Silencios y contradicciones
Tienen raz¨®n en Madrid cuando dicen que, mientras CiU gobierne, Catalu?a nunca ser¨¢ un problema de verdad
Desde que el consejero Recoder regres¨® de Estados Unidos y anunci¨® obst¨¢culos, aparentemente insuperables, para que Eurovegas aterrice en Catalu?a, un sospechoso silencio se ha instalado sobre tan espinoso tema. El presidente Mas ha puesto las negociaciones directamente bajo su control, insatisfecho por la gesti¨®n de algunos consejeros. Consciente de las cr¨ªticas que el proyecto genera en sectores muy diversos, ha optado por la discreci¨®n m¨¢s absoluta. Su objetivo: que no se vuelva hablar del tema hasta que sea un hecho consumado. A la oposici¨®n, el silencio le ha venido de mil maravillas. La cobard¨ªa de algunos de sus dirigentes ha hecho que el PSC no se haya atrevido a liderar la movilizaci¨®n contra el proyecto. No quieren que se les acuse de haberse opuesto a una propuesta que comporta inversi¨®n y puestos de trabajo. Y no son capaces de explicar los efectos contaminantes que puede tener un negocio de este tipo para un pa¨ªs como el nuestro. De modo que por el inter¨¦s de los unos y la desidia de los otros, cualquier d¨ªa podemos encontrarnos con Eurovegas metida en casa sin que quepa ya posibilidad alguna de evitarlo.
Hay cierta fascinaci¨®n provinciana en el nacionalismo catal¨¢n ante las gentes con aureola de magnates y de dinero f¨¢cil. Pero la ciudadan¨ªa deber¨ªa saber algunas cosas. Por ejemplo, que Las Vegas en este momento est¨¢ en una crisis econ¨®mica profunda. Y que es uno de los lugares con mayor criminalidad de Estados Unidos, y donde, por cierto, gobierna una mujer, Carolyn Goodman, que ha sucedido en el cargo a su marido. All¨ª est¨¢ en un oasis, aqu¨ª nos la quieren colocar en plena ¨¢rea de metropolitana de Barcelona. Se nos cuenta una historia cargada de fantas¨ªa sobre puestos de trabajo y sobre inversi¨®n, que los propios valedores del proyecto han tenido que rebajar porque era tan cre¨ªble como una carta a los Reyes. Pero nadie se pregunta, por ejemplo, si la polic¨ªa y la justicia del pa¨ªs est¨¢n en condiciones de combatir la delincuencia que genera un negocio como este. Dicen sus colaboradores que el presidente de la Generalitat no tiene otra preocupaci¨®n que recortar gasto y arrancar inversi¨®n de donde sea. Me parece razonable que la cuesti¨®n del dinero se haga obsesiva en las circunstancias que vivimos. Sobre todo si se parte de la decisi¨®n m¨¢s que discutible de que lo ¨²nico importante es ser el primero de clase en la asignatura de la austeridad, con la esperanza de que este esfuerzo reciba un premio que no llega por ninguna parte. Pero la caza del inversor no justifica inclinarse delante del primero que llame a la puerta, y mucho menos aceptar un negocio de ¨¦xito dudoso y con capacidad de corrosi¨®n social muy grande.
Nos dice el presidente Mas que su modelo es Massachusetts. Massachusetts y Las Vegas no son compatibles en un pa¨ªs peque?o como Catalu?a. Massachusetts significa inversi¨®n en innovaci¨®n e investigaci¨®n, en educaci¨®n y en sanidad (que es una de las bazas fuertes del Catalu?a), con la consiguiente cultura del esfuerzo y del riesgo. Eurovegas es la quimera del dinero f¨¢cil y todo lo que le rodea.
CiU ya no vive en la ambig¨¹edad, como en tiempos del pujolismo, vive en la contradicci¨®n. Cuando Dur¨¢n Lleida espera toda una tarde una llamada del Gobierno que no llega para dar el s¨ª a los presupuestos del Estado a cambio de una propina, la sensaci¨®n es de humillaci¨®n, absolutamente incompatible con el discurso soberanista que emanaba del ¨²ltimo congreso de Converg¨¨ncia; cuando la coalici¨®n pone precio, 219 millones de euros, al apoyo a los presupuestos, un dinero que el Estado debe a Catalu?a, es decir, que no es ninguna concesi¨®n graciosa, el rid¨ªculo es desesperante. El argumento de que no hay dinero es de ida y vuelta. Es el argumento de CiU para aplazar una y otra vez su propuesta estrella del pacto fiscal y es el argumento del PP para no dar ni un euro de lo que Espa?a tiene comprometido con Catalu?a. Soberanismo ante las masas y sumisi¨®n al Gobierno del PP en el d¨ªa a d¨ªa; Massachusetts de cara al p¨²blico, Eurovegas en la trastienda; llamadas a la inversi¨®n y a la innovaci¨®n y sumisi¨®n ciega a la doctrina de la austeridad, convertida en horizonte insuperable de nuestro tiempo, ?cu¨¢nto tiempo se aguanta este juego de contradicciones sin que el prestigio de la pol¨ªtica se resienta? Desde luego, tienen raz¨®n en Madrid cuando dicen que, mientras CiU gobierne, Catalu?a nunca ser¨¢ un problema de verdad para Espa?a. Nunca cruzar¨¢ una l¨ªnea roja.
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