El reba?o de las viviendas ilegales
El PP da el control urban¨ªstico a los due?os de casas sin licencia de Chiclana
Durante la campa?a municipal de 2011, Marisol Ayala, portavoz del Partido Vecinal Regionalista, fue casa por casa y prometi¨® que si llegaba a gobernar en Chiclana (C¨¢diz) lo primero que har¨ªa ser¨ªa derogar las ordenanzas para regularizar las 15.000 viviendas ilegales existentes. Y cuando ha podido tocar poder, gracias a un pacto con el PP, es lo primero que va a cumplir. Su partido naci¨® de los intereses de los due?os de estas construcciones, que quer¨ªan tener servicios b¨¢sicos, pero sin pagar el dinero que pretend¨ªa el Ayuntamiento. Ahora Ayala es la nueva concejala de Urbanismo. Y tiene en sus manos resolver las demandas de los vecinos que, como ella, levantaron o compraron sus casas en medio de un profundo caos urban¨ªstico.
Chiclana permiti¨® durante muchos a?os que se levantaran viviendas sin control. Empezaron como campitos donde pasar el fin de semana. Despu¨¦s una casa, una piscina, un barrio. Todo en suelo sin urbanizar. Muchas de esas construcciones han acabado como primeras residencias. El Ayuntamiento, gobernado entonces por el PSOE, inici¨® un proceso de legalizaci¨®n que promov¨ªa inversiones para la llegada de la luz, el agua y alcantarillado a cambio de que los propietarios pagasen una importante parte del proceso. Ah¨ª empezaron los problemas. Porque los due?os no quer¨ªan pagar el dinero solicitado.
Las denuncias de este caos urban¨ªstico restaron apoyos al PSOE que en 2007 perdi¨® la alcald¨ªa por un cuatripartito que lleg¨® a unir a PP, IU, PA y PSA. Dur¨® dos a?os y no pudo avanzar en la legalizaci¨®n de estas casas. Tampoco lo logr¨® el PSOE cuando recuper¨® la alcald¨ªa tras una moci¨®n de censura. Los socialistas continuaron con sus ordenanzas. Ni siquiera el ofrecimiento de facilidades de pago convenci¨®. As¨ª naci¨® una plataforma de due?os de estas casas que protagoniz¨® multitudinarias movilizaciones antes de las elecciones municipales de 2011. El masivo respaldo anim¨® a su l¨ªder, Miguel P¨¦rez, y su esposa, Marisol Ayala, a presentarse a los comicios bajo las siglas PVRE, Partido Vecinal Regionalista.
No vamos a enriquecer al Ayuntamiento Marisol Ayala, concejal de Urbanismo de Chiclana
Contra todo pron¨®stico el PVRE obtuvo dos ediles. Fue la tercera fuerza tras PP y PSOE. Los populares empezaron a gobernar en minor¨ªa pero, tras un a?o de dificultades, han optado por pactar con el PVRE. Y ese acuerdo establece que este partido ostentar¨¢ Urbanismo y V¨ªas y Obras, o lo que es lo mismo, todas las inversiones, licencias, y revisiones de sanciones urban¨ªsticas pasar¨¢n por sus manos. ¡°Es como poner al lobo a guardar el reba?o¡±, dicen IU y Ecologistas en Acci¨®n. ¡°Es una verg¨¹enza que controle el urbanismo quien defiende intereses particulares¡±, sostienen.
Pero el PP ni se inmuta. Su alcalde, Ernesto Mar¨ªn, dice haber entregado esta ¨¢rea tan sensible sabiendo que en tiempos de crisis no hay dinero para grandes operaciones y garantizando que todo lo que se haga ser¨¢ legal. ¡°Las viviendas ilegales son un problema social y hay que actuar¡±. Y el PVRE asume su llegada al gobierno como el que ha cumplido un plan perfectamente trazado cuando se presentaron a las elecciones. Ayala, natural de Villambistia, en Burgos, se instal¨® en Chiclana con su marido y su hijo hace casi una d¨¦cada. Quer¨ªa tranquilidad pero sus inquietudes vecinales y despu¨¦s pol¨ªticas la han apartado de ese prop¨®sito. Durante la campa?a anunci¨® que su primera medida ser¨ªa derogar las ordenanzas que imponen pagos para legalizar las casas. La semana que viene lo ejecutar¨¢.
El programa de gobierno contempla tambi¨¦n bajar las multas urban¨ªsticas y congelar el IBI. Queda ahora saber qu¨¦ har¨¢ cuando a su despacho empiecen a llegar los vecinos a los que pidi¨® su voto puerta a puerta. Esos que dicen que quieren legalizar sus casas pero argumentan que no tienen dinero para ello. ¡°Nosotros no hemos pedido el gratis total. Hemos dicho que estamos dispuestos a pagar pero nunca el dinero que no tenemos. No vamos a empobrecer un pueblo para enriquecer el Ayuntamiento¡±. Fue lo que dijo antes de convertirse en edil de Urbanismo.
No hace mucho que la memoria de la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente de C¨¢diz hab¨ªa alertado del creciente poder de los vecinos de estas casas ilegales. Les llegaba a denominar lobbies, grupos de presi¨®n que pod¨ªan influir en decisiones pol¨ªticas. Entonces no se imaginaba que esos vecinos llegar¨ªan a ser los pol¨ªticos que tomaban las decisiones.
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