Amores tragic¨®micos
El Teatro Arriaga presenta el ¨²ltimo montaje de Claudio Tolcachir. 'El viento en un viol¨ªn¡¯ reflexiona sobre el deseo de ser madre
Lena y Celeste forman una pareja de mujeres que, envueltas en problemas y pobreza, necesitan culminar su historia de amor con un hijo. Para conseguirlo eligen a un hombre que arrastra otros v¨ªnculos familiares y a una madre que busca su felicidad. Diferentes relaciones entre madres e hijos tejen la historia de la obra El viento en un viol¨ªn, un montaje de la compa?¨ªa argentina Timbre 4, escrito y dirigido por Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 1975), que ayer se estren¨® en el Teatro Arriaga (hasta el 31 de marzo, 20.00; 1 de abril, 19.00).
¡°Son personajes que buscan desesperadamente un sue?o: ser madres o ayudar al hijo. Lo hacen con todo su amor, pero se equivocan en el intento¡±, explica la actriz Paula Ransenberg, quien encarna a Celeste. ¡°Eso los hace risibles y pat¨¦ticos, pero tambi¨¦n permite que te identifiques con ellos¡±.
Tolcachir es una de las figuras del teatro independiente de su pa¨ªs con reconocimiento internacional. Hace ya una d¨¦cada, en los momentos m¨¢s duros de la crisis argentina fund¨® en su casa, en el barrio de Boedo, en Buenos Aires, un espacio para el teatro, con escuela y sala para las representaciones en que apenas cab¨ªan unas decenas de personas. Para llegar a la sala hab¨ªa que llamar al timbre n¨²mero cuatro y as¨ª bautiz¨® a la compa?¨ªa con que ahora monta sus obras en festivales y coliseos de medio mundo.
"Son personajes que buscan un sue?o", afirma la actriz la actriz Paula Ransenberg
El viento de un viol¨ªn es la tercera parte de una trilog¨ªa puesta en marcha por Timbre 4, que comenz¨® con La omisi¨®n de la familia Coleman ¡ªrepresentada en el Arriaga en 2009¡ª y sigui¨® con Tercer cuerpo. En la primera obra la compa?¨ªa abord¨® la desestructuraci¨®n de una familia con problemas de marginaci¨®n; en la segunda, Tolcachir incide en las relaciones humanas llevadas a situaciones l¨ªmite. La tercera, ahonda en los v¨ªnculos entre madres e hijos, pero en los tres casos se trata de un teatro con los m¨ªnimos medios en los que la obra se sustenta sobre los di¨¢logos y el trabajo de los actores. ¡°[El director] sabe muy bien lo que quiere pero toma mucho de la impronta de los actores. Nos pide mucha verdad, estar vivos en escena¡±, a?ade Ransenberg.
La cr¨ªtica habla de trilog¨ªa, pero su autor no tiene tan claro que lo sea. ¡°Escrib¨ª tres obras y no s¨¦ si escribir¨¦ la cuarta¡±, ha dicho Tolcachir. ¡°Es cierto que tienen cosas en com¨²n: el tipo de personajes, perdedores que viven en lugares inc¨®modos, tratando de integrarse, aunque distintas por la actitud frente a la vida¡±.
En la tercera pieza, se abre una ventana a la esperanza. ¡°Son tres obras con personajes que chapotean, pero El viento en un viol¨ªn ofrece un final con un poco de luz entre tanta amargura¡±, explica la actriz. ¡°Es el amor lo que salva a los personajes¡±.
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