Contra los dogmas del gasto en sanidad

Enfrentada a los recortes y al apetito del capital privado, la sanidad p¨²blica se enfrenta seg¨²n el portavoz de la Asociaci¨®n para a Defensa da Sanidade P¨²blica, Manuel Mart¨ªn, a ¡°una tormenta perfecta¡± que amenaza con echar por tierra el sistema p¨²blico construido trabajosamente a partir de los ochenta. La afirmaci¨®n resume la tesis que subyace en el ensayo A sa¨²de como negocio (Laiovento, 2012), obra colectiva de varios m¨¦dicos comprometidos con el sistema p¨²blico que explicita con datos una dura cr¨ªtica a la pol¨ªtica de la Xunta en la materia y a los intereses del PP en los negocios sanitarios.

¡°Se recortan 300 millones de euros y el plan de mejora a la atenci¨®n primaria, se privatiza la gesti¨®n inform¨¢tica, las centrales de compras¡­¡±, bombardea Mart¨ªn al enumerar las tachas que le achaca al Gobierno de Feij¨®o. Uno de los pilares de la cr¨ªtica es el intento de desmontar la idea preconizada por el PP seg¨²n la cual la construcci¨®n de hospitales por el sistema de la colaboraci¨®n p¨²blico-privada es menos gravosa para las arcas p¨²blicas que la contrataci¨®n directa. La ¡°falacia¡± de la transferencia de riesgos al sector privado como garant¨ªa de una mayor eficiencia y transparencia se combate con ejemplos como el del Reino Unido, con sobrecostes de un mill¨®n de libras (1,24 millones de euros) respecto al sistema tradicional, seg¨²n uno de los estudios que se citan.

Los autores no ocultan su rechazo hacia los actuales gestores, a quienes comparan muy desfavorablemente con el bipartito, en el que algunos de ellos estuvieron implicados. El coordinador de la obra, Pablo Vaamonde, fue director general de Asistencia Sanitaria en el Sergas en el primer a?o del Gobierno de coalici¨®n, y el cap¨ªtulo dedicado a la atenci¨®n primaria es obra de Jes¨²s Rey, subdirector de Calidade en el Sergas durante cuatro a?os. La actual conselleira, Roc¨ªo Mosquera, es de las m¨¢s se?aladas por sus relaciones con el grupo propietario de Povisa, uno de cuyos sanatorios dirigi¨® antes de reincorporarse a la Xunta en 2009. ¡°Se prev¨¦n 70 millones para el concierto con Povisa y Silveira, que es su exjefe, la est¨¢ presionado para que lo ampl¨ªe en un 13%¡±, acusa Mar¨ªa Luisa Lores, otra de las autoras, que en el libro enumera los cap¨ªtulos del presupuesto en los que se podr¨ªa rebajar el gasto sin recortar prestaciones. Entre la descoordinaci¨®n de la atenci¨®n primaria, las estancias inadecuadas y los errores en la gesti¨®n del gasto farmac¨¦utico, Lores calcula que se podr¨ªan ahorrar hasta 1.270 millones.

Las apelaciones directas a los intereses creados entre cargos del PP y la sanidad se detiene especialmente en el caso del hospital de Vigo, donde se mencionan el pasado en empresas y compa?¨ªas beneficiadas por el sistema de cargos tan dispares como Manuel Lamela, exconsejero de Sanidad en Madrid cuando se desat¨® la caza de brujas por las supuestas sedaciones incorrectas en el hospital de Legan¨¦s y que dio el salto al ¨¢mbito privado, o los m¨¢s pr¨®ximos Telmo Mart¨ªn y Agust¨ªn Hern¨¢ndez, se?alado este por su paso en su etapa privada por Puentes y Calzadas, una de las empresas que participa en la construcci¨®n del nuevo complejo.

¡°O no se sabe, o no se quiere gestionar bien¡±, concluye Mart¨ªn, que enumera las privatizaciones de servicios adyacentes a la sanidad, desde la central de llamadas del Sergas ¡ªadjudicada a una empresa leonesa que concentra a buena parte de su personal en Per¨² y Colombia pero no emplea a nadie en Galicia¡ª, la plataforma inform¨¢tica, que pondr¨¢ en manos de gestores privados los datos sanitarios de los pacientes, o la central de compras y el llamado Servizo Lox¨ªstico Existencial, que seg¨²n se relata en uno de los cap¨ªtulos implica destinar 98 millones a una actividad que podr¨ªa realizar con sus propios medios el Sergas sin coste adicional.

¡°Est¨¢ lloviendo el dinero sobre el sistema privado¡±, advierten, tras denunciar la ¡°situaci¨®n kafkiana¡± derivada de la pol¨ªtica respecto a las listas de espera hospitalarias, cuya cifra real calculan en torno a las 420.000 personas, el doble que la que marcan las listas oficiales, ¡°que se cierran para evitar que se contabilicen los pacientes¡±.