Un caf¨¦ con sus fantasmas

Maika Makovski ten¨ªa 15 a?os y viv¨ªa en un estricto internado de Los Alpes. ¡°No era una mala chica, aunque me faltaba disciplina. Cosa que no aprend¨ª all¨ª¡±, cuenta la cantante mallorquina en un bar a pocos metros de la Plaza Mayor, abriendo sus expresivos e inquietantes ojos negros. All¨ª, en aquel internado, su compa?era de habitaci¨®n, Haica, le regal¨® unas botas. Eran duras e irrompibles. ¡°Las amistades que se tienen en esos sitios son inquebrantables¡±, cuenta Maika, a punto de cumplir 29 a?os y de atacar un sabroso pincho de tortilla. ¡°Sigo conservando las botas. Las uso y no se han roto ni una vez¡±. Es la raz¨®n por la que a su quinto disco, publicado el pasado 3 de abril y cantado en ingl¨¦s, lo ha titulado Thank you for the boots (gracias por las botas). ¡°Es una manera de agradecer su ayuda a todas las personas que me han apoyado. Ellos son mis botas. El disco trata de la amistad, la conciliaci¨®n y la autoamistad¡±.

Perd¨®n, un momento, ?autoamistad? ¡°S¨ª, yo solo aspiro a hacer m¨²sica ¨ªntima. Cuando tienes muchas armaduras y no te aceptas a ti misma eso es imposible. Ahora lo he conseguido y, poco a poco, he ido acept¨¢ndome. He salido de la bruma. Hace un tiempo las cosas me empezaron a ir mal en la cabeza y eso me hizo mirar demasiado para adentro. No me escuchaba. Estuve en terapia porque no ten¨ªa las herramientas para salir de all¨ª¡±, cuenta sonriente. ¡°Todav¨ªa me cuesta, pero procuro no vivir un mundo paralelo en mi cabeza. Intento vivir el presente y ser m¨¢s f¨ªsica¡±. Las canciones de su nuevo disco le han servido, asegura, para sacar a los fantasmas, darles la mano y preguntarles su nombre y apellido. ¡°Y tomar un caf¨¦ con ellos si hace falta¡±. Tambi¨¦n tienen una luminosidad y una dulzura, sin renunciar a lo violento, in¨¦ditas hasta ahora en sus anteriores discos. ¡°Busco la luz de una forma menos radical que c¨®mo lo hac¨ªa en el pasado¡±, dice. Viajemos pues al pasado y escarbemos en las razones. Bienvenidos a la asombrosa, compleja y enigm¨¢tica vida de Maika Makovski. Caviar para cualquier psic¨®logo.

De madre andaluza y padre macedonio, sus progenitores se conocieron en un local de Mallorca. ?l, trompetista balc¨¢nico, le sedujo a ella. De aquel ¡°amor rom¨¢ntico¡± naci¨® Maika, que hasta los 15 a?os vivi¨® en Mallorca y estudi¨® solfeo los s¨¢bados por la ma?ana. A los 15, se va al citado un internado de Los Alpes. A los 17, vive un a?o en Madrid, con su madre ya separada, y despu¨¦s casada otra vez con su padre. A los 18, vuelve a Mallorca, y doce meses despu¨¦s se marcha a vivir a Barcelona. Estudia Bellas Artes. Con 22, en 2005, publica su primer disco, Kradiaw. Y justo cuando ten¨ªa que salir al ruedo se va a vivir a Nueva York. Dos a?os. Desaparece. ¡°Estaba harta de la m¨²sica¡±, recuerda. ¡°Nueva York me carg¨® las pilas¡±. Recuperada, public¨® tres discos m¨¢s. Hasta ahora.

Maika vive en Barcelona pero ha pasado los ¨²ltimos meses viviendo en un apartahotel en La Latina. La raz¨®n, haber sido el fantasma que acompa?aba todas las noches al actor Juan Echanove en el teatro La Latina, durante la representaci¨®n de Desaparecer, una obra de teatro dirigida por Calixto Bieito, que se cerr¨® en Madrid el pasado 25 de marzo tras un a?o por toda Espa?a. Mientras Echanove daba vida a textos de Edgar Allan Poe, Maika, enigm¨¢tica, sombr¨ªa y espectral, vestida de blanco, al piano, los musicaba.

Falta la pregunta del mill¨®n: ?D¨®nde se gana menos dinero en el teatro o en la m¨²sica? ¡°En la m¨²sica, sin duda¡±, responde. ¡°Durante muchos a?os no he podido ni sobrevivir de la m¨²sica. En el teatro he entrado por la puerta grande. Nunca hab¨ªa hecho de actriz. Y ha sido un regalo excepcional. Tambi¨¦n en lo econ¨®mico¡±. Ahora, tras el teatro, Maika vuelve a las tablas, pero con su guitarra, su banda y su espect¨¢culo. El pr¨®ximo jueves 12 de abril comienza la gira de casi 20 fechas.