Los adeptos a la mano dura

Algunos jueces, pol¨ªticos y periodistas alertan de que Barcelona, convertida en oasis de los antisistema, da cobijo a grupos extremistas procedentes del extranjero. El c¨ªclico estribillo resucit¨® el 29-M, cuando, con motivo de la huelga general y las movilizaciones contra los recortes y la reforma laboral, hubo actos violentos y destrozos en la capital catalana. Pero a grandes males, grandes remedios. Por eso hay una reforma antivandalismo en marcha, propuesta al un¨ªsono por el consejero de Interior catal¨¢n, Felip Puig, y el ministro del ramo, Jorge Fern¨¢ndez. El objetivo es que m¨¢s pronto que tarde los radicales se vean obligados a entonar el Addio Lugano bella,como les sucedi¨® a los anarquistas italianos refugiados en el Ticino cuando fueron expulsados por las autoridades suizas hace m¨¢s de un siglo.

El esp¨ªritu de Giuseppe Fanelli, que adem¨¢s de ser mas¨®n vino hace dos siglos a Espa?a a expandir las ideas libertarias, tiene, pues, los d¨ªas contados en la Barcelona que encara con paso firme el futuro. ?Garantiza la reforma antivandalismo que impulsan Fern¨¢ndez y Puig que no vuelvan a levantarse en la capital catalana las columnas de humo del 29-M, en las que algunos han cre¨ªdo ver el fantasma de la Ciutat Cremada? No es muy probable. Hoy d¨ªa no hay gente armada en las barricadas, ni los ni?os trabajan en las f¨¢bricas, ni la poblaci¨®n muere de infecciones, ni salen tropas de reemplazo con destino a la guerra de ?frica. El problema, como el Fondo Monetario Internacional se ha encargado de hacernos ver esta misma semana, es que nos hemos mal acostumbrado a vivir demasiados a?os ¡ª?por encima de nuestras posibilidades?¡ª y eso en ¨¦poca de recortes no es pertinente. Seg¨²n el FMI, vivir es un riesgo financiero.

Algunos, en Catalu?a, ya lo hab¨ªan descubierto. Ah¨ª est¨¢n las 10.000 personas que aguardan un dictamen desde finales del verano pasado sobre si tienen o no derecho a la renta m¨ªnima de inserci¨®n. O los 6.903 afectados por los 327 expedientes de regulaci¨®n de empleo que solo desde la aprobaci¨®n de la reforma laboral ¡ªel 13 de febrero¡ª hasta el fin de ese corto mes se produjeron. O esa veintena de ¨®rdenes de desahucio que se activaron diariamente durante 2011 en Catalu?a. O el 32% de aumento de personas ¡ªcasi 3.000¡ª sin vivienda que desde 2008 se ha registrado en Barcelona. O los 25.000 dependientes que esperan que se resuelva su expediente.

Ese cuadro de fractura social coexiste con los actos vand¨¢licos que preparan ¡°guerrillas urbanas¡± anunciadas, enunciadas y denunciadas por m¨²ltiples consejeros de Interior, pero nunca policialmente desarticuladas. Y en ese frente se pone el ¨¦nfasis Pero ?para combatir el vanadalismo hay que condenar, como se pretende ahora, con penas de hasta cuatro a?os a quien practique la resistencia pasiva? La fe en la mano dura gana adeptos entre los poderes. De momento, no ha sido preciso nombrar un fiscal contra los delitos de violencia urbana, como propon¨ªa Felip Puig, para que la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 18 de Barcelona haya decidido esta misma semana mantener en r¨¦gimen de prisi¨®n provisional a dos j¨®venes que participaron en el corte de tr¨¢fico de la Diagonal del pasado 29-M. Un piquete integrado por 80 personas arroj¨® huevos y piedras a los Mossos d'Esquadra. La polic¨ªa se incaut¨® de l¨ªquido inflamable, petardos y un walkie-talkie y, concluye la juez, todo eso revela que los detenidos ¡°decidieron atentar contra la paz p¨²blica, de forma coordinada con terceras personas y usando medios que revelan una alta peligrosidad criminal¡±. Por ese motivo, esos dos j¨®venes que carecen de antecedentes contin¨²an en prisi¨®n.

Hay otros expertos en agitar la paz p¨²blica, pero viven apaciblemente en sus domicilios. F¨¨lix Millet, saqueador confeso del Palau desde septiembre de 2009, sigue en libertad y ha mantenido hasta el pasado d¨ªa 2 de abril en su poder dos cuadros valorados en 750.000, uno de los cuales trat¨® de vender en 2010 para pagar ¡°gastos judiciales¡±. El saqueo, seg¨²n el peritaje realizado por encargo del Palau, se eleva a 35 millones de euros. Millet fue condenado en 1984 por la estafa de Renta Catalana. Pero para algunos ha llegado el esp¨ªritu de la Pascua. Ese sin duda tambi¨¦n ha guiado al Ejecutivo central en su decisi¨®n de amnistiar a quienes de forma sistem¨¢tica han evadido capitales y practicado, as¨ª, el fraude fiscal.