Noches a la intemperie para dos minutos en el Registro Civil de Collado Villalba
Decenas de ciudadanos esperan horas para 12 turnos de atenci¨®n al d¨ªa Fuentes judiciales admiten problemas en muchos registros de la periferia por falta de medios
Dos horas antes de que abra, ya hay una lista informal con 12 nombres a la espera de ser atendidos en el Registro Civil de Collado Villalba. La gente reserva horas antes la docena de turnos que se reparte al d¨ªa. Los primeros llegaron ayer por la tarde para que, en dos minutos, les digan que deben esperar a ser citados. "Esto ocurre en el siglo XXI y en Europa", resalta un afectado. Fuentes judiciales admiten el problema, que extienden a "la mayor¨ªa de juzgados de la periferia", y explican que la Comunidad, competente en Justicia, est¨¢ informada. Desde el Gobierno regional responden que los asuntos de los registros dependen de los jueces: "De nada sirven muchos funcionarios, si faltan los responsables ¨²ltimos de tramitar las peticiones".
Los vecinos de la plaza de los Belgas, donde est¨¢ los juzgados (y el Registro Civil) de este municipio de la sierra de Guadarrama, a 40 kil¨®metros de la capital, est¨¢n acostumbrados a ver gente a las puertas noches enteras. Cada vez llegan m¨¢s temprano. "En 2008, para unos tr¨¢mites para mi hija, llegu¨¦ sobre las 6.00. Ahora, por asuntos de mi mujer, vine y me enter¨¦ de que la gente llega la noche anterior", explica Germ¨¢n.? La mayor¨ªa esperan por la adquisici¨®n de la nacionalidad y relatan a?os de tr¨¢mites, pero prefieren no dar sus nombres. Nunca se sabe.
"En 2008, tuve que llegar a las 6.00. Ahora se viene la noche anterior", explica uno de los afectados
El registro de Collado Villalba, cabeza de partido judicial, cuenta con tres funcionarios, pese a su amplitud (atiende a 170.000 habitantes frente al l¨ªmite de referencia de 125.000), explican fuentes judiciales. "No es que no quieran, de hecho, trabajan en horario de tarde sin obligaci¨®n", afirman echando en falta m¨¢s medios. Una portavoz de la Consejer¨ªa de Presidencia y Justicia indica que la Comunidad est¨¢ a la cabeza del pa¨ªs en n¨²mero de funcionarios (su responsabilidad) por juez, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Consejo General del Poder Judicial. "No ocurre as¨ª con la cifra de jueces -que dependen del Ministerio- por habitante, en la que somos los cuartos del pa¨ªs. Sin su labor de control, da igual los medios que se pongan".
En la puerta espera una mujer de origen colombiano y unos 50 a?os, que afirma llevar una d¨¦cada en Espa?a. Lleva varias visitas al registro: "Otras veces ha tenido que guardarme el turno mi madre, de 77 a?os, porque yo ten¨ªa que trabajar", describe sentada en una silla plegable y tapada con una manta prestada, a las puertas del edificio. Detr¨¢s de ella, un cartel explica que en el registro se atiende a los que tienen cita previa por telegrama y tel¨¦fono -20 al d¨ªa, seg¨²n fuentes judiciales- y a quienes recogen uno de los 12 n¨²meros repartidos a las 9.00. Tambi¨¦n advierte que los ni?os tienen preferencia.
Prioridad para los beb¨¦s
En la fila, son conscientes de la prioridad de los reci¨¦n nacidos, aunque no est¨¢n seguros de si les restan puestos. "Esperemos que no haya muchos", comentan, por si acaso, en tono jovial. El fr¨ªo (seis grados de m¨ªnima) no les resta buen humor. Cuando poco antes de las nueve llega una pareja a inscribir a Ainhoa -que naci¨® hace 12 d¨ªas y va bien arropada en brazos de su mam¨¢-, les animan a ponerse los primeros. Los padres cuentan que acudieron a los registros de Alpedrete, donde viven, y Torrelodones, pero por cuestiones legales han tenido que ir a Collado Villalba, cabecera de partido judicial. Aunque la han sufrido menos tiempo, no dejan de sorprenderse por la cola, que tildan de "alucinante".
La n¨²mero 12 de la fila, otra mujer latinoamericana cuyo marido reserv¨® el puesto, est¨¢ convencida de que no lo perder¨¢. Detr¨¢s a¨²n esperan tres o cuatro optimistas, por si hay flexibilidad con el numerus clausus. Muchos ya han hecho varios intentos. Algunos resultan especialmente llamativos, como los de un joven boliviano que ha venido varias veces andando desde Alpedrete, a cinco kil¨®metros y en torno a una hora a pie. "Cuando salgo de casa, a las 3.00, no hay transporte p¨²blico", dice rest¨¢ndole importancia y asegur¨¢ndose de que no se publique su nombre.
"Cuando salgo de casa, a las 3.00, no hay transporte", dice un joven que ha llegado andando desde Alpedrete
Fran, otro joven ecuatoriano, insiste en cambio en aportar su caso para denunciar la situaci¨®n. ?No lo ha intentado por otra v¨ªa? "Te dicen que esto depende del Ministerio de Justicia y de la Comunidad y no solucionan nada", responde. "Ah¨ª hay un buz¨®n de sugerencias, si ahora nos dejan entrar por fin, pues lo pondremos", anuncia con resignaci¨®n Germ¨¢n, que lleva toda la noche guardando el puesto para su mujer, de origen colombiano.
A las nueve menos cuarto sale un guardia de seguridad, que bromea sobre la "terraza que se ha montado". Deja caer que son pocos y que entrar¨¢n todos. Ellos anticipan la fila seg¨²n su lista. El buen ambiente contrasta, dicen, otros d¨ªas. "Llevo viniendo toda la semana y el martes hab¨ªa gente que no dejaba a los dem¨¢s moverse de la cola, para descansar un poco en sus coches o ir a por un caf¨¦", comenta un marroqu¨ª que espera hoy, por fin, consultar informaci¨®n.
Las puertas se abren por fin a la hora prevista. Los optimistas se llevan la raz¨®n porque entran los cuatro extra que esperaban -otros se dieron la vuelta-. Las casi 18 horas del matrimonio marroqu¨ª, 15 del padre de Fran o 12 de Germ¨¢n sirven de poco. En este d¨ªa "excepcional", seg¨²n los habituales, una funcionaria les informa al llegar de que para jurar la nacionalidad necesitan una citaci¨®n del propio registro, que seg¨²n ellos se demora mucho, por lo que suelen acudir antes por su cuenta. "Mi novia vino hace dos meses con esta misma carta y pudo hacer la jura", lamenta Fran. Y se marcha, con otros compa?eros, a seguir esperando.
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