Presupuestos 2012: unos errores y un enga?o
Reducir el d¨¦ficit y la deuda, reactivar el consumo y mejorar la competitividad son los objetivos de la econom¨ªa espa?ola
La reacci¨®n catalana, que hemos o¨ªdo, a los presupuestos del Estado ha sido casi un¨¢nime: ¡°Son unos presupuestos injustos para Catalu?a¡±. La afirmaci¨®n, aunque sea muy localista, es acertada. Pero pienso que estos presupuestos son criticables por razones mucho m¨¢s profundas. Contienen unos errores importantes y un enga?o. Ve¨¢moslo.
S¨¦ que la confecci¨®n de unos presupuestos en estos momentos no debe de haber sido tarea f¨¢cil ni envidiable; pero, a pesar de la dificultad, es importante no olvidar algunos principios. La econom¨ªa espa?ola tiene cuatro problemas simult¨¢neos a los que hay que hacer frente y que imponen cuatro objetivos: reducir el d¨¦ficit p¨²blico, reducir la deuda privada, reactivar el consumo interior y mejorar la competitividad exterior. Estos dos ¨²ltimos conducir¨ªan a una disminuci¨®n del paro. La estrategia del Gobierno que est¨¢ detr¨¢s de estos presupuestos es dar prioridad a la reducci¨®n del d¨¦ficit y dejar para m¨¢s adelante (?2013...?) los otros tres objetivos. Creo que con ello se comete un error importante. Explico por qu¨¦.
La raz¨®n que se aduce para justificar esta prioridad es que la reducci¨®n r¨¢pida del d¨¦ficit es la condici¨®n para encontrar en los mercados externos nuevos recursos para seguir financiando los presupuestos p¨²blicos y poder hacer frente a los vencimientos de la deuda espa?ola. ¡°Si no bajamos el d¨¦ficit¡±, se dice, ¡°nadie nos ayudar¨¢ ni nos prestar¨¢ dinero, o lo har¨¢ a un precio insostenible¡±. Esto es verdad, pero solo a medias. La principal condici¨®n para que nos presten dinero es que seamos capaces de devolverlo. Y ello se consigue reduciendo el d¨¦ficit, pero a¨²n m¨¢s tomando medidas para que la econom¨ªa vuelva a crecer y genere los ingresos fiscales que nos lo permitan. Por tanto, una pol¨ªtica de ajuste que olvide el objetivo de la reactivaci¨®n y la competitividad puede convertirnos en menos fiables todav¨ªa. No es de extra?ar que se diga a menudo a nivel internacional que lo m¨¢s preocupante de la econom¨ªa espa?ola no es su d¨¦ficit p¨²blico, sino su nivel de paro. Yo tambi¨¦n lo pienso as¨ª, y por ello elaborar unos presupuestos que reduzcan el d¨¦ficit, pero a cambio de incrementar m¨¢s el paro, creo que es un error.
Algunas consecuencias de este error estrat¨¦gico:
1. Hay que reducir la inversi¨®n en infraestructuras. Lo comparto, pero al escoger cu¨¢les se retrasan hay que aplicar un criterio estricto de productividad. El corredor del Mediterr¨¢neo ayuda a mejorar la competitividad y las exportaciones mucho m¨¢s que seg¨²n qu¨¦ tramos de AVE en la frontera con Portugal¡
2. Los recortes necesarios en gastos p¨²blicos deben hacerse en las actuaciones que menos penalicen el consumo. La desaparici¨®n de una ayuda (compra de vivienda) o el aumento de un impuesto (sucesiones) que afecte a las rentas altas no afecta al consumo, mientras que s¨ª lo afectan los recortes que disminuyen la capacidad de consumo de las rentas m¨¢s bajas.
3. Reducir las partidas destinadas a estimular la ocupaci¨®n, a aumentar las actividades de investigaci¨®n o a apoyar a empresas innovadoras y exportadoras es seguir hundiendo la actividad y cargarse los motores de la recuperaci¨®n.
Para acabar, el enga?o. Se dice que esta estrategia es la ¨²nica alternativa para tener financiaci¨®n de los mercados y por ello se concede una amnist¨ªa fiscal. ?Para qu¨¦ va a servir? No para lo que se dice. Siempre es muy discutible una amnist¨ªa, pero se podr¨ªa llegar a entender si a los miles de millones de euros que se permite repatriar y blanquear, pagando menos de la cuarta parte de lo que debieran haber pagado en su momento y perdon¨¢ndoles la multa correspondiente, se les impusiera como condici¨®n suscribir bonos del Estado a 10 a?os y al mismo inter¨¦s que el bono alem¨¢n. Ser¨ªa la manera de reducir a cero la prima de riesgo para estos bonos, tener financiaci¨®n barata a largo plazo y dar as¨ª la vuelta a la presi¨®n de los mercados, que es la que obliga a tomar decisiones dolorosas. Esto podr¨ªa llegar a justificar la amnist¨ªa. Pero la amnist¨ªa es tan generosa que perdona miles de millones de euros sin exigir ning¨²n esfuerzo a sus beneficiarios, que quedan libres de hacer lo que quieran con el dinero blanqueado. Lo siento, pero me resulta enormemente sospechoso. M¨¢s bien parece que se ha encontrado una buena excusa para, alegando otros objetivos, hacer algunos favores¡
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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