ONG atropelladas por la crisis
Los colectivos que reparten comida entre los necesitados se ven desbordados por la demanda de alimentos b¨¢sicos y la falta de ayudas p¨²blicas
Una fila muy larga de usuarios torturados por la crisis en la puerta de una asociaci¨®n modesta, con medios humanos escasos y recursos econ¨®micos cada vez m¨¢s flacos. Esta es la foto final de la asociaci¨®n Gondwana, la entidad sin ¨¢nimo de lucro que m¨¢s cantidad de alimentos repart¨ªa entre los m¨¢s desfavorecidos de Santiago y de los municipios de la comarca, 56.000 kilos en la ¨²ltima campa?a. En la que empieza el pr¨®ximo mes ya no participar¨¢, porque no ha conseguido presentar a tiempo la lista de beneficiarios ¡ªunos 1.400¡ª de un servicio que ofrec¨ªa desde hace nueve a?os y que termin¨® absorbiendo al resto y dejando el colectivo paralizado. ¡°Al principio solo atend¨ªamos a inmigrantes, pero al pasar el tiempo fue llegando gente espa?ola con muy pocos recursos o sin trabajo. Solo el 30% de la gente a la que est¨¢bamos atendiendo era extranjera¡±, explica Alexandra Soto, la presidenta de este colectivo creado en 2006 por inmigrantes colombianos, ecuatorianos y uruguayos que asumi¨® la insospechada tarea de repartir comida entre los locales.
?Sin ayudas p¨²blicas y con una carga de trabajo ingente, Gondwana debe un a?o de alquiler de un local ¡ªde 400 euros al mes¡ªen el que almacenaba la comida procedente de Cruz Vermella y del Banco de Alimentos R¨ªas Altas, que tiene dos sedes, una en A Coru?a y otra en Santiago, y que a su vez recibe los excedentes de comida de la Uni¨®n Europea, a trav¨¦s del Fondo Espa?ol de Garant¨ªa Agraria (FEGA). La asociaci¨®n recog¨ªa los alimentos en A Coru?a, as¨ª que a la factura anterior sumaba la del transporte. ¡°Al tener tal cantidad de comida nos era imposible meterla en el piso que us¨¢bamos para reunirnos, porque se nos vendr¨ªa abajo. Yo misma habl¨¦ con todas las concejalas de asuntos sociales habidas y por haber para ver si nos pod¨ªan ceder un local en el que almacenar los alimentos, pero a la hora de la verdad nos dieron con la puerta en las narices¡±, se queja Soto. Como la mayor¨ªa de los voluntarios de la asociaci¨®n, tiene un trabajo que le ocupa la mayor parte del d¨ªa, y as¨ª es dif¨ªcil hacer frente a la avalancha de demandantes.
Los exiguos ingresos de los hogares se reproducen en ONG y otras entidades sin ¨¢nimo de lucro que se encargan de la distribuci¨®n de productos b¨¢sicos, especialmente en los colectivos m¨¢s d¨¦biles, obligados a adaptarse a marchas forzadas a una crisis de dimensiones desproporcionadas. ¡°Todos los d¨ªas hago paquetes de emergencia, esto es casi como multiplicar panes y peces¡±, a?ade Hortensia Gonz¨¢lez, la presidenta de la Asociaci¨®n Afan de Freixeiro, de Vigo, una entidad con m¨¢s de 30 a?os a sus espaldas en el reparto de v¨ªveres. Este a?o, y pesar de que mantiene convenios con el Ayuntamiento y de la Diputaci¨®n de Pontevedra, todav¨ªa no ha recibido ninguna subvenci¨®n que le suavice la constante llegada de nuevos solicitantes, una cifra ¡°que no baja de diez personas por semana¡±. El colectivo Af¨¢n recibe una parte de los alimentos que distribuye del Banco de Alimentos de Vigo y el resto lo consigue a partir de donaciones privadas, que reparte en bolsas de entre 15 y 20 kilos cada ocho o 15 d¨ªas.
¡°La Administraci¨®n colabora poco y tarde. Le estamos sacando problemas¡±
¡°Las administraciones colaboran muy poco y muy tarde, y nosotros no tenemos m¨¢s patrimonio que nuestro trabajo. Les estamos sacando los problemas de la calle¡±, contin¨²a Gonz¨¢lez, que en el d¨ªa a d¨ªa se vale de tres personas m¨¢s para mitigar la apretada situaci¨®n de los hogares vigueses, ¡°los que est¨¢n en peor situaci¨®n de toda Galicia¡±. Los usuarios finales del Banco de Alimentos de Vigo ¡ªestas entidades funcionan siempre como intermediarios, por norma no reparten a particulares, sino a ONG y asociaciones, entre ellas las sedes parroquiales de C¨¢ritas¡ª pasaron de 14.000 a 20.000 desde 2011. Su presidente, Pedro Pereira, que acaba de recibir la llamada de una empresa que importa bananas de Ecuador, asegura que en el ¨²ltimo a?o las donaciones han aumentado ¡°una barbaridad¡±.
¡°Tratamos de que el reparto sea lo m¨¢s justo y transparente posible¡±, recalca Jos¨¦ Pita, responsable de la sede compostelana del Banco de Alimento R¨ªas Altas, que distribuye comida entre unas 500 entidades de la provincia de A Coru?a. Sobre el caso de Gondwana, precisa que es imprescindible que las entidades informen ¡°de a cu¨¢nta gente atienden, a cu¨¢ntos ni?os y a cu¨¢ntos ancianos¡±.
Un modelo m¨¢s exitoso, y m¨¢s resistente a la sequ¨ªa de ayudas, es el del economato social de la ONG coru?esa Equus Zebra, que ofrece alimentos diariamente a cerca de 200 personas y acepta pagos ¡°de entre 50 c¨¦ntimos y un euro¡±. Entre donaciones y contribuciones de los usuarios, ¡°el sistema se financia por s¨ª mismo¡±, defiende su presidente, V¨ªctor Omgba, que explica que ¡°la caridad no funciona bien porque provoca cierto sentido de culpa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.