Zorro Zoido
Una cuesti¨®n que plantea el ascenso a dedazo limpio de Zoido es qu¨¦ pintan los militantes del PP en la elecci¨®n de sus dirigentes
Parec¨ªa una mosquita muerta y ha resultado ser un zorro. ?O no? ?O es todo un montaje?
El ascenso de Juan Ignacio Zoido a la presidencia del PP andaluz es ya un hecho. No hace falta que lo apruebe el congreso del partido que se celebra la pr¨®xima semana en Granada. En el PP no son precisas esas cosas: sobra con un dedo. La cuesti¨®n es: ?Qu¨¦ dedo ha designado a Zoido?
Tras la fulminante, y a¨²n no aclarada del todo, segunda huida de Javier Arenas a Madrid, no queda claro qui¨¦n es el verdadero mentor de Zoido. Si es uno o es trino. Misterio comparable a la trinidad del dios cristiano, que narra la Biblia. Libro tan caro al nuevo l¨ªder de los populares andaluces. Aunque, ?l¨ªder? De momento, dirigente, y ya veremos c¨®mo resulta su dirigencia. El liderazgo se gana a pulso, no a dedo.
?Ha sido Javier Arenas quien eligi¨® a Zoido como su sucesor? Trabaron amistad al poco del triunfo de otro designado a dedo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en 1996. Arenas era ministro y Zoido director general. M¨¢s tarde, Arenas lo nombrar¨ªa secretario general del partido y despu¨¦s candidato a la alcald¨ªa de Sevilla. Zoido le debe mucho al dedo de Arenas, quien ha dejado entrever que ha sido su ap¨¦ndice el que obr¨® el ¨²ltimo milagro: elevarlo a la presidencia del partido.
Lo mismo que deja traslucir Mar¨ªa Dolores de Cospedal, la poderosa secretaria general recelosa de que un Arenas rebotado intente robarle protagonismo en Madrid.
Cospedal y Zoido se exhibieron por las calles de Sevilla durante la pasada Semana Santa. Sin Arenas. Compartieron balc¨®n en la bas¨ªlica de la Macarena, lugar de peregrinaci¨®n habitual de Zoido. All¨ª celebr¨® su primera actividad p¨²blica como alcalde electo. Seg¨²n esta versi¨®n, ha sido Cospedal la que impone a Zoido. Es una manera de mantener vigilado a distancia el importante feudo andaluz y de cortocircuitar a Arenas.
La tercera versi¨®n mantiene que ha sido el mism¨ªsimo Rajoy quien ha apuntado su dedo hacia el alcalde sevillano. El presidente del Gobierno estuvo en la toma de posesi¨®n del alcalde el pasado a?o y esta misma semana escapaba de sus responsabilidades europeas para reforzar la figura de Zoido en Sevilla. Por cierto: esas responsabilidades fueron calificadas por el presidente desde Kiev, la noche del triunfo de la selecci¨®n espa?ola, como ¡°mis l¨ªos europeos¡±. Memorable.
Otra cuesti¨®n que plantea el ascenso a dedazo limpio de Zoido es qu¨¦ pintan los militantes del PP en la elecci¨®n de sus dirigentes. De qu¨¦ servir¨¢ el congreso de Granada. Porque el dedo sigue funcionando: ahora es Zoido quien se?ala con el suyo a su n¨²mero dos. Jos¨¦ Luis Sanz, alcalde de Tomares, ser¨¢ el secretario general. Otro sevillano, para que sufran en la Andaluc¨ªa oriental. ?Ol¨¦ la democracia interna del PP!
Tras la ascensi¨®n de Zoido, algunos dirigentes andaluces del PP mostraron cierto descontento/desconcierto. Sin pasarse. El alcalde de M¨¢laga, Francisco de la Torre, se atrevi¨® a ir m¨¢s lejos que nadie. Para se?alar una obviedad: que Zoido ¡°est¨¢ un poco saturado de trabajo¡±. Y tanto. Adem¨¢s de alcalde de la capital andaluza, lo que conlleva la presidencia de varias empresas municipales, es diputado auton¨®mico y presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP).
Antes de que comentarios de ese tipo aumentaran, Arenas puso firmes a los dirigentes provinciales. A partir de ah¨ª, asistimos a un rosario de alabanzas que, en circunstancias normales, har¨ªan sonrojar a sus protagonistas. Incluida Esperanza O?a, una damnificada por el dedazo que design¨® al exjuez. Pero as¨ª es la pol¨ªtica. Si quieres sobrevivir, tienes que tragarte muchos sapos.
Quiz¨¢ haya sido Ricardo Tarno, presidente de la comisi¨®n organizadora del congreso, quien ha dado en el clavo al definir a Zoido: ¡°Es un experto en mantener equilibrios¡±.
O sea, un zorro que ha jugado a tres bandas. En un corral en el que dos gallos peleaban a muerte, mientras el gallero dormitaba en los jardines de La Moncloa.
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