Banco Europeo de Inversi¨®n de 2,9 millones de euros. Los socios de Dorribo temen, y as¨ª lo manifiestan en varias ocasiones, que se vaya a Andorra con el dinero. A la vez, Montejo asegura que Silva les informa de que en el Igape ¡°est¨¢n cagados con lo de Nupel¡± (en febrero de 2011, tres meses antes de que estallase el esc¨¢ndalo). Hace referencia a comentarios internos del director del organismo p¨²blico, Joaqu¨ªn Varela, quien pese a que ha ayudado a Dorribo para que manipule una tasaci¨®n para justificar las ayudas, cree que todo es ¡°una trapuchada, una mierda¡±, y as¨ª se lo dice a los funcionarios.
La forma de operar de los empresarios confirma las sospechas del director del Igape. Como muestra, la siguiente conversaci¨®n entre Montejo y uno de sus empleados llamado Manuel.
Manuel. Mira, me dice Roy, el que est¨¢ haciendo el presupuesto para el hombre ¨¦ste del Igape, que debe de faltar informaci¨®n ah¨ª de cosas por enviarnos porque en una parte del presupuesto que hablan ah¨ª de la nave nosotros s¨®lo tenemos ciento cator...
Carlos Monjero. Hum...
M. Bueno, mandaron detalles, las partidas por valor de 114.000 euros cuando eso suma 260.000 euros.
CM. Inventar todo, Manuel.
M. ?C¨®mo?
C. Que lo invent¨¦is todo.
M. ?Qu¨¦ inventemos todo?
C. S¨ª, ( ... )
M. Bueno, (...) muy bien.
Un informe del servicio de Vigilancia Aduanera de septiembre de 2011 indica que, para justificar el pr¨¦stamo del Banco Europeo de Inversiones se realizan ¡°transferencias bancarias simuladas, dado que una vez realizado el traspaso se retrocede la misma cuant¨ªa a la cuenta de origen y as¨ª sucesivamente hasta completar el pago de las mismas¡±.
Es el ¨²ltimo cartucho que le quedaba a Dorribo, que a esas alturas hab¨ªa montado otra empresa en Andorra junto con su socio Jos¨¦ Antonio Orozco (Azcar). Pero necesitaba cobrar los tres millones para pagar deudas con Proitec y con el exdiputado Pablo Cobi¨¢n, que en todo momento act¨²a de conseguidor a cambio de patrocinios ¡°para que su hijo corra en rallis¡±. El Igape le pone varias pegas, que Dorribo intenta solucionar en una comida con Varela durante la que le facilita facturas falsas de empresas en manos de testaferros (Manuel Osorio) y de Jos¨¦ Manuel Vidal Pad¨ªn, investigado por narcotr¨¢fico.
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