Escenas de extremismo musical
El documental ¡®Escuros, roncos e compasados¡¯ repasa la historia del ¡®death metal¡¯, derivado acelerado y gutural del ¡®heavy¡¯, en la Galicia de los noventa
Existen determinadas genealog¨ªas musicales cuya evoluci¨®n consiste en una aceleraci¨®n r¨ªtmica constante. La secuencia aproximada pub rock / punk / hardcore / grindcore es una de ellas. Otra posible arranca en el hard rock, pasa por el heavy metal y llega, tras dejar atr¨¢s el thrash metal, a un nuevo estadio met¨¢lico: el death metal. Velocidad desaforada, voces de ultratumba, l¨ªrica macabra y punteos de ida y vuelta por el m¨¢stil de la guitarra definen un subg¨¦nero sintetizado, a mediados de los ochenta en los Estados Unidos, por m¨²sicos de extracci¨®n trabajadora. El documental Escuros, roncos e compasados, que se estrena este viernes a las nueve de la noche en el Auditorio de Galicia de Santiago, aborda esa escena. Pero lo hace con una particular ¨®ptica geogr¨¢fica, la que retrata su trasposici¨®n a la comunidad gallega durante la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX.
¡°Los grupos que empezaron con el death metal en Galicia, a partir de un thrash metal endurecido, surgieron hacia el a?o 1989 o 1990¡±, recuerda Luis E. Froiz (Santiago, 1985), junto a Carlos Pensado (Camari?as, 1977) codirector de la pel¨ªcula. Con A Coru?a y Ourense como v¨®rtices de la colectividad, dos bandas con base en esas ciudades funcionaron como pioneras, S.O.K. y Detestor. Casi en tiempo real. Como cualquier otro salto cualitativo en la historia musical, el death no apareci¨® de la nada. Ni de repente. ¡°No es un estilo que nazca de pronto¡±, explica Froiz, ¡°sino que evoluciona directamente desde el sonido de bandas como Slayer o Possessed. Y eso era lo que escuchaban tambi¨¦n los m¨²sicos gallegos en aquella ¨¦poca¡±.
Cantada en ingl¨¦s ¡ªsolo los todav¨ªa en activo Wisdom, de A Coru?a, han utilizado el gallego¡ª, la literatura de esta variante de una de las m¨¢s duras de entre las m¨²sicas duras apela a la violencia, ¡°a veces de tipo gore¡±, o a la religi¨®n. ¡°Con un punto de vista anticat¨®lico, incluso satanista¡±, puntualiza el cineasta. Ya la piedra fundacional de la etiqueta, el disco Scream Bloody Gore (1987) de los significativamente llamados Death ¡ªasentados en Florida¡ª, lo expresaba en canciones como Baptized in blood, Sacrificial, Infernal death o Evil dead. Pero igualmente se vale de una mirada social y cr¨ªtica con lo existente. Si el heavy metal, popular¨ªsimo en su acepci¨®n brit¨¢nica, formaba parte de cierta cultura obrera, el death metal tampoco se benefici¨® del ascensor social.
El subg¨¦nero aparece aqu¨ª al poco tiempo de su nacimiento
¡°Es un movimiento, tambi¨¦n en Galicia, m¨¢s cercano a la clase baja que a la alta¡±, afirma Luis Froiz, ¡°gente muy sencilla que busca sus propios medios para salir adelante¡±. Y en los noventa esos medios no inclu¨ªan ni la grabaci¨®n digital, ni el acceso a esa memoria universal del sonido fonogr¨¢fico que es Internet, ni la distribuci¨®n no f¨ªsica de los discos. Fanzines, oficinas de correos, cassettes duplicadas, vertebraban una escena, la del death metal galaico, que si se identific¨® por algo fue por sus dificultades para exportarse. ¡°Tal vez la movida y sus grupos consiguieron salir¡±, dice, ¡°pero la m¨²sica gallega siempre ha tenido dificultades para ir fuera. Algo tan underground como el death metal tuvo, y tiene, el mismo problema¡±.
Por lo dem¨¢s, el nivel no difer¨ªa del de otros lugares. O eso opinan los autores de Escuros, roncos e compasados al hablar de bandas como los pontevedreses Absorbed ¡ª¡°tremendamente t¨¦cnicos¡±¡ª o Dismal y los ourensanos Unnatural. Los tres compartieron elep¨¦ en 1994, la joya del death gallego: Avowals. ¡°Aqu¨ª, la m¨²sica ha seguido la misma estela que en otras escenas del mundo, pero con los obst¨¢culos habituales de hacer m¨²sica aqu¨ª¡±, expone Froiz, ¡°porque el death metal es algo que no da dinero, montar bolos resulta complicado... Pr¨¢cticamente solo hay grupos profesionales en Estados Unidos¡±.
Con voluntad de hacer emerger esta corriente subterr¨¢nea, el filme de Froiz y Pensado tambi¨¦n quiere servir de archivo. ¡°Como piensa Carlos, es un homenaje a todos esos grupos y, a la vez, una manera de recuperar toda esa informaci¨®n¡±, relata. Pero esta oscura casilla de los extremismos musicales, a?ade, contin¨²a activa. Como eslabones de una cadena ¡ªa veces literal, con miembros que cambian de formaci¨®n, a veces figurada¡ª, Vermis Antecessor, Scent of Death, Defaced, Ephimeral u Osmosis. ¡°Este es un tipo de m¨²sica que nunca va a morir¡±, concluye, con cierta solemnidad, Froiz, ¡°porque la gente no la hace por razones econ¨®micas, sino por amor¡±.
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