Santana, el pintor de la sutileza
El artista muestra en una exposici¨®n en la sala Las Cocheras de Huelva el efecto de la luz sobre el agua
El sustantivo sutileza adquiere un sentido especial en las obras de Enrique Santana, porque hay que ser muy sutil para pintar el reflejo de la luz en el agua en una serie de 64 obras y no repetir ni una pincelada. Agua en estado puro, sin una referencia a la que agarrarse. En los ¨®leos de Santana no hay barcos, ni gaviotas, ni faros, solo mar y cielo.
En Tr¨¢nsito de la luz, la muestra que se ha inaugurado hoy viernes en la sala Las Cocheras del Puerto de Huelva, juega con tres elementos ¡°la luz, el mar y la pincelada a lo largo de un d¨ªa¡±, explica Enrique Santana (Lepe, Huelva, 1947) en el montaje de la muestra en una nave portuaria que antes fue almac¨¦n y que desde finales de 2011 se ha convertido en un espacio multifuncional que alberga tanto exposiciones como teatro, m¨²sica o danza.
¡°Los primeros cuadros son amaneceres oscuros. Despu¨¦s va subiendo la luz, el mar se agita y la pincelada se suelta. En el centro de la exposici¨®n aparece esa luz plateada que sigue a las tormentas con un mar embravecido y una pincelada muy expresionista, tanto que uno de los cuadros es como un esquema en blanco y negro. M¨¢s tarde, el mar y la pincelada se contienen. La serie acaba con luz de luna sobre un mar calmado, muy realista¡±, explica el artista, que alterna sus marinas con paisajes de Chicago, ciudad en que reside desde 1991.
Aunque la serie, realizada entre 2002 y 2004, tiene 64 ¨®leos ¡ªentre ellos tres tripticos de 456 x 91 cent¨ªmetros¡ª en Las Cocheras solo se han colgado 46 por necesidades del montaje, un espectacular dise?o del arquitecto C¨¦sar Portela en el que los lienzos cuelgan, a pares, del techo con una iluminaci¨®n especial.
Tr¨¢nsito de la luz naci¨® como un encargo de la Junta en 2001, cuando Santana recibi¨® la Medalla de Oro de Andaluc¨ªa. La exposici¨®n, que comisari¨® Fernando Castro Fl¨®rez, pudo verse en la sala Santa In¨¦s de Sevilla en 2004 y despu¨¦s viaj¨® al Museo del Mar de Vigo y al Chicago Cultural Center, donde se realiz¨® en paralelo con otra de los fondos de Julio Gonz¨¢lez que tiene el IVAM. A partir de la muestra que se inaugur¨® ayer, en esta ocasi¨®n comisariada por el arquitecto Jos¨¦ Ram¨®n Moreno ¡ªquien tambi¨¦n es el autor de la rehabilitaci¨®n de Las Cocheras¡ª, Santana ha hecho un dep¨®sito prorrogable por cinco a?os a la Autoridad Portuaria de Huelva para que las obras permanezcan en su ciudad.
¡°Hemos firmado un convenio seg¨²n el cual las obras se guardar¨¢n entre octubre y febrero, cuando la sala se utiliza para programar espect¨¢culos, y el resto del a?o volver¨¢n a colgarse. La Autoridad Portuaria est¨¢ negociando con otros puertos, entre ellos Santander, Barcelona o Valencia, para que la exposici¨®n pueda viajar a esas ciudades cuando no se est¨¦ exhibiendo aqu¨ª¡±, adelant¨® el artista, quien ha conquistado el mercado norteamericano con sus paisajes urbanos.
¡°Cuando pinto la ciudad tomo bastantes fotograf¨ªas y re¨²no mucha documentaci¨®n; pero cuando hago marinas me libero, me dan soltura y energ¨ªa¡±, comenta el artista, que alterna sus dos grandes temas. Acaba de presentar Atlantic en la Galer¨ªa Chase Yong de Boston y, en 2010, retrat¨® a San Francisco en la Galer¨ªa Caldwell Snyder de la ciudad e hizo lo propio con la Gran Manzana en Approach to Manhattan para la Galer¨ªa George Billis de Nueva York en 2009.
Aunque autodidacto ¡ªes licenciado en Filosof¨ªa y Letras y en Psicolog¨ªa, pero nunca ha pasado por Bellas Artes¡ª, Santana perfeccion¨® su estilo en un curso que imparti¨® Antonio L¨®pez en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid en 1984.
¡°Cuando pinto ciudades siempre me dicen que soy realista, yo creo que en realidad soy m¨¢s rom¨¢ntico en mi planteamiento est¨¦tico, de color y de forma¡±, arguye el artista mirando las grandes olas de sus lienzos, que retratan ¡°las dos aguas¡± con las que convive.
¡°Vivo a la orilla del lago Michigan y lo contemplo todas las ma?anas cuando voy a mi estudio. Empiezo a pintar de memoria pero, a medida que transcurre el d¨ªa, me olvido de lo que he visto y comienzo a rememorar la playa de La Antilla, en Lepe, de donde me march¨¦ con 14 a?os. As¨ª que el resultado es una mezcla del Atl¨¢ntico y del lago. Algunos me dicen que un lago no tiene esas olas pero es que el Michigan parece un mar. Tiene cerca de 58.000 kil¨®metros cuadrados, casi tan grande como Andaluc¨ªa¡±, exagera, pero no mucho, Santana para comparar esa inmensa masa de agua con los 87.200 kil¨®metros cuadrados de Andaluc¨ªa.
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