?Las Vegas o el delta?

Estamos en momentos dif¨ªciles. Y no sabemos muy bien d¨®nde buscar salidas. En ocasiones como estas, conviene tomar decisiones meditadas, ya que, de lo contrario, las consecuencias pueden ser irreversibles. Y deber¨ªamos, asimismo, evitar grandilocuencias, buscando, humildemente, integrar lo que podemos hacer con lo que debemos hacer. Lo de Eurovegas es de una irresponsabilidad tal que me resulta complicado encontrar calificativos adecuados. ?Qu¨¦ concepci¨®n de progreso y de bienestar se esconde en la gran oportunidad que nos ofrece el multimillonario norteamericano? ?Se puede ir por ah¨ª vendiendo al mejor postor el ¨²nico gran espacio no urbanizado de la conurbaci¨®n de Barcelona? ?Piensan realmente que ese gran espacio del Baix Llobregat es simplemente un solar vac¨ªo y no una compleja estructura ambiental, acu¨ªfera y rural de valor incalculable precisamente por su emplazamiento? ?Tan desesperados estamos como para afirmar (consejero Mena) que el modelo de Catalu?a es Florida y proponer parques de ocio y turismo a quien quiera invertir en ellos? No parar¨ªa de hacer preguntas, y apuesto a que las respuestas tendr¨ªan en la crisis y en el paro que la acompa?a, las grandes coartadas que lo permiten casi todo.

Llega a ser incluso sospechoso el entusiasmo con el que la Generalitat se ha metido con armas y bagajes en ese espinoso tema. Las m¨¢ximas autoridades del pa¨ªs movilizadas para lograr que la prometida inversi¨®n multimillonaria nos saque de donde estamos. Algunos medios de comunicaci¨®n activados como nunca, presentando las virtudes del man¨¢ que promete Adelson. De ello saben mucho, aparte de Las Vegas, Singapur y Macao, donde el magnate ha creado megacentros similares a los que ans¨ªa ver instalados aqu¨ª el Gobierno catal¨¢n. ?Es comparable el desierto de Nevada, el enclave de Macao o la ciudad-estado de Singapur con el Baix Llobregat? ?Es ese el modelo de crecimiento al que estamos abocados? ?No tenemos otras opciones? Si uno mira el informe del Departamento de Econom¨ªa y Conocimiento, Bases per un nou acord estrat¨¨gic 2012-2015 i una estrategia Catalunya 2020, presentado hace menos de cinco meses (http://www.acordestrategic.cat/doc/doc_25945683_1.pdf), no parece que la coherencia entre esa estrategia y el proyecto Eurovegas y similares sea muy alta. Tampoco parece muy concordante la m¨²sica que propone que toquemos Adelson con la que se propone en la Diagnosi per a l'estrategia catalana per a l¡¯ocupaci¨® 2012-2022 (http://bit.ly/xDoPFE), que present¨® el Departamento de Ocupaci¨®n y Empresa hace meses.

En esos documentos oficiales, se habla mucho de econom¨ªa verde, de la vinculaci¨®n entre empleo y formaci¨®n. Se insiste en no cegarse con las cifras, sino en buscar perspectivas de futuro social, ambiental y econ¨®micamente compatibles, y de vincular competitividad con cohesi¨®n social y sostenibilidad. ?Qu¨¦ ha hecho que ahora vinculemos todo ello con hoteles, parques de ocio, casinos y todo lo que ello conlleva de degradaci¨®n? ?Qu¨¦ explica que la informaci¨®n disponible sea tan escasa? ?Por qu¨¦ los responsables institucionales del territorio implicado est¨¢n totalmente ausentes de los espacios de negociaci¨®n? ?No tiene nada que decir Xavier Trias y su modelo de smart city o de renaturalizaci¨®n urbana al respecto? ?No deber¨ªa poder intervenir un alcalde como Luis Tejedor de El Prat que ha logrado consolidar un modelo de ciudad que combina notablemente bien grandes infraestructuras con espacios rurales, paisaj¨ªsticos y ambientales de gran valor para la resiliencia social y urbana a dos pasos de la gran ciudad? Si todo es tan fant¨¢stico, ?qu¨¦ se oculta? ?Se discute sobre temas que conviene no airear?

La v¨ªa de la sostenibilidad social y ambiental no pasa por Eurovegas. Dec¨ªa al principio de estas notas que nos conviene m¨¢s que nunca tratar de combinar lo que debemos hacer con lo que podemos hacer. Los que tienen las capacidades legales para ello pueden decidir que una inversi¨®n como la que ofrece Adelson es imposible de rechazar en momentos como los que estamos. Pero, tenemos derecho a discutir si es precisamente eso lo que ¡°debemos¡± hacer. Esperemos que la cordura se imponga y no tomemos decisiones precipitadas que luego resultan irreversibles, tanto ambiental como socialmente.

Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.