El Celta funde los plomos del Guadalajara

No son momentos de dudas y el Celta quiere dejar claro que este a?o s¨ª, que ha llegado el momento y apuesta a todo o nada por el ascenso directo, que poco importa que un partido se empiece a las nueve de la noche y se acabe pasadas las once de la ma?ana del d¨ªa siguiente. Esa opereta sucedi¨® en Guadalajara, desplazamiento se?alado como un escollo decisivo en el camino, pero que al final s¨®lo incordi¨® porque a ocho minutos del final se fue la luz en tres torretas del Pedro Escart¨ªn. Ya casi de madrugada se determin¨® reanudar el choque en cuanto hubiese luz natural, un tiempo en el que los locales buscaron sin ¨¦xito al menos el consuelo de un gol y De Lucas remat¨® al palo un servicio de Toni. Nada iba a cambiar y nada cambi¨®: el Celta se qued¨® con los deberes hechos y a la espera de lo que pueda hacer esta noche el Valladolid en el feudo del Barcelona B. Un nuevo tropiezo de los castellanos ser¨ªa oro no s¨®lo para los vigueses sino para el Deportivo; un triunfo elevar¨ªa a¨²n m¨¢s el list¨®n de la exigencia.

As¨ª fue la Segunda Divisi¨®n esta temporada, una de las m¨¢s dispares de los ¨²ltimos a?os, con tres equipos muy superiores y cuatro o cinco m¨¢s en un segundo plano sobre una clase media y baja a a?os luz en cuanto a resultados. Con todo, cuando uno se encuentra enfrente a un equipo como el Guadalajara se le plantea uno de esos rompecabezas que depara el f¨²tbol y que en ocasiones lo convierten en algo lindante con el ajedrez, por la paciencia y el movimiento de piezas. Los alcarre?os son algo as¨ª como el Millwall o el Hibernians, un combo que podr¨ªa anidar sin mayores problemas en alguna divisi¨®n brit¨¢nica especialmente dise?ada para equipos bragados, de esos que desprecian la posesi¨®n y convierten cada falta a favor en la medular en bal¨®n al ¨¢rea y presunta ocasi¨®n al gol. No es agradable encararlo. Al Celta le cost¨® destejer la red que le tendieron, sabedor de su superioridad, pero desactivado por la ausencia de ritmo. La soluci¨®n ten¨ªa que ver m¨¢s con el dinamismo que con el toque. S¨®lo Aspas pareci¨® tenerlo claro de inicio. Voraz, lanzado hacia la meta de la primera divisi¨®n, el m¨¢ximo goleador del Celta, ya con 19 tantos, tuvo claro que deb¨ªa de trabajar desde varias posiciones. No encontr¨® al principio la compa?¨ªa de Orellana, m¨¢s proclive a la acci¨®n individual que a buscar el espacio; o la de Toni, que comenz¨® impreciso, pero creci¨® en cuanto entendi¨® que no era un partido para quedarse en el costado. Una de sus incursiones vali¨® el primer gol tras hilar con Orellana una sutil maniobra. Marc¨® el Celta pasada la media hora en un partido m¨¢s de trasteo que de lucimiento. Que nadie espere lujos cuando el Guadalajara est¨¢ por medio.

Con la desventaja en el marcador al equipo local se le acab¨® de cambiar el paso. Ya no le val¨ªa el repliegue y el bal¨®n largo en busca de Anibal Zurdo, su ¨²nico delantero. Tampoco mostr¨® otro plan. Empez¨® a flirtear por los flancos, pero sin buscar el dos contra uno, s¨®lo como opci¨®n para colgar el bal¨®n al ¨¢rea. Tiene prisa por acabar las acciones de ataque el Guadalajara, pero escasas ideas, muy poco f¨²tbol. Por eso lleg¨® la goleada. Orellana fall¨® un penalti que ¨¦l mismo provoc¨® apenas seis minutos despu¨¦s de marcar Toni. Y en la primera jugada tras volver del descanso Iago Aspas disip¨® cualquier contingencia negativa para su equipo con un gol a la salida de un c¨®rner. Ah¨ª se acab¨® de derrumbar del Guadalajara, al que para colmo se le fundieron los plomos hasta de la luz.