Surrealismo oculto de postales

El alem¨¢n Franz Roh (Apolda, 1890-M¨²nich, 1965) perteneci¨® a esa raza de historiadores y cr¨ªticos de arte que cruzaron la frontera y desarrollaron sus inquietudes creadoras. Roh lo hizo en la m¨¢s estricta intimidad y con especial dedicaci¨®n a la t¨¦cnica del collage. No fue hasta pocos a?os antes de su muerte cuando se descubri¨® el interesante legado que dejaba. Casi medio siglo despu¨¦s, la sala Vimcorsa de C¨®rdoba ha organizado la primera exposici¨®n monogr¨¢fica de este artista en Espa?a, un pa¨ªs en el que Roh era m¨¢s conocido por su obra te¨®rica.

?La muestra, que podr¨¢ verse hasta el 21 de junio, la componen 41 collages y foto-collages, casi todos in¨¦ditos en Espa?a, procedentes de la Ubu Gallery, de Nueva York, y la Galerie Berinson, de Berl¨ªn. Tras su paso por C¨®rdoba, la exposici¨®n viajar¨¢ al Tenerife Espacio de las Artes (TEA) y posteriormente a una sala de Madrid. Las piezas est¨¢n fechadas entre 1930 y 1945, a?os en los que el artista sufri¨® los estragos del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Las obras de Roh no se exhiben solas, est¨¢n acompa?adas por una selecci¨®n de collages espa?oles de la misma ¨¦poca firmados por Adriano del Valle y Benjam¨ªn Palencia, entre otros artistas.

¡°En sus inicios, Roh adopta la actitud del coleccionista de tarjetas postales, de revistas cient¨ªficas y libros ilustrados y, celosamente, va poblando su mundo cotidiano de im¨¢genes usadas a las que proporcionar una nueva vida con el procedimiento del collage¡±, asegura Isidro Hern¨¢ndez Guti¨¦rrez, coordinador del TEA, centro que tambi¨¦n organiza la muestra.

Roh part¨ªa de grabados extremadamente racionalistas de otros autores a los que confer¨ªa una gran carga l¨ªrica. El propio artista lo explic¨® por escrito en un texto que acompa?¨®, al final de su vida, a una de sus primeras exposiciones. ¡°Ya antes de estudiar Historia del Arte, recortaba a veces fragmentos de ilustraciones para utilizarlos en comparaciones de formas. Un d¨ªa me sent¨ª sobrecogido al comprobar la cantidad de nuevas composiciones que se pod¨ªan intuir en cuanto esos fragmentos se reun¨ªan. Entonces, estimulado por el collage cubista y, sobre todo, por el surrealista, comenc¨¦ a dar a esas combinaciones, surgidas azarosamente al principio, una ordenaci¨®n basada en la estructura o el contraste¡±.

El resultado es una suerte de democratizaci¨®n del arte por la que ¡°todo el mundo puede obtener una expresi¨®n distinta, incluso disponiendo de los mismos fragmentos, simplemente recortando los detalles llamativos y coloc¨¢ndolos sobre una superficie controlando la fantas¨ªa estructural y tem¨¢tica¡±, escribi¨® Roh.