Gobiernos de oposici¨®n
La corrupci¨®n no parece ya la excepci¨®n, sino lo habitual. Entre contratas, comisiones, subcontratas, subvenciones y empresas p¨²blicas
No es verdad, porque siga gobernando el PSOE, que a los electores les d¨¦ lo mismo eso que llamamos corrupci¨®n. La prueba es que el PSOE ha perdido las elecciones y que el PP ha conseguido una victoria hist¨®rica pero insustancial, nula por el momento. Es verdad que los dos partidos gigantes, PSOE y PP, le sacan m¨¢s de un mill¨®n de votos cada uno al tercer partido, IU, al que triplican en votos. IU, sin embargo, se considera el triunfador, a pesar de que solo se ha vencido a s¨ª mismo: ha ganado casi 80.000 votos desde las elecciones generales del 20-N y ha duplicado sus seis diputados en el Parlamento andaluz.
Pesa adem¨¢s la abstenci¨®n. Casi cuatro de cada 10 electores han preferido no votar. Si contamos el n¨²mero total de electores, el PP y el PSOE solo se reparten el 50% de los votos posibles, 25 y 25 m¨¢s o menos, con un 7% para IU. Partido por partido, la abstenci¨®n les gana a todos. Pero tampoco creo que los abstencionistas le den m¨¢s importancia a la corrupci¨®n que los que votan. Supongo que tanto unos como otros asumen que eso que llamamos corrupci¨®n es parte del sistema econ¨®mico vigente y, teniendo en cuenta que las cosas son irremediablemente as¨ª, unos votan y otros no.
La corrupci¨®n no parece ya la excepci¨®n, sino lo habitual. Entre contratas, comisiones, subcontratas, subvenciones y empresas p¨²blicas, incluso una visita del Papa de Roma puede convertirse en negocio en la Valencia del PP. Andaluc¨ªa ha sonado en todas partes por el caso de los expedientes de regulaci¨®n de empleo y las ayudas a empresas pr¨®ximas a gente del PSOE, pero los socialistas fingen no percatarse de que, m¨¢s all¨¢ de los individuos implicados en la causa penal, ha quedado en evidencia una manera de gobernar. A la hora de repartir fondos p¨²blicos, el Gobierno de la Junta hab¨ªa inventado sus normas para eludir los controles que establece la ley, o, como dec¨ªa un alto cargo de la Junta, ¡°evitar un dilatado proceso administrativo¡±. Se actuaba as¨ª por el bien com¨²n: salvar empresas y ¡°restablecer la paz social¡±, dicen los socialistas. Reconoci¨¦ndoles la buena voluntad, ese modo de gobernar es la v¨ªa m¨¢s segura al amiguismo, al nepotismo, al caciquismo, en una palabra.
Ahora, cuando ya no puede impedirlo, el PSOE se muestra dispuesto a permitir que el Parlamento investigue el caso famoso, como exige IU. Con mayor¨ªa absoluta, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n entend¨ªa que una comisi¨®n de investigaci¨®n era ¡°una comisi¨®n de difamaci¨®n con inmunidad parlamentaria¡±. Ahora la investigaci¨®n le parece bien porque ya no hay por medio ¡°intereses pol¨ªticos¡±. Es llamativo que los intereses pol¨ªticos le parezcan sospechosos a un pol¨ªtico profesional, pero supongo que ¡°intereses pol¨ªticos¡± equivale a elecciones, que ya han sido. Seg¨²n el resultado, los votos de IU y el PP bastar¨ªan para montar una comisi¨®n de investigaci¨®n.
Y existe la posibilidad muy probable de un gobierno entre el PSOE e IU (59 diputados en el Parlamento), porque, copiando casi literalmente las palabras de un dirigente del PP a prop¨®sito de IU, ¡°el PP no tiene el apoyo mayoritario de la ciudadan¨ªa para gobernar¡±. Tampoco lo tiene el PSOE, que no puede simular que no ha pasado nada, que nadie ha visto nada, que seguir¨¢ gobernando porque es perfecto. Se ha acabado la mayor¨ªa absoluta. Y los votantes han esquivado una mayor¨ªa absolut¨ªsima del PP, en Sevilla y en Madrid. La situaci¨®n ser¨¢ inc¨®moda para los dos Gobiernos: el auton¨®mico tendr¨¢ en Madrid un Gobierno de oposici¨®n y, en Andaluc¨ªa, Rajoy encontrar¨¢ la oposici¨®n del Gobierno que se sustente en la alianza quebradiza del PSOE y de IU. Los tiempos ser¨¢n complicados, con poco dinero, bajo la amenaza de que el Gobierno central intervenga o vigile las cuentas de la Comunidad Aut¨®noma de acuerdo con la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
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