El necesario di¨¢logo de la izquierda
"La inercia del pasado no puede ocultar que el modelo econ¨®mico exaltado por el PP (aquel ¨¦xito, aquella prosperidad envidiada urbi et orbi) hace aguas por todas partes"
En ocasiones el verdadero drama de una sociedad es la ausencia de alternativas. La ausencia de un proyecto capaz de movilizar energ¨ªas y dise?ar propuestas, de generar un nuevo sentido para el quehacer colectivo. Tal vez los valencianos nos encontramos en un momento as¨ª, entre un pasado caducado, pero que todav¨ªa domina, y la formaci¨®n de una alternativa innovadora que no acaba de definirse y de arrancar. Una alternativa de conjunto, de pa¨ªs, que deber¨ªa servir como catalizador de los esfuerzos individuales, de grupo o locales.
Hasta cierto punto es l¨®gico que sea as¨ª. A poco que miremos atr¨¢s salta a la vista lo correoso de la hegemon¨ªa social y electoral conservadora, aunque hoy es evidente que las bases de esa hegemon¨ªa se derrumban. La inercia del pasado no puede ocultar que el modelo econ¨®mico exaltado por el PP (aquel ¨¦xito, aquella prosperidad envidiada urbi et orbi) hace aguas por todas partes. Un modelo basado en la construcci¨®n y sobre todo en la especulaci¨®n y los grandes acontecimientos, pero que descuidaba todo lo dem¨¢s, que era lo m¨¢s importante, como una industria competitiva, una agricultura avanzada, las industrias culturales, la ense?anza, la investigaci¨®n o la innovaci¨®n. El estallido de la burbuja se ha llevado por delante toda una manera de entender y de gestionar los intereses colectivos. Muchos hab¨ªan avisado de que el desastre llegar¨ªa. Finalmente se ha producido.
La sociedad valenciana se encuentra especialmente desprotegida ante los embates de la crisis. Sin una pol¨ªtica s¨®lida y de consenso, sin visi¨®n de futuro. Acuciada por los d¨¦ficits de tesorer¨ªa y los impagos, a un paso de tener que ser rescatada. Comparte con el conjunto de Espa?a los estragos de una recesi¨®n grav¨ªsima, y de unas pol¨ªticas de austeridad inclementes, pero existe una crisis espec¨ªficamente valenciana a la que hay que hacer frente con decisi¨®n. Habr¨¢ que reinventar, una vez m¨¢s, nuestro tejido productivo, y sentar las bases de una econom¨ªa din¨¢mica y competitiva.
La crisis valenciana es de modelo econ¨®mico y social. Las medidas adoptadas por los gobernantes se perciben como una agresi¨®n a logros colectivos altamente valorados. La p¨¦rdida de un sistema financiero propio viene a sumarse a esa percepci¨®n de estar siendo despojados de algunas cosas importantes, de un patrimonio de todos que nos daba seguridad.
Las medidas adoptadas se perciben como una agresi¨®n a logros colectivos muy valorados
Pero es asimismo una crisis institucional y moral. La corrupci¨®n asociada al ¡°modelo de ¨¦xito¡± lleg¨® a alcanzar cotas intolerables, sustanciadas hoy en numerosos procesos judiciales en curso. El presidente en funciones, Alberto Fabra, no se present¨® a unas elecciones para llegar donde est¨¢, sino que fue designado. Ni defendi¨® ante los electores el programa que aplica. El 20% del grupo parlamentario del PP en las Cortes Valencianas, ?se dice pronto!, est¨¢ imputado en diversas causas por corrupci¨®n. El lastre y las hipotecas de los gestores actuales resultan insoportables.
Por eso es urgente que se abra paso una alternativa. De calado, capaz de generar consensos y de movilizar las energ¨ªas que sin duda laten en nuestra sociedad. Sin ingenuidades ni mimetismos. Una alternativa valenciana. Consciente de las enormes dificultades de una regeneraci¨®n en profundidad del modelo productivo, tarea herc¨²lea en el mundo extremadamente competitivo que nos rodea. Una alternativa viable que cohesione a la sociedad, capaz de dinamizar la econom¨ªa pero tambi¨¦n de aportar seguridad y protecci¨®n social. Que abra espacios de esperanza para las generaciones j¨®venes, que habr¨¢n de protagonizarla. Que no reh¨²ya los problemas cr¨®nicos de cultura, lengua e identidad, sino que los afronte con claridad y valent¨ªa, apostando por los consensos ampliados que funcionan en positivo a favor del valenciano en tantas comarcas y espacios sociales, y que el poder actual desde?a o ataca.
Tarea ardua, sin duda, la elaboraci¨®n y el arraigo de una alternativa, aqu¨ª apenas esbozada. Pero m¨¢s necesaria que nunca. Y como paso previo y con independencia de las formas de su plasmaci¨®n, el di¨¢logo entre fuerzas pol¨ªticas de izquierda y valencianistas (llamadas l¨®gicamente a promover y encabezar dicha alternativa, a partir de su experiencia y propuestas plurales) y los sectores sociales implicados, resulta inexcusable.
Las voces que ya se han alzado ante los primeros pasos del necesario di¨¢logo resultan en verdad c¨®micas. Pero tambi¨¦n reveladoras de una manera de pensar, propia de quienes se creen due?os absolutos y exclusivos de Valencia y lo valenciano. Anida aqu¨ª una intolerancia harto conocida. Pero a estas alturas, no ser¨¢n los infundios nacidos de la impotencia de quien se sabe, en el fondo, periclitado y corresponsable de un enorme fiasco, los que frustren lo que se presenta como una necesidad social de primera magnitud.
Hablar, dialogar, para entendernos, aportar ideas, dar esperanza y preparar el futuro inmediato. Eso espera un segmento amplio y creciente de la sociedad valenciana. De ah¨ª la especial significaci¨®n del encuentro de ma?ana martes en el Aula Magna de la Universitat de Valencia, organizado por Valencians pel Canvi (http://valencianspelcanvi.net), con los l¨ªderes de las principales formaciones de la izquierda.
Gustau Mu?oz es miembro del Consell Directiu de Valencians pel Canvi.
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