Ante la crisis, metamorfosis
Los problemas econ¨®micos obligan a reorganizar la vida y el funcionamiento de Ayuntamientos, empresas y familias
Todo ha ido cayendo como piezas de un domin¨®. Primero las empresas reducen personal o cierran, despu¨¦s las familias pierden su calidad de vida y los Ayuntamientos se ven sin recursos para atender tantas peticiones de ayuda. Las penurias econ¨®micas derivadas de la crisis han cambiado sustancialmente la vida empresarial, familiar y municipal de Andaluc¨ªa en los ¨²ltimos cuatro a?os y han obligado a muchos a reinventarse para seguir viviendo.
Los Ayuntamientos cada vez ingresan menos impuestos y no tienen fondos para sostener plantillas desorbitadas, ni atender a sus proveedores. Entre 2009 y finales de 2010 estas Administraciones rompieron el ritmo de endeudamiento y frenaron un 1% su deuda viva. De 4.569 millones pasaron a 4.527, seg¨²n datos del Ministerio de Hacienda. Los cortes de suministros por falta de pago y las protestas de los empleados forman parte del paisaje de muchos municipios.
Francisco Toscano, presidente de la Federaci¨®n Andaluza de Municipios y Provincias, insiste en la necesidad de hacer un esfuerzo de adaptaci¨®n por parte de todas las Administraciones. ¡°A unos les est¨¢ cogiendo mejor que a otros y quienes tienen unos municipios m¨¢s saneados est¨¢n sufriendo menos¡±, precisa. Entre las m¨¢s perjudicadas est¨¢n, seg¨²n Toscano, las localidades que han padecido ¡°muchos cambios de gobierno¡±, como las gaditanas de Los Barrios o Jerez de la Frontera. El representante municipal, tambi¨¦n alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), cree que se debe dar un ¡°tratamiento espec¨ªfico¡± a los municipios en quiebra.
Los municipios apuestan por ir homogeneizando salarios y plantillas
Toscano incide en que en los ¨²ltimos a?os se le ha prestado mucha atenci¨®n a los problemas de las comunidades y que los ayuntamientos han quedado en segundo t¨¦rmino. ¡°Deber¨ªan definirse los servicios de forma acorde a las competencias, pero esta asignatura se ha ido postergando¡±, recuerda. Ante las plantillas desmesuradas y la diferencia de sueldos entre localidades, apuesta por armonizar los salarios, igual que se ha hecho con las propuestas para los sueldos de los alcaldes. ¡°La salida ahora no es echar a los trabajadores a la calle sino m¨¢s bien ajustarse¡±.
Organizaciones como C¨¢ritas han doblado el n¨²mero de atenciones entre 2007 y 2010. ¡°Se han disparado en toda Espa?a¡±, precisan. Recurren a ellos parados que han pasado de ¡°desempleados recientes¡± a desocupados de larga duraci¨®n. ¡°Si la crisis comenz¨® golpeando con mayor intensidad sobre los empleos de baja cualificaci¨®n de los sectores de la construcci¨®n, la industria y del sector servicios, ahora est¨¢ afectando cada vez m¨¢s a personas m¨¢s formadas, con estudios y amplia experiencia laboral¡±, explican.
La Junta no ha notado a¨²n un cambio significativo en el perfil de las personas que solicitan el salario social, ayuda a la que se recurre cuando se han agotado todas las prestaciones. De 48.000 personas atendidas en 2008 se ha pasado a 95.900 en 2011. ¡°El presupuesto se increment¨® en 2009 y desde entonces se ha mantenido¡±, asegura Ana G¨®mez, directora general de Servicios Sociales de la Junta.
Los parados recurren primero a la familia, despu¨¦s a la econom¨ªa sumergida, seg¨²n datos de C¨¢ritas
En Andaluc¨ªa, la tasa de pobreza relativa ha pasado de 28,9 a 30,1 entre 2008 y 2010, de forma que la regi¨®n se sit¨²a 10 puntos por encima de la media espa?ola. En 2011, un 47,8% de los andaluces tuvo problemas para afrontar gastos imprevistos y un 9,4% reconoci¨® haberse retrasado en los pagos relacionados con su vivienda, seg¨²n datos provisionales del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Seg¨²n un informe de C¨¢ritas, elaborado con datos de 2010, quienes atraviesan penurias econ¨®micas recurren primero a la familia, despu¨¦s a trabajar en actividades de econom¨ªa sumergida y en tercer lugar, a las organizaciones sociales. El recurso a los servicios sociales p¨²blicos y el apoyo en redes comunitarias, como los vecinos, se relegan al cuarto y quinto lugar.
La CEA cree que las microempresas deber¨ªan agruparse para tener m¨¢s personal y ser m¨¢s fuertes
En las empresas, el ritmo de destrucci¨®n se ha frenado considerablemente en 2011, con un saldo negativo de 6.639 entidades. ¡°Hasta 2007, el tejido empresarial andaluz tuvo una buena evoluci¨®n, con m¨¢s de 500.000 empresas activas, pero en 2008 se quebr¨® este panorama y ahora estamos entre 350.000 y 370.000¡±, explica Manuel ?ngel Mart¨ªn, presidente de la Comisi¨®n de Econom¨ªa y Financiaci¨®n de Pymes de la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa (CEA).
Para recuperar el tono econ¨®mico, Mart¨ªn apuesta por la creaci¨®n de empresas m¨¢s grandes y con m¨¢s trabajadores, algo que se podr¨ªa conseguir con la fusi¨®n de entidades m¨¢s peque?as, y el desarrollo de sectores no afectados por la crisis. ¡°Nos faltan empresas industriales, hay cierto desequilibrio sectorial¡±, considera.
La Central de Balances de Andaluc¨ªa, que elabora sus estudios con las cuentas p¨²blicas de las empresas y forma parte de la estad¨ªstica oficial de la regi¨®n, incide en que el sector servicios est¨¢ siendo el m¨¢s rentable, mientras que en el industrial est¨¢n las entidades l¨ªderes.
En la calle y sin cobrar 12.000 euros en pagar¨¦s
Estaban ¡°bien¡±, como una familia de clase media. Ten¨ªan vivienda en propiedad y compraron otra aprovechando el boom inmobiliario y pensando en el futuro de sus tres hijos. La principal fuente de ingresos la aportaba el padre, Miguel ?ngel Navarro, de 47 a?os. La madre, Isabel F¨¦lix, tambi¨¦n estaba empleada. Ahora, los cinco miembros de esta familia de Campohermoso (N¨ªjar) aguantan con los 400 euros de la media jornada que trabaja Isabel y con la pensi¨®n de ?ngeles Belmonte, la abuela paterna, de 76 a?os.
La familia de Miguel ?ngel comenz¨® a perderlo todo de forma progresiva en 2007. Al cabeza de familia comenzaron a denegarle los pagar¨¦s que presentaba en su entidad financiera, pero se los cobraban de su cuenta. Alguien ten¨ªa que pagarlos. Es camionero desde hace 35 a?os y tuvo que vender su herramienta de trabajo, un veh¨ªculo valorado en 130.000 euros. Con ese dinero hizo frente a esos pagos que dejaron de abonarle las empresas en las que estuvo trabajando cuando la crisis econ¨®mica comenz¨® a hacer efecto. El banco lleg¨® a exigirle que desembolsara 70.000 euros en 15 d¨ªas. Cuando le quedaban 1.987 euros por entregar le catalogaron como moroso y se qued¨® sin poder solicitar cr¨¦dito en ning¨²n otro banco.
Adem¨¢s del cami¨®n, Miguel ?ngel tuvo que vender su casa y tiene embargada la segunda que compr¨®. Hace un a?o inici¨® una campa?a para denunciar las injusticias de la Ley Cambiaria y del Cheque, que regul¨® en 1985 el sistema de cobro de los pagar¨¦s que le ha llevado a la ruina.
El camionero sin cami¨®n, tal y como le conocen, ha denunciado numerosas veces su situaci¨®n en Almer¨ªa y en Madrid, solo o en compa?¨ªa de familiares, sobre todo de ?ngeles, su madre. La mujer le aval¨® para que pudiera continuar con sus negocios y fue desahuciada el pasado diciembre de su casa, un d¨²plex de 120 metros cuadrados. ?ngeles estuvo acampada frente a la vivienda como medida de protesta. Cansada de tener su hogar tan cerca y no poder disfrutarlo, ha terminado ocup¨¢ndolo.
Para hacer visible su problema Miguel ?ngel ha hecho de todo. Se ha puesto en pa?ales frente a los juzgados, se subi¨® varias horas a una gr¨²a abandonada e hizo campa?a ante la puerta de la Seguridad Social para convencer a los almerienses de que no se hagan aut¨®nomos porque ¡°el actual sistema de cobro les puede dejar sin nada¡±. ¡°Nos han arruinado a los aut¨®nomos y despu¨¦s, a los asalariados¡±, considera el almeriense. El camionero sin cami¨®n lucha para que se modifique el art¨ªculo 57 de la Ley Cambiaria y del Cheque que recoge el sistema de cobro de los pagar¨¦s. Reclama que se establezca un orden para actuar contra las personas obligadas por una letra de cambio. La normativa actual da libertad para proceder contra cualquiera de ellas.
Mientras tanto, el futuro se presenta oscuro. Busca trabajo desde hace m¨¢s de dos a?os y no lo encuentra. No percibe subsidio. Uno de sus hijos, en edad adolescente, est¨¢ dispuesto a trabajar, pero tampoco tiene suerte. Lo m¨¢s curioso es que Miguel ?ngel tiene 12.000 euros de pagar¨¦s en el bolsillo y no los puede cobrar.
Las ausencias de Barbate
En 300 casas de Barbate todos los meses falta algo. Deber¨ªa llegar el dinero. Pero no llega. No falta el trabajo. Falta un salario. El Ayuntamiento de esta localidad gaditana tiene 314 empleados y necesita unos 400.000 euros cada mes para pagar las n¨®minas de todos ellos. Desde hace dos a?os arrastra continuos atrasos, agravados en esta ¨²ltima etapa. Ahora mismo les deben cuatro sueldos. Y esas ausencias duelen. Porque tienen consecuencias. Embargos, regresos a las casas de los padres, deudas, huchas vac¨ªas. Las protestas est¨¢n aparcadas, de momento. El alcalde, el socialista Rafael Quir¨®s, les ha pedido un margen para encontrar el dinero.
Roque V¨¢zquez, trabajador municipal con larga trayectoria en el Ayuntamiento y delegado sindical de CC OO, no estaba de acuerdo con parar las movilizaciones. ¡°Yo cre¨ªa que hab¨ªa que seguir presionando porque de las promesas incumplidas ya estamos cansados¡±. Pero la mayor¨ªa de compa?eros vot¨® a favor de darle espacio al alcalde. Semanas antes hab¨ªan parado la actividad, se hab¨ªan concentrado a las puertas del Consistorio, hab¨ªan organizado encierros y se hab¨ªan movilizado por las calles del municipio. Han conseguido que su situaci¨®n se conozca. Pero no les ha ayudado a cobrar. Al menos, no de momento.
El alcalde siempre explica que dedica gran parte de su tiempo a buscar dinero para pagar a sus trabajadores. Ahora ha conseguido el anticipo de los recibos de los impuestos locales que va a entregar la Diputaci¨®n. Espera un nuevo contrato de la empresa de aguas y est¨¢ negociando con varias empresas e¨®licas. ¡°?l dice que ese dinero va a valer para pagarnos lo que nos deben y por eso nos pidi¨® 15 d¨ªas de margen¡±. El plazo expira esta semana.
Pero, aunque cobren, el problema continuar¨¢. Porque todo el dinero que entre servir¨¢ para pagar lo atrasado pero cada mes se necesitar¨¢n otros 400.000 euros. En otros municipios vecinos como Los Barrios, se ha despedido personal. ¡°El alcalde nos ha dicho que debemos estar tranquilos. Que no habr¨¢ recorte de plantilla¡±, dice V¨¢zquez. Pero en su tono se mantiene la desconfianza. "Aqu¨ª sabemos que hay que hacer algo. Cuando cobremos, nos sentaremos y veremos qu¨¦ soluci¨®n se puede dar a esto".
En Barbate pesan los meses de vac¨ªo en las cuentas. Lo cuenta Roque V¨¢zquez mientras repasa las historias de sus compa?eros. Unos han tenido que dejar sus casas para volver con sus padres. Otros han tenido que recurrir a las ayudas sociales. Algunos han tenido que agotar sus ahorros, los que acumularon tras a?os de trabajo. Entonces cre¨ªan que tener plaza en un Ayuntamiento era un empleo seguro y para siempre.
Ocho meses acampados por un empleo
¡°Aqu¨ª nos va a entrar una depresi¨®n¡±. Luis L¨®pez, de 51 a?os, y su hijo Agust¨ªn, de 27, personalizan el drama familiar por partida doble por la crisis de la c¨¢rnica Primayor. Ambos forman parte del colectivo de 145 extrabajadores que llevan ocho meses acampados junto a la Delegaci¨®n del Gobierno andaluz en Ja¨¦n para exigir a la Junta que cumpla su compromiso de recolocaci¨®n en otras empresas.
Luis entr¨® con 14 a?os en la antigua c¨¢rnica Molina, el primer embri¨®n de Primayor, y hasta ahora no hab¨ªa conocido el paro. Tras finalizar un curso de formaci¨®n de la Junta, por el que percib¨ªa 680 euros mensuales, sus ¨²nicos ingresos ahora son los 426 euros del subsidio de desempleo. Y ese es el ¨²nico dinero que entra ahora en su casa, porque a su hijo se le acab¨® en febrero la prestaci¨®n. ¡°Es una situaci¨®n muy angustiosa, que genera mucha tensi¨®n y ansiedad en toda la familia¡±, comenta Luis, que est¨¢ casado y tiene otra hija de 17 a?os que est¨¢ estudiando. ¡°Nos tiene que ayudar mi madre que tiene una pensi¨®n de viudedad, pero llegar¨¢ el momento en que no pueda hacerlo¡±, expone este parado durante uno de los turnos que hacen los exempleados para mantener vivo el campamento en pleno centro urbano de Ja¨¦n.
Desde 2008 llevan esperando a que el Gobierno andaluz cumpla su compromiso de recolocaci¨®n en otras empresas despu¨¦s de una larga traves¨ªa desde que la antigua C¨¢rnicas Molina entrara en crisis en la d¨¦cada de los noventa. Tras el fiasco de Dhul, que tras el concurso de acreedores de Nueva Rumasa par¨® la f¨¢brica que constru¨ªa en Ja¨¦n y donde se iba a recolocar la mitad de la plantilla, y la ausencia de noticias de Proasego, donde iban a ir la otra mitad, los ex empleados de Primayor solo han recibido hasta ahora el compromiso de la empresa Fast-Trading que va a construir una planta de pan ultracongelado en el parque tecnol¨®gico del aceite, en Meng¨ªbar (Ja¨¦n). La empresa seleccionar¨¢ a 45 empleados para un curso de formaci¨®n pero solo recolocar¨¢ a 25 de ellos. ¡°No sabemos qu¨¦ hacer, si optar por esta empresa o perder el tren de otros futuros proyectos¡±, comenta Agust¨ªn, que tambi¨¦n ech¨® los dientes en la industria c¨¢rnica y ahora est¨¢ desesperado porque todos los curr¨ªculos que entrega en otras empresas no dan resultado alguno. Su situaci¨®n econ¨®mica le ha llevado incluso a vender su coche. Y, por supuesto, ni sue?a con independizarse de sus padres.
Los exempleados creen que han sido utilizados pol¨ªticamente y ni siquiera piensan que un cambio electoral les cambie la suerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.