La resistencia ante los desahucios, su gran orgullo
En un a?o el 15-M y la PAH han parado decenas de desalojos, unos 70 en Madrid Los indignados ayudan a los afectados y les piden que se sumen a la lucha
Cuando vio que a su abuelo se le echaba el desahucio encima, Jonatan Torres, de 24 a?os, no fue a pedir ayuda a un organismo p¨²blico o a servicios sociales. Ni siquiera a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Se present¨® ante la asamblea 15-M de su barrio, Carabanchel (una de las m¨¢s activas), y les cont¨® su problema. All¨ª se solidarizaron con ¨¦l, le informaron, le pusieron en contacto con la PAH y le ofrecieron acompa?amiento en un proceso cuyos detalles ignoran muchos afectados, que tampoco tienen dinero para pagar a quien les asesore. Asistir a una de las reuniones en las que miembros de estas asambleas atienden a afectados con el alma vilo, abre un interrogante: ?qu¨¦ ha pasado para que la ¨²nica puerta (adem¨¢s de la de la PAH) en la que estas personas acaban encontrando informaci¨®n a su alcance y acompa?amiento sea esta?
Un d¨ªa les pregunt¨¦: ?pero vosotros ten¨¦is tambi¨¦n hipoteca?¡±
El nacimiento del 15-M y de la rama madrile?a de la PAH (la catalana le saca meses de ventaja) sucedi¨® con pocos d¨ªas de diferencia. Y el flechazo fue instant¨¢neo. Los indignados encontraron en los afectados una causa con la que materializar su apoyo a quienes consideran v¨ªctimas de la crisis, dejadas de lado por un Gobierno que s¨ª destina dinero p¨²blico al rescate de las entidades financieras. Y los afectados encontraron en los indignados apoyo moral y f¨ªsico para frenar sus desalojos. ¡°Sin ellos habr¨ªa sido imposible¡±, dice Tatyana Roevo, de la PAH, cuyo desalojo fue el primero que se fren¨® en Madrid.
Ha pasado un a?o desde que los indignados empezaran a prestar su apoyo a los afectados y ¡ªal menos en las asambleas m¨¢s activas¡ª han ido aprendiendo de la experiencia. Entre otras cosas, han tomado nota de una cosa: no hay mejor activista y consejero que quien ha pasado por lo mismo. Por eso intentan que las personas a quienes ayudan se sumen y sigan asesorando a quienes llegan detr¨¢s.
En Carabanchel el objetivo se est¨¢ cumpliendo. Varios afectados asesoran ahora a los nuevos que van llegando. Y uno de los casos m¨¢s simb¨®licos es el de Marceline Rosero, de 45 a?os, muy activa desde que encontrara en esta asamblea el apoyo que no hall¨® en otra parte.
Rosero va en silla de ruedas porque siendo una ni?a sufri¨® la polio. Pero eso no impidi¨® que hace 18 a?os se viniera a Espa?a. Atr¨¢s quedaban su marido y sus dos hijos, muy peque?os. Sufri¨® mucho. Sin papeles y con una discapacidad, no hab¨ªa forma de que encontrara empleo. Malvivi¨® y pas¨® hambre. Pero poco a poco, y con ayuda de los primeros amigos, fue saliendo de la pobreza extrema, logr¨® dejar atr¨¢s una depresi¨®n y fue sacando cabeza.
En 2006, con sus dos hijos mayores ya en Espa?a y un tercero (de una nueva pareja) reci¨¦n nacido, se compr¨® un piso para tener intimidad junto a sus hijos y dejar de compartir piso. Se compr¨® un bajo en Pan Bendito con dos habitaciones y muchas humedades. Pidi¨® una hipoteca que dej¨® de pagar cuando se qued¨® en paro, hace ya meses. En octubre le lleg¨® la primera orden de desahucio y se desesper¨®. A trav¨¦s de Internet dio con la PAH, quienes le pusieron en contacto con la asamblea 15-M de Carabanchel. Hace unos meses, tras exponer su situaci¨®n en varios medios de comunicaci¨®n, su banco le ofreci¨® un alquiler social (la familia sobrevive con los 340 euros de ayuda p¨²blica que ingresa). A cambio le pidieron que no los nombrara en los medios.
Rosero no diferencia entre la PAH y el 15-M. Para ella es lo mismo: personas que sin conocerla la ayudaron y la abrazaron cuando llor¨®. Un d¨ªa pregunt¨® a dos de las personas del barrio que m¨¢s le estaban apoyando '?Pero vosotros ten¨¦is hipoteca?' ¡°No', me dijeron. Y yo no entend¨ªa¡±, explica. ¡°?Lo hacen porque les pagan? ?Para ponerse una medallita? No, porque quieren ayudar y no soportan las injusticias. Y si ellos se implican, ?c¨®mo no me voy a implicar yo?¡±. Ella es ahora una asidua en los desahucios y ayuda a otros afectados desde la asamblea de Carabanchel. ¡°Veo a tanta gente que llega como llegu¨¦ yo. Me doy cuenta de que no saben ni por d¨®nde empezar. Ayudarles me hace bien. Es como tener un mill¨®n de amigos de los buenos¡±.
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