De presos en las c¨¢rceles cubanas, a 'sin techo' en las calles de Madrid
Exprisioneros pol¨ªticos tra¨ªdos a Espa?a por Exteriores hace un a?o pierden las ayudas p¨²blicas
![El grupo de disidentes cubanos de Móstoles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/X4GFSU7XS242AR46TIDLTBVFPI.jpg?auth=b516abe36da7a85d52680484eb9d91ae0dd19fd2ffb256995ab343b7556e7c4d&width=414)
Comenzaron a llegar en 2010. En el aeropuerto de Barajas los esperaban los flashes de los fot¨®grafos. Desde all¨ª los trasladaron a hoteles de tres estrellas. Compon¨ªan el colectivo de 115 presos que el presidente cubano, Ra¨²l Castro, tras la mediaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica y el entonces ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos, accedi¨® a liberar a condici¨®n de que abandonaran la isla. Llegaron junto a 650 familiares. Firmaron un convenio por el que Espa?a correr¨ªa con su manutenci¨®n un a?o, con posibilidad de otro m¨¢s. Ahora el convenio ha expirado y se encuentran sin recursos.
Una operaci¨®n humanitaria les permiti¨® llegar de los presidios cubanos a las calles de Madrid. En la Comunidad quedan unas 20 familias de aquellos disidentes. El resto se reparten por otras comunidades o han emigrado a Estados Unidos cuando ten¨ªan familia all¨ª. A medida que las ayudas han acabado (el alquiler, m¨¢s unos 180 euros por persona), se han ido reagrupando en los pisos de los que a¨²n sobreviven de la fianza de su apartamento. Una decena de estos cubanos se encontraba el s¨¢bado en una de estas casas, la de Luis Campo, en M¨®stoles. Ernesto Dur¨¢n, 17 a?os en la c¨¢rcel, mostraba el papel en el que la ONG CEAR le anunciaba el 1 de abril que no tendr¨ªa m¨¢s el dinero que le tramitaban en nombre del Ministerio de Exteriores. Junto con los siete miembros de su familia, incluido un beb¨¦ de dos meses, explicaba que est¨¢ durmiendo en casa de unos amigos.
Se encontraron con una guerra pol¨ªtica por capitalizar su liberaci¨®n
Un portavoz del ministerio ha confirmado a este peri¨®dico que el programa acab¨® y no est¨¢ pensada ninguna ampliaci¨®n. El actual Gobierno del PP mira a los disidentes como una inc¨®moda herencia del PSOE. Los cubanos pasan ahora a ser como cualquier inmigrante desempleado m¨¢s. ¡°Pero no somos inmigrantes normales¡±, contesta Arturo Su¨¢rez. ¡°Primero, que nos trajeron ellos, somos refugiados pol¨ªticos; y despu¨¦s, que yo he estado en la c¨¢rcel casi 24 a?os: para m¨ª no es f¨¢cil encontrar un empleo¡±. Arturo cuenta que cuando lleg¨® a Espa?a ni siquiera hab¨ªa visto un tel¨¦fono m¨®vil. ¡°No sab¨ªa ni pedir un caf¨¦, me costaba relacionarme: no nos pueden trasplantar aqu¨ª y olvidarse de nosotros¡±.
Otro de los disidentes pide la palabra. ¡°Yo s¨¦ que no se nos puede mantener con subsidios¡±, dice Diosris Santana, que lleva 10 d¨ªas comiendo unos espaguetis que le regalaron junto a cinco compa?eros de piso. ¡°Queremos trabajar para justificar esas ayudas: como barrenderos o en lo que sea. O que nos env¨ªen a otro pa¨ªs para emplearnos¡±. Muchos de ellos son obreros, pero tambi¨¦n hay m¨¦dicos o historiadores. Una de sus quejas es que a¨²n no les han homologado sus diplomas, ni los de secundaria.
"Queremos trabajar en lo que sea para poder justificar nuestros subsidios"
La suya fue la excarcelaci¨®n m¨¢s importante en Cuba desde 1998. Una parte importante de los liberados pertenec¨ªa a los presos pol¨ªticos concentrados en el Grupo de los 75. Sin delitos de sangre, se les acusaba de atentar contra la soberan¨ªa nacional y ¡°conspirar con Estados Unidos¡±.
En Espa?a se encontraron con una gran acogida, pero tambi¨¦n con la guerra entre PSOE y PP por capitalizar su liberaci¨®n. El entonces ministro de la Presidencia, Ram¨®n J¨¢uregui, atribuy¨® al Gobierno socialista ¡°el orgullo de decir al mundo que ha sacado a los presos de conciencia de las c¨¢rceles cubanas¡±. Mientras, los presos se reunieron con Esperanza Aguirre y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El PP incluso se llev¨® a cuatro de ellos a Bruselas para que defendieran la necesidad de mantener la Posici¨®n Com¨²n que condiciona las relaciones con Cuba a la mejora de derechos humanos.
El d¨ªa 4, Alberto Santiago Du Bouchet, uno de los expresidiarios, y periodista represaliado, se suicid¨® en Las Palmas. Los cubanos en el sal¨®n de la casa de M¨®stoles debaten hasta qu¨¦ punto el hecho tuvo que ver con las dificultades econ¨®micas a las que se enfrentan. Todos est¨¢n de acuerdo en que no quieren hacer demagogia. ¡°Nosotros arrastramos circunstancias complicadas. No vamos a negarlo¡±, dice pensativo Arturo. ¡°Hemos sufrido golpizas y tortura. Mantener el equilibrio a veces es duro¡±.
Luis, que permanec¨ªa callado, fuma en la ventana. ¡°Lo de Alberto da que pensar. Hemos pasado pruebas y privaciones. Est¨¢bamos encerrados pero con la conciencia limpia porque nuestra lucha nos parec¨ªa justa. Ahora es dif¨ªcil: hemos arrastrado a nuestras familias lejos de casa y no podemos darles de comer. Por primera vez en mi vida tengo cargo de conciencia. Tengo miedo¡±.
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