Un ¡®pekeboy¡¯ acusado de violador

Jos¨¦ Israel Guti¨¦rrez, colombiano de 48 a?os y con la documentaci¨®n y todos los papeles en regla, seg¨²n reporte policial, padece acondroplasia ¡ªun tipo de enanismo¡ª, se gana la vida como actor figurante ¡ªen ocasiones en filmes pornogr¨¢ficos¡ª, y desde hace unos d¨ªas est¨¢ en libertad con cargos por abusar sexualmente de mujeres. Una cifra cuyas denuncias crecientes sobrepasa la veintena de v¨ªctimas. Un n¨²mero que crece exponencialmente cada d¨ªa que pasa y los agentes policiales reciben m¨¢s llamadas engrosando el expediente de Guti¨¦rrez. ?l lo niega. Dice que es un ¡°cham¨¢n, un brujo¡± y que lo que hace ¡°es el bien a las personas que lo necesitan¡±. Los necesitados son siempre mujeres. Sus servicios de brujer¨ªa iban enfocados a cambiar la suerte, trocarla de mala en buena.

Los agentes del grupo III del Servicio de Atenci¨®n a la Familia, pertenecientes a la Brigada Provincial de Polic¨ªa Judicial de la Jefatura Superior de Polic¨ªa, discrepan. No se creen las supuestas buenas intenciones de Israel. Seg¨²n su investigaci¨®n el acusado se val¨ªa de una droga, la escopolamina, para ¡°relajar¡± la voluntad de sus v¨ªctimas, desnudarlas y abusar de ellas sexualmente. No se ha denunciado ninguna violaci¨®n con penetraci¨®n, aunque uno de los testimonios describe la introducci¨®n de varios dedos del acusado en la vagina de la v¨ªctima. Una buena parte de los abusos se qued¨® en grado de ¡°tentativa¡±.

Los vecinos de la calle L¨®pez Grass, en el distrito de Puente de Vallecas, no quieren hablar de ¡°el enanito¡±. Est¨¢n hartos. La s¨²bita fama de su vecino, actor muy secundario de series de televisi¨®n y publicidad, ya no les hace gracia: ¡°Est¨¢ en libertad, no hay nada que hablar¡±.

Al fondo de la calle, un laberinto de revueltas de ladrillo naranja, se ve una nube de humo. En los bares de la zona, m¨¢s bien des¨¦rtica, tampoco gusta charlar sobre las andanzas de Israel, que, por supuesto, era un vecino ¡°educado, que saludaba cuando se cruzaba contigo¡±.

El actor, que lleg¨® a Espa?a desde Colombia en 2004, est¨¢ en libertad con cargos. La juez tiene que ser cuidadosa, dicen. ¡°Por el momento es la palabra de las v¨ªctimas contra la suya y la droga que usaba deja muy pocos rastros¡±. Las posibilidades de que se condene en firme a Guti¨¦rrez son pocas, aunque la cantidad de denuncias con relatos muy semejantes se acumule en la mesa de la magistrada. ¡°En una semana han llamado muchas m¨¢s v¨ªctimas, pero no se quiere dar m¨¢s publicidad al tema porque es delicado¡±, explican fuentes policiales. La sustancia que usaba Guti¨¦rrez no se ha encontrado en su domicilio.

El acusado, que tambi¨¦n actu¨® en espect¨¢culos c¨®micos como los del bombero torero y en un grupo de strippers de peque?a estatura llamado los Pekeboys, usaba con sus v¨ªctimas un lenguaje apropiado a su papel de brujo de la tribu, lleno de referencias esot¨¦ricas. Ve¨ªa cosas. Sent¨ªa cosas. Adivinaba cosas. ¡°Me dio un vaso de agua y la sensaci¨®n de p¨¦rdida de conciencia creci¨®...¡±, explicaba una de las afectadas, que le conoci¨® por la calle y se avino a darle su n¨²mero de tel¨¦fono y domicilio, en su opini¨®n, por que ¨¦l la drog¨® con las hojas de un peri¨®dico. Esa p¨¦rdida de conciencia, presuntamente, permit¨ªa a Guti¨¦rrez, una vez ya en la casa de la v¨ªctima, desnudar a las mujeres e introducirlas en la ba?era haci¨¦ndoles tocamientos. Seg¨²n ¨¦l, estas actividades respond¨ªan a un prop¨®sito terap¨¦utico. Eran ritos muy ¨²tiles para quitarles el mal de ojo, por ejemplo.

La polic¨ªa desconoce como se surt¨ªa de escopolamina (o burundanga) el acusado. Esta droga, usada en Venezuela, Ecuador y Colombia, y cuyos efectos se conocen en estos pa¨ªses sudamericanos como ¡°la borrachera¡±, es un alcaloide cuyos s¨ªntomas principales son la somnolencia y una posterior p¨¦rdida de memoria. Llamada la ¡°droga de la voluntad¡± ha sido protagonista en una buena cantidad de leyendas urbanas. Casi todas con transfondo sexual.

El jefe de Guti¨¦rrez en el grupo de animaci¨®n en fiestas de soltera y otros eventos para los que se requiriesen ¡°boys¡± (pekeboys, en este caso), tampoco ha querido extenderse sobre su exempleado: ¡°Aqu¨ª hac¨ªa bien su trabajo¡±. El perfil de Guti¨¦rrez, en la p¨¢gina web de esta empresa, con una foto con el torso desnudo y unos tirantes cruz¨¢ndoles el pecho, ha desaparecido de Internet. Los Pekeboys ofrec¨ªan ¡°espect¨¢culos de enanitos¡±

El presunto violador fue detenido el pasado 17 de mayo cerca de su domicilio, en esa calle del distrito Puente de Vallecas que se va desdoblando en codos de ladrillo y en la que cada esquina saluda con la colada colgando de los balcones. La primera denuncia por un abuso sexual hab¨ªa sido tres d¨ªas antes de esa fecha, aunque la polic¨ªa sospecha que lleva actuando as¨ª desde al menos 2007. Una idea que se fundamentaba en el hecho de que en internet circulan advertencias ¡°sobre un enano estafador que se hace pasar por brujo en Vallecas¡±. Ahora, la creencia se basa en las decenas de llamadas de denuncia recibidas en un tel¨¦fono puesto a tal efecto. Las denuncias crecen, la confianza policial en que finalmente Jos¨¦ Israel sea condenado, decrece: ¡°Esto es muy dif¨ªcil de demostrar...¡±.