El gran d¨ªa del Celta m¨¢s gallego
El equipo vigu¨¦s firma el empate que necesitaba en un partido contra el C¨®rdoba en el que nadie tir¨® a gol
Hab¨ªan bajado juntos de Segunda a Segunda B en 1980 para volver un a?o despu¨¦s. Tocaron tambi¨¦n unidos el cielo en diciembre de 1999 cuando, l¨ªder contra segundo clasificado en Primera Divisi¨®n, disputaron un memorable derbi en Riazor. Ahora los dos grandes del f¨²tbol gallego regresan de la mano a la m¨¢xima categor¨ªa, acontecimiento que jam¨¢s hab¨ªa sucedido. El Celta acompa?a al Deportivo (que venci¨® al Villarreal B y cierra la campa?a con una puntuaci¨®n r¨¦cord de 91 puntos) en el ascenso y cierra cinco a?os de dolorosa traves¨ªa, con proceso concursal y flirteo con el desastre de la Segunda B. Todo tras un ep¨ªlogo ante el C¨®rdoba que no estuvo a la altura del equipo que m¨¢s goles ha marcado en la categor¨ªa, un parip¨¦ aguardado, pero no por ello menos lamentable. En todo caso un colof¨®n que no puede empa?ar una grand¨ªsima temporada.
Todo estaba preparado para la fiesta y el partido era un tr¨¢mite para que el Celta consiguiera el ascenso y el C¨®rdoba entrar en la promoci¨®n. Sacaron de centro los andaluces y en dos minutos jugaron seis veces con su portero. En noventa minutos apenas hubo dos centros al ¨¢rea, ning¨²n remate a puerta, bastaron los dedos de una mano para contabilizar las faltas cometidas, obviamente no hubo amonestaciones. A los andaluces ni siquiera les alter¨® saber que un gol les evitaba encontrarse en la promoci¨®n con el favorito Valladolid. Tampoco el Celta se dio por aludido en cuanto llegaron noticias de que los castellanos, que se buscaron la desgracia al encajar un gol en los ¨²ltimos minutos de la pasada jornada en Alcorc¨®n, ca¨ªan ante el Guadalajara. Simplemente no hubo pelea, en un rondo eterno sin tensi¨®n ni en la posesi¨®n ni en la presi¨®n.
Celta 0 - C¨®rdoba 0
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Oier, T¨²?ez, Roberto Lago; Borja Oubi?a, ?lex L¨®pez; De Lucas, Bermejo (David Rodr¨ªguez, m. 86), Orellana (Joan Tom¨¢s, m. 69); y Iago Aspas (Insa, m. 75). No utilizados: Yoel, Bellv¨ªs, Catal¨¢ y Bustos.
C¨®rboba: Alberto Garc¨ªa; Fern¨¢ndez, Tena, Ximo Navarro (Aguilar, m. 23), Fuentes: L¨®pez Garai, Borja (Airam, m. 65); Caballero (Fede Vico, m. 55), L¨®pez Silva, Dubarbier; y Pati?o. No utilizados: Arias, Gaspar, Cerra y Charles.
?rbitro: Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez.
Bala¨ªdos. 32.000 espectadores.
S¨®lo importaba sumar un punto, y el como era una cuesti¨®n menor. Para el Celta es la culminaci¨®n de una apuesta a la que se lleg¨® por las apreturas econ¨®micas y la constataci¨®n de que el equipo se iba al pozo si confiaba en median¨ªas for¨¢neas el trabajo que pod¨ªan hacer futbolistas de la casa, donde germina una de las mejores canteras del norte de Espa?a. Ahora el Celta presume de un plantel joven, con un futuro esplendoroso para varias de sus piezas y cuyo crecimiento ha sido exponencial en los ¨²ltimos meses. El delantero Iago Aspas abandera a esos chicos. Descarado, orgulloso, decisivo con sus goles y su car¨¢cter para tirar del equipo en los momentos m¨¢s complicados. Porque el Celta ha sufrido para mantenerse en lo m¨¢s alto ¨C¡°hemos jugado al l¨ªmite de nuestras posibilidades¡±, asume el capit¨¢n Borja Oubi?a- pero ese padecimiento es una broma al lado del camino de los tres primeros a?os tras la ca¨ªda. Fue un tiempo oscuro en el que el celtismo abandon¨® el estadio y el equipo naveg¨® a su suerte, tiempo en el que cualquier futbolista de medio pelo, eso s¨ª con pasaporte extranjero, pod¨ªa portar la cruz de Santiago en el pecho. Lo hicieron Bamogo, Fajardo, Zanev, Okkas, Manchev, Dinei, Danilo, Ghilas, Verpakovskis, Renan, Papadopoulos, Arthuro, Quincy o Rosada.
Algo cambi¨® tras la salida de Ram¨®n Mart¨ªnez de la direcci¨®n deportiva y la llegada de Miguel Montes Torrecilla, que dio continuidad en el banquillo a Eusebio Sacrist¨¢n. ¡°Se asumi¨® que pod¨ªa haber malos resultados por armar un equipo¡±, rememora Oubi?a. Y el caso es que adem¨¢s los marcadores mejoraron. En enero de 2010, con el equipo en zona de nadie en la Liga, un grupo de canteranos agit¨® el coraz¨®n del celtismo tras eliminar de la Copa del Rey a dos equipos de Primera (Tenerife y Villarreal) y poner contra las cuerdas al Atl¨¦tico de Madrid en cuartos de final. Fueron aquellas citas la puesta de largo de jugadores como Yoel, Roberto Lago, Hugo Mallo, T¨²?ez, Dani Abalo, Vila, Toni, Aspas o Joselu, posteriormente traspasado al Real Madrid. Fue cuando de nuevo la afici¨®n, por entonces languideciente, volvi¨® a pisar el aeropuerto para recibir a su equipo tras una gesta futbol¨ªstica. Atr¨¢s hab¨ªa quedado un proceso concursal en el que los dos acreedores mayoritarios, Caixanova y la Agencia Tributaria, condonaron una deuda de 12 y 8 millones de euros respectivamente y en el que el club se comprometi¨® a destinar parte de sus ingresos en los pr¨®ximos a?os al pago de sus deudas, extremo que todav¨ªa le obliga a poner sobre el foco del traspaso a sus mejores futbolistas.
Sobre el c¨¦sped Eusebio forj¨® un equipo al que Paco Herrera ha acabado de dar forma. Tras pasar por todos los cargos t¨¦cnicos posibles en un club de f¨²tbol, este extreme?o nacido en Barcelona ten¨ªa hambre de banquillo, de competitividad. Por eso dej¨® el Villarreal B para aceptar la oferta del Celta hace dos veranos. Hoy el equipo juega con un once tipo en el que rara vez baja de ocho futbolistas crecidos en su vivero. Por el camino se ha recuperado Borja Oubi?a, la referencia para todos ellos, un ex internacional que tras dos a?os lesionado regres¨® para aportar equilibrio y jerarqu¨ªa en la medular. Con todo, Herrera ha tenido que rectificar algunas intenciones para situar al equipo en la ruta de Primera porque todo el caudal ofensivo del equipo m¨¢s goleador de la categor¨ªa se dilapidaba por pecados de juventud. El padecimiento lleg¨® hasta l¨ªmites grotescos cuando varios puntos se escaparon al no saber defender las acciones a bal¨®n parado. Pareci¨® entonces que el equipo se iba a caer como el a?o pasado, cuando lider¨® el campeonato con suficiencia y acab¨® condenado a una promoci¨®n en la que el Granada le ape¨® en los penaltis. Herrera vari¨® su idea inicial. Sacrific¨® a Vila y Catal¨¢, la pareja de centrales titular y encontr¨® solvencia en Oier y T¨²?ez, dos secundarios. Encontr¨® continuidad para Oubi?a, promocion¨® a Toni cuando el veterano De Lucas ofreci¨® s¨ªntomas de agotamiento, e hizo una jugada maestra cuando sac¨® al fino Aspas de la mediapunta para ponerlo en el eje del ataque con Bermejo, un fajador, a sus espaldas. Al final, exigido por el Valladolid, el equipo mostr¨® madurez para ganar sus ¨²ltimos siete partidos y firmar las tablas que necesitaba en el cierre ante el C¨®rdoba.
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