Entre la crisis y el desencanto

El comentario ha sido un¨¢nime en el tendido de la Real Maestranza durante la pasada Feria de Abril: la fiesta de los toros ha tocado fondo y est¨¢ necesitada de una reconversi¨®n que le permita afrontar el futuro con ciertas garant¨ªas; de lo contrario, el horizonte de este espect¨¢culo secular se presenta muy sombr¨ªo. Y la realidad de cada d¨ªa ha sido suficiente para cargar de razones a los muchos que piensan que el sector est¨¢ obsoleto y mortecino, y urge que quienes viven de ¨¦l ¡ªespecialmente, las figuras, los ganaderos y los empresarios¡ª hagan un serio examen de conciencia y ofrezcan soluciones alternativas y eficaces a la preocupante situaci¨®n actual.

Seg¨²n el dato ofrecido por la propia empresa Pag¨¦s, arrendataria de la plaza sevillana, la venta de abonos baj¨® este a?o un 17%, descenso que se une a los que ya se produjeron en a?os anteriores. De hecho, en solo cinco de los 19 festejos celebrados (16 corridas, dos espect¨¢culos de rejoneo y una novillada) se llen¨® el coso como en los mejores tiempos.

Se dice, y ser¨¢ verdad, que la crisis econ¨®mica ha perjudicado gravemente la venta de entradas, pero no en menor proporci¨®n que el desencanto que aflige al aficionado, cansado y desenga?ado ante una fiesta que pierde a borbotones un ingrediente vital, sin el cual carece de sentido: la emoci¨®n.

La Feria de Abril de 2012 ha sido la del fracaso generalizado y muy preocupante del toro bravo. Estaban anunciadas las ganader¨ªas m¨¢s prestigiosas y deseadas por los toreros, y sobran los dedos de una mano para contar los toros sobresalientes por su casta y nobleza. En concreto, solo merecen ser destacados un toro de El Pilar, lidiado por David Mora, tres de Torrestrella, y la regularidad de la corrida de Victorino Mart¨ªn. Entre los dem¨¢s, predominaron los anovillados, los inv¨¢lidos y los descastados, muchos de ellos hasta la desesperaci¨®n.

A pesar del general aburrimiento, hubo faenas de triunfo y destellos de torer¨ªa que no conviene olvidar.

Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares se ha erigido por m¨¦ritos propios en el triunfador indiscutible del ciclo ferial a tenor de las cinco orejas que ha cortado: una, el Domingo de Resurrecci¨®n, y cuatro la tarde del viernes de preferia, en la que sali¨® a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe. El torero alicantino ocupa el trono de toreo moderno por su elegancia, su profundo sentimiento art¨ªstico, su empaque y su peculiar forma de entender a los toros bonancibles, como los dos de Victoriano del R¨ªo, a los que desorej¨®. Y el p¨²blico actual, arrollado por un triunfalismo desmedido y olvidado del toro fiero, poderoso y encastado, lo ha declarado paradigma del arte del toreo del siglo XXI.

Junto a Manzanares hay que colocar a su cuadrilla, un ramillete de toreros extraordinarios, ¡ªCurro Javier, Juan Jos¨¦ Trujillo y Luis Bl¨¢zquez, a pie, y Chocolate y Jos¨¦ Antonio Barroso, a caballo¡ª, que ha impartido lecciones maestras las tres tardes que ha saltado al ruedo maestrante.

Dos orejas gan¨® Alejandro Talavante, un torero recuperado para la inspiraci¨®n, y una cada uno Iv¨¢n Fandi?o ¡ªuna sorpresa confirmada¡ª; Joselito Adame ¡ªtemplado artista¡ª; Antonio Nazar¨¦ ¡ªsevillano con futuro¡ª; Esa¨² Fern¨¢ndez ¡ªesperanza por confirmar¡ª; L¨®pez Sim¨®n ¡ªjuventud y entrega¡ª; David Mora ¡ªcasta y t¨¦cnica¡ª; y El Fandi ¡ªespectacular bajo la lluvia¡ª. Un ap¨¦ndice consigui¨® el novillero Gonzalo Caballero, y los rejoneadores se repartieron dos Diego Ventura, y una cada uno Rui Fernandes y Noelia Mota.

Merecen una menci¨®n las templad¨ªsimas ver¨®nicas de Daniel Luque el Domingo de Resurrecci¨®n; las originales zapopinas (lopecinas) de Joselito Adame; las chicuelinas de Morante en su ¨²ltimo toro y las ver¨®nicas con las que Rafaelillo recibi¨® al miura corrido en quinto lugar.

Larga es la n¨®mina de subalternos destacados ¡ªJos¨¦ Antonio Carretero, El Chano, Alcalare?o, Rafael Perea Boni, Jos¨¦ Chac¨®n, Javier Ambel, Antonio Jim¨¦nez Lili, Rafael Gonz¨¢lez, David Adalid, Francisco J. Tornay¡­¡ª, pero el primer lugar lo ocupan Curro Javier, Juan Jos¨¦ Trujillo y Luis Bl¨¢zquez. A caballo destacaron Aurelio Cruz, Pedro Iturralde, Pl¨¢cido Sandoval Tito, Jos¨¦ Doblado, J. Francisco Aguado y Jos¨¦ Antonio Barroso.

Tambi¨¦n hubo toreros, muchos, de los que se esperaba una campanada y su timbre no se escuch¨®. Por falta de toros o de ¨¢nimo pasaron desapercibidos Morante de la Puebla, El Cid, Sebasti¨¢n Castella, Cayetano y Paquirri, entre otros.

A pesar de todo lo dicho, las alegr¨ªas fueron pocas y breves. La crisis y el desencanto exigen una urgente regeneraci¨®n.

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