Los uniformes vuelven a Montju?c
La Coronela de Barcelona, una asociaci¨®n creada para los actos del tercer centenario de 1714, ¡®reconquista¡¯ el castillo
El castillo de Montju?c sigue sin librarse de sus fantasmas, ni de los uniformes. Con motivo de los actos de Sant Jordi, la asociaci¨®n de la Coronela de Barcelona ¡ªcreada con la finalidad de difundir la cultura de autodefensa y militar de Catalu?a por un grupo de historiadores¡ª, junto con Els Miquelets de Girona y de los de Catalunya, rindieron el domingo honores al patr¨®n de Catalu?a. Los soldados ¡ªde mentira¡ª desfilaron por la pasarela del castillo hasta formar filas en el patio de armas. Luc¨ªan los uniformes que vest¨ªa el regimiento de infanter¨ªa de 1714 para recrear la reconquista del castillo de Montju?c. Pero pac¨ªficamente, sin enemigos a la vista.
Si antes la presencia militar ¡ªdel Ej¨¦rcito de Espa?a y las colecciones del museo ya desalojadas¡ª irritaba a CiU tanto como para votar en contra de las condiciones de la cesi¨®n del castillo en 2007, ahora, desde el gobierno de la ciudad, se alimentan las expresiones de la llamada autodefensa militar. Ayer, sin ir m¨¢s lejos, Jordi Mart¨ª, el concejal del distrito de Sants-Montju?c, particip¨® en el acto de la Coronela. El castillo ser¨¢ uno de los escenarios de los actos que se organizar¨¢n en 2014, con motivo del tercer centenario de la Guerra de Sucesi¨®n. Este aniversario propici¨®, hace un a?o, la creaci¨®n de la asociaci¨®n La Coronela de Barcelona en el barrio de Sants. ¡°Lo de hoy es como un aperitivo de lo que queremos hacer en 2014¡±, explicaba el tesorero de la asociaci¨®n, Josep Llu¨ªs Soler.
Montju?c est¨¢ desmilitarizado desde hace tres a?os, con la marcha de los ¨²ltimos soldados en 2009. Pero ayer volvi¨® a ser tomado por soldados vestidos a la semejanza de la milicia urbana del siglo XVIII. Los patrones se basan en los datos recogidos en el libro del historiador Xavier Hern¨¢ndez Cardona, Els ex¨¨rcits de Catalunya (1713- 1714) (Rafael Dalmau Editor). Armados con fusiles de avancarga para hacer m¨¢s ruidoso y espectacular el acto, con timbales, espadas, doncellas, fusileros de monta?a... Todo abanderado por tres nobles cruces de Sant Jordi, cargadas por soldados que marcaban el paso con firmeza.
El ej¨¦rcito era comandado por un Rafael Casanova representado por Nicolau Mart¨ªn, presidente de la asociaci¨®n la Coronela, que exhibi¨® la bandera de Santa Eul¨¤lia, la misma que sostuvo Casanova cuando cay¨® Barcelona en manos de las tropas borb¨®nicas del rey Felipe V.
La provocaci¨®n de traer de nuevo militares a Montju?c, aunque sea solo con disfraces, tambi¨¦n fue? tema de debate entre los propios organizadores. Algunos reconoc¨ªan lo pol¨¦mico del acto por la mera presencia de soldados, aunque fueran pol¨ªticamente correctos, en el castillo que parece condenado a ser habitado por uniformes
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