Vista Alegre, 1962-2012
Se cumplen estos d¨ªas el 75 aniversario de la entrada de las tropas Requet¨¦s en la hasta entonces invicta Villa de Bilbao. Solo unos d¨ªas m¨¢s tarde, el coso de la Vega de Abando se convirti¨® en un improvisado campo de concentraci¨®n en el que se hacinaban varios miles de gudaris y milicianos, quienes para resguardarse del fr¨ªo tapaban con viejos carteles de toros las 72 ventanas semicirculares.
? Solo hab¨ªan transcurrido setenta y dos d¨ªas desde el infausto 19 de julio de 1937, cuando se program¨® el primer festejo de la ¡°nueva era¡± con reses de Juan Pedro Domecq ¡°ese gran patriota¡±, seg¨²n le etiquetaba la publicidad del evento. Para entonces, los presos ya se encontraban convenientemente ¡°enchiquerados¡± en diversas c¨¢rceles. Desde ese a?o y hasta 1975, cada 19 de junio, y durante 37 a?os consecutivos, se programaron en Vista Alegre 46 funciones de toros conmemorativas de la Liberaci¨®n de la Villa, las cuales pon¨ªan la guinda a tan funesta efem¨¦ride.
? Manolete y Antonio Ord¨®?ez, fueron los diestros que en mayor numero de ocasiones prestaron su concurso a las tituladas Corridas de la Liberaci¨®n: en ocho ocasiones compareci¨® el diestro cordob¨¦s, que realiz¨® su presentaci¨®n en Bilbao en la edici¨®n de 1940, y en la actu¨® por ultima vez en la misma fecha de 1945; y 14 tardes se puso al frente del pase¨ªllo el maestro ronde?o. Tres ediciones fueron presididas por el dictador, Francisco Franco (1944, 1950 y 1964), a quien el primer a?o, Manuel Rodr¨ªguez le brind¨® la muerte de un toro.
? Estas jornadas festivas, los balcones de numerosas casas de la villa, especialmente las situadas en la Gran V¨ªa y las que conduc¨ªan a Vista Alegre, se engalanaban con miles de banderas rojigualdas. Igualmente, era habitual, que el presidente del festejo saludase a la romana, gesto que secundaba la mayor parte de los asistentes. A su vez, el redondel aparec¨ªa profusamente engalanado con los principales esl¨®ganes rituales: 19 de junio de 1937/19 de junio de 19¡, Viva Bilbao!, ?Viva Espa?a!, ?Viva Franco!, ?Arriba Espa?a!
La m¨¢s rancia iconograf¨ªa franquista rode¨® la tarde de estreno del nuevo coso
? Estas corridas de toros, promovidas por el Gobierno Civil y La Falange, estaban habitualmente amenizaban por las bandas de M¨²sica del Regimiento de Garellano, de los Requet¨¦s, o de los ni?os de la Misericordia. En las primeras ediciones, la organizaci¨®n caritativa, Auxilio Social, aprovech¨® para realizar cuestaciones dinerarias entre los asistentes al festejo, con los que contribu¨ªa a sufragar los gastos que generaba la atenci¨®n a los heridos de guerra. Entre los gerifaltes m¨¢s habituales de estos festejos se encontraban varios dirigentes falangistas y ministros bilba¨ªnos: Jos¨¦ Lu¨ªs Oriol y Jos¨¦ F¨¦lix Lequerica, Esteban Bilbao, Jos¨¦ Lu¨ªs Arrese, Antonio Iturmendi¡
? En 1957, se hizo p¨²blico un novedoso proyecto para levantar una nueva plaza de toros cubierta y de uso polivalente, en la rivera de Olaveaga. Aunque hubo que esperar a la corrida de la Liberaci¨®n de 1962, de la que en estos d¨ªas se cumple el L aniversario de su construcci¨®n, para presenciar como renac¨ªa de sus propias cenizas el actual circo de Vista Alegre, el cual hab¨ªa sucumbido pasto de las llamas, la madrugada del 5 de septiembre de un a?o antes.
? Solo fueron necesarios nueve meses y catorce d¨ªas y junto a la inversi¨®n de 44 millones de pesetas, para inaugurar el nuevo teatro taurino, el cual se financi¨® gracias a los pr¨¦stamos que concedieron las principales instituciones locales: Ayuntamiento (presidido por Hurtado de Saracho), Diputaci¨®n (al mando de Pl¨¢cido Careaga), C¨¢mara de Comercio, los bancos de Bilbao y Vizcaya, y las cajas de ahorros Municipal y Vizca¨ªna. El proyecto se encomend¨® al arquitecto Luis Gana, y su construcci¨®n a la empresa Entrecanales y Tavora.
? Esta jornada, tal como era habitual, el recinto taurino amaneci¨® ornamentado con un abundante muestrario de la m¨¢s rancia iconograf¨ªa franquista, el redondel incluido, sobre el que aparec¨ªa expresamente dibujado un gigantesco escudo nacional y la exclamaci¨®n, ¡°Arriba Espa?a¡±. En el ecuador de la lidia, la banda de m¨²sica interpret¨® los himnos nacionales y del Movimiento, que la mayor¨ªa de los espectadores escucharon de pie y con el brazo extendido. Los tendidos estaban abarrotaban con la presencia de varios miles de funcionarios, simpatizantes del r¨¦gimen, a quienes regalaban los boletos. La muerte de las reses bravas se brindaba a los gobernadores civil y militar, a los representantes de las naciones amigas, a los ministros del gobierno, o a los dirigentes de la Falange.
? El magno evento de junio de 1962¡ª dos corridas de toros y una novillada¡ª, cont¨® con la colaboraci¨®n desinteresada del empresario de Vista Alegre, Manuel Mart¨ªnez Elizondo, quien consigui¨® que los ganaderos anunciados regalasen su burel correspondiente (Juan Pedro Domecq, Antonio Urquijo, Atanasio Fern¨¢ndez, Antonio P¨¦rez de San Fernando, Arellano, y Marques de Domecq). Por su parte, los diestros cedieron el 50% de sus emolumentos a las instituciones propietarias del nuevo recinto (Ord¨®?ez, Cesar Gir¨®n, Manolo Chacarte, Diego Puerta, Monde?o y Paco Camino; y los novilleros Antonio Le¨®n, Ram¨®n S¨¢nchez y El Califa); dinero que contribu¨ªa al sost¨¦n a la Misericordia y al Santo Hospital Civil, al que unos a?os antes le hab¨ªan a?adido los vergonzosos apellidos de General¨ªsimo Franco. El primer ejemplar que pis¨® la arena de escarabilla, criado en la dehesa de Juan Pedro Domecq, atend¨ªa al nombre de Limonero, el cual pasaport¨® Antonio Ord¨®?ez, quien se lo brind¨® al arquitecto Lu¨ªs Mar¨ªa Gana, en lugar de a los gerifaltes del r¨¦gimen como se esperaba, quien ¡ªen su segundo turno¡ª fue premiado con la primera oreja que se conced¨ªa en la renacida plaza.
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