Cambio de ciclo en el PP
En casi 20 a?os de liderazgo, Arenas ha conseguido modernizar al partido. Su ausencia es una aut¨¦ntica revoluci¨®n de consecuencias desconocidas
Se va a hacer raro que Javier Arenas desaparezca de la escena de la pol¨ªtica auton¨®mica. Su marcha es equiparable al cambio de ciclo que experiment¨® el PSOE andaluz al dejar Manuel Chaves la presidencia de la Junta y el m¨¢ximo liderazgo del partido. Acostumbrados a verle permanentemente en los medios ¡ªen los ¨²ltimos tiempos, de manera abrumadora por el convencimiento de que gobernar¨ªa Andaluc¨ªa, como dec¨ªan las encuestas¡ª, su ca¨ªda del cartel en el PP significa una aut¨¦ntica revoluci¨®n para esta fuerza pol¨ªtica de consecuencias a¨²n desconocidas.
Cuando Javier Arenas se puso al frente de los populares andaluces en julio de 1993, hace casi 20 a?os, ten¨ªa 35 a?os. Ven¨ªa directamente del equipo de Aznar, donde hab¨ªa sido, primero, secretario de Organizaci¨®n Territorial, y de Acci¨®n Electoral, despu¨¦s. En aquella ¨¦poca el PSOE era una ciudadela inabordable en Andaluc¨ªa. Los populares ten¨ªan asumido su papel de ap¨¦ndice que hac¨ªa las veces de decorado de oposici¨®n a los socialistas, no en vano, sus adversarios le doblaban con creces en esca?os (62 a 26), y la remontada se ve¨ªa imposible.
Arenas supuso un fuerte giro en la orientaci¨®n del partido, del que elimin¨® a los puntales m¨¢s visibles de la vieja guardia de Alianza Popular (AP). Se dedic¨® con denuedo a rebajar la imagen de derecha montaraz que paseaban entonces los suyos, e incorpor¨® un novedoso mensaje andalucista para quitar la exclusividad de la defensa del 28 de febrero a los socialistas. En 1994 consigui¨® quebrar la mayor¨ªa absoluta de Manuel Chaves.
Sin embargo, en la siguiente cita electoral (1996) Arenas derrap¨® y dio al traste con las expectativas de un gobierno de coalici¨®n con el PA, un posible pacto que intentaba tejer el entonces secretario general, Juan Ojeda. Le traicion¨® el exceso de confianza y el efecto reconstituyente que tuvo en el electorado del PSOE la etapa de la pinza con Izquierda Unida, y el coqueteo exhibicionista al que se entreg¨® su coordinador, Luis Carlos Rej¨®n.
Fiel a su legendaria fama de superviviente, continu¨® su carrera en Madrid, y ocup¨® la cartera de Trabajo en el flamante Ejecutivo de Aznar. Desde all¨ª, sigui¨® liderando el PP andaluz hasta que en 1999 sustituy¨® a Francisco ?lvarez Cascos en la secretar¨ªa general del PP nacional. Te¨®fila Mart¨ªnez cogi¨® el relevo tanto en el partido como en la candidatura a la Junta. Montada en la ola de Aznar, logr¨® un resultado hasta entonces in¨¦dito, un 38,5% de los votos y 46 diputados. Pero Arenas segu¨ªa controlando en realidad los hilos de la organizaci¨®n andaluza, que tras las elecciones de 2004 baj¨® porcentaje y esca?os (32,2% y 37 diputados), mientras que Chaves recuperaba la mayor¨ªa absoluta que hab¨ªa dejado atr¨¢s en 1994.
Mariano Rajoy en persona le oblig¨® a volver a Andaluc¨ªa, a pesar de que ¨¦l prefer¨ªa quedarse en Madrid como secretario general o portavoz en el Congreso. Emprende en ese momento una carrera ascendente que al llegar al final, en la v¨ªspera de las elecciones del pasado 25 de marzo, cree la definitiva. En 2008 se queda a menos de 10 puntos del PSOE, y a mitad de la legislatura estalla la crisis econ¨®mica, con lo que se abrieron un amplio abanico de expectativas. Y eso que empez¨® con desgana y modos rutinarios, adem¨¢s de una cansina sensaci¨®n personal de revival, como ¨¦l mismo calific¨® su retorno a la pol¨ªtica andaluza. Se habl¨® mucho entonces del d¨¦j¨¤ vu del duelo con Manuel Chaves y de la repetici¨®n de estrategias y mensajes de los a?os noventa, hasta el punto de autoplagiarse ¡ªy asombrosamente con id¨¦nticas palabras¡ª el golpe de efecto de anunciar una moci¨®n de censura condenada al fracaso por la mayor¨ªa absoluta socialista, de la que se olvid¨® luego.
Suspendi¨® el primer examen en las urnas en las elecciones europeas de 2009, pero los sondeos comienzan a serle favorable en la misma proporci¨®n que avanza la crisis econ¨®mica.
En 2012 la imagen del PP en Andaluc¨ªa ya no tiene que ver nada con la de 1993. El partido se ha modernizado, acortando enormes distancias con el PSOE en los n¨²cleos rurales, y con el s¨®lido respaldo de las ciudades medias y las capitales. Arenas por fin gana, alcanza el 40,6% de los votos y consigue 50 diputados. Sin embargo, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n fragua un pacto con IU y Arenas nunca pisa San Telmo. En la noche de las elecciones, exclama: ¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado¡±. M¨¢s tarde gana tiempo, y matiza que su relevo ser¨ªa a largo plazo. Ayer anuncio su marcha irrevocable. Empieza un cambio de ciclo.
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