El legado de un protegido de Picasso
Javier Vilat¨® recibe le homenaje de Barcelona con cinco exposiciones y m¨¢s de 170 obras
Despu¨¦s de a?os de silencio, Barcelona reivindica por todo lo alto la figura de Javier Vilat¨® (Barcelona, 1921-Par¨ªs, 2000), con cinco exposiciones y un libro reunidos bajo el t¨ªtulo Barcelona-Par¨ªs. Un camino de libertad. Lo que se vio en 1999 en la Sala Dalmau y en 2005 en la Fundaci¨®n Vila Casas fue solo el aperitivo de este homenaje, que despliega m¨¢s de 170 obras, representativas de todas las ¨¦pocas y facetas de su trayectoria creativa, repartidas en cinco sedes: la figura humana, en el Museo Picasso; los bronces, en el Museo Frederic Mar¨¨s; los animales, en el Espai Volart; los bodegones, en la Sala Dalmau, y los grabados y libros de artista, en la galer¨ªa Joan Gaspar.
El hijo de Vilat¨®, comisario del proyecto, ha manifestado su voluntad de depositar una amplia representaci¨®n de la obra del artista en los museos de Barcelona.
Creci¨® rodeado de las obras que ahora cuelgan en los principales museos del mundo y se form¨® en la escuela del m¨¢s grande, como no pod¨ªa ser distinto siendo el sobrino predilecto de Pablo Picasso. ¡°Javier Vilat¨®, el hijo artista que Picasso nunca tuvo¡±, le defini¨® Pilar V¨¦lez, flamante directora del Dhub y coordinadora del homenaje en forma de cinco exposiciones, que le brinda Barcelona, la ciudad donde naci¨® y con la cual siempre mantuvo relaci¨®n, si bien se estableci¨® definitivamente en Par¨ªs en 1946. Ahora vuelve, quiz¨¢ para quedarse si las conversaciones entre los herederos del artista y los museos de la ciudad prosperan. ¡°El t¨ªtulo Barcelona-Par¨ªs. Un camino de libertad remite a un recorrido de ida, que ahora puede ser de vuelta¡±, subray¨® V¨¦lez.
Javier Vilat¨® hijo aprovech¨® el momento para recordar que ¡°Barcelona tiene una deuda pendiente con Vilat¨® y otros artistas de su generaci¨®n¡± y se declar¨® dispuesto a depositar la obra de su padre en los museos barceloneses siempre que ¡°sea recibida con el mismo cari?o con que se ofrece¡±.
Seg¨²n Vilat¨® la llegada de Pepe Serra a la direcci¨®n del MNAC puede haberle proporcionado el interlocutor que hasta ahora le hab¨ªa faltado. El hijo y la viuda del artista, que gestionan tambi¨¦n el legado de su hermano Josep Vilat¨®, m¨¢s conocido como Fin, donaron toda la obra gr¨¢fica de este a la Biblioteca de Catalu?a y una pintura al Macba. ¡°No la colgaron nunca y no queremos que pase lo mismo con la obra de Vilat¨®¡±, lamentan.
El hijo de Vilat¨® cree que Barcelona tiene una deuda con su padre y su generaci¨®n
El itinerario, dise?ado por Javier Vilat¨® hijo, ofrece una visi¨®n de 360 grados de la trayectoria de un artista que fue, ante todo, un gran retratista. Lo demuestran los rostros de la exposici¨®n Gente, que re¨²ne unas 30 obras en el Museo Picasso, pero tambi¨¦n los animales, las Bestioles, que dan t¨ªtulo a la exposici¨®n m¨¢s amplia que exhibe 52 pinturas en el Espai Volart de la Fundaci¨®n Vila Casas. ¡°Todos son retratos. Javier no pintaba el g¨¦nero, pintaba un p¨¢jaro determinado o un perro concreto, adoraba los galgos¡±, record¨® su viuda, Marianne Torstenson, una galerista sueca, cuyo rostro es perfectamente reconocible en algunas de las obras m¨¢s espectaculares colgadas en el Picasso.
Este museo donde, seg¨²n su viuda, ¡°Vilat¨® jam¨¢s habr¨ªa expuesto en vida¡±, es la mejor sede para empezar el recorrido, ya que atesora una pintura a cuatro manos y muchos documentos que arrojan una nueva luz sobre la relaci¨®n entre sobrino y t¨ªo. Tal como escribe Picasso en muchas dedicatorias ¡°tu t¨ªo, que lo es de verdad¡±. Vilat¨® nunca reneg¨® de este ¡°apadrinamiento oculto¡±, pero hizo lo posible para metabolizar la lecci¨®n del cubismo y plasmarla en una obra singular. No abandon¨® nunca la figuraci¨®n, si bien en una acepci¨®n muy personal, con los a?os se fue sintetizando, depurando y curiosamente haci¨¦ndose m¨¢s clara y luminosa. As¨ª la paleta de tonos oscuros de las d¨¦cadas de 1970 y 1980, que se plasma en una treintena de bodegones reunidos en la exposici¨®n Cosas en la Sala Dalmau, deja paso a las escenas soleadas, pintadas en su casa en el campo de Alicante, con tonos pasteles, azules y verdes brillantes que parecen salidos de la mano de un joven.
El patio del Museo Mar¨¨s acoge una selecci¨®n de bronces realizados en los ¨²ltimos tres a?os de vida, tras ver una exhibici¨®n sobre escultura ib¨¦rica en el Grand Palais de Par¨ªs, que funcion¨® como detonante de una pasi¨®n arrinconada en los a?os de juventud.
Cierra el recorrido una exposici¨®n de grabados y libros de artista, un g¨¦nero que cultiv¨® a lo largo de toda su vida, expuestos en la galer¨ªa Joan Gaspar, con la que mantuvo una estrecha relaci¨®n desde 1955. Aunque es habitual que tras una gran exposici¨®n en un museo, las obras del artista en cuesti¨®n aparezcan en muchas galer¨ªas, es la primera vez que un proyecto se gesta de manera conjunta entre instituciones p¨²blicas y privadas, ¡°una f¨®rmula que el Ayuntamiento piensa impulsar¡±, indic¨® el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana.
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