La huelga hace historia en la calle

El octavo paro general de la democracia cumpli¨® en Galicia con casi todas las rutinas. A los irreconciliables porcentajes de seguimiento de los sindicatos y la Administraci¨®n se uni¨® una vez m¨¢s la barrera de antidisturbios protegiendo El Corte Ingl¨¦s y el baja y sube de las verjas de bares y comercios al paso de los piquetes. El ritual, sin embargo, revent¨® en la calle, all¨ª donde a¨²n pueden expresarse los que no tienen un empleo en el que hacer huelga o del que ser desalojados con menos indemnizaci¨®n que nunca.

Las manifestaciones contra la reforma que facilita y abarata el despido desbordaron las previsiones de las propias centrales en las siete ciudades. Seg¨²n datos sindicales, medio mill¨®n de gallegos, con una media de edad m¨¢s baja de lo habitual, marcharon tras las pancartas, una cifra que las polic¨ªas locales rebajan a algo m¨¢s de 200.000 (sin incluir a los manifestantes de Santiago y de localidades peque?as). Los veteranos en la lucha sindical no recuerdan una movilizaci¨®n similar desde los tiempos de la feroz reconversi¨®n naval. Pero su memoria obrera les traiciona: en el paro general convocado en Ferrol el 15 de junio de 1984, con el sustento de miles de familias en peligro, los sindicatos presum¨ªan en EL PA?S de haber congregado a 20.000 personas. Ayer el recuento nada sospechoso de la polic¨ªa local admit¨ªa un reguero de 22.000 opositores a la reforma laboral de Rajoy.

En una ciudad de servicios como A Coru?a, la huelga vaci¨® los centros comerciales de consumidores y empuj¨® a la calle, al menos, a tantos manifestantes como la marea negra del Prestige. En Vigo, el cimiento obrero de Galicia, se desbordaron los tres carriles de Gran V¨ªa. La actividad se paraliz¨® en las principales factor¨ªas y pol¨ªgonos industriales, desde Citro?n en Vigo a Alcoa en Lugo, pasando por la refiner¨ªa de Repsol y Zara Log¨ªstica en A Coru?a. El par¨®n en la industria lo confirman los datos de ca¨ªda en el consumo el¨¦ctrico. El descenso medio de la demanda fue en la comunidad del 21% hasta las cinco de la tarde, seg¨²n el registro de Gas Natural-Fenosa, que controla el 85% del mercado en la comunidad. En Madrid fue del 8%.

La Xunta cifr¨® en un 35% los funcionarios y empleados p¨²blicos auton¨®micos que secundaron el paro contra las facilidades en el despido. Los huelguistas en colegios y centros sanitarios rondaron el 25% seg¨²n el Gobierno gallego (los sindicatos elevan el porcentaje al 70% en la ense?anza), que en los juzgados cuantific¨® el seguimiento del paro en un 36%. La jornada amaneci¨® con la ausencia de dos peri¨®dicos en los quioscos (Faro de Vigo y La Opini¨®n de A Coru?a) y la presencia mermada del resto, mientras en la televisi¨®n y radio auton¨®micas, sometidas a servicios m¨ªnimos, tuvieron que suspender varios programas.

Y el mismo d¨ªa en que decenas de miles de ciudadanos clamaban en las calles contra la p¨¦rdida de derechos laborales, una de las primeras empresas que se acogi¨® a la nueva legislaci¨®n desvel¨® su generoso estado de cuentas, pese a la crisis. Audasa, la concesionaria de la autopista AP-9, la firma que a pocos d¨ªas de aprobarse la reforma laboral impuso a ocho de sus trabajadores bajadas de sueldo y traslados bajo amenaza de despido barato, comunic¨® ayer a la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores que en 2011 gan¨® m¨¢s de 52 millones de euros netos.