El nacionalismo peina Bizkaia
EH Bildu centrar¨¢ su esfuerzo electoral para las auton¨®micas en el tradicional caladero de votos del PNV P Urkullu y Mintegi reflejan la apuesta por el territorio
No solo es el territorio m¨¢s poblado de Euskadi, sino tambi¨¦n el anhelo de las dos formaciones que se perfilan para liderar el pr¨®ximo Gobierno vasco. PNV y EH Bildu han puesto sus respectivas miras en Bizkaia, donde parecen dispuestas a escenificar la confrontaci¨®n que desde meses atr¨¢s se vaticina por la hegemon¨ªa nacionalista. Aunque el escenario se inclina hacia los peneuvistas en su tradicional caladero, la coalici¨®n abertzale conf¨ªa en arrebatar el pu?ado de votos necesario para sumar los parlamentarios con los que optar a comandar el futuro Ejecutivo. A menos de un a?o ya de unas elecciones auton¨®micas sin fecha concreta todav¨ªa, la batalla pol¨ªtica est¨¢ servida.
Un escenario no tan dispar
Han cambiado varias cosas. Entre otras, la percepci¨®n generalizada de que el nuevo tiempo de paz abierto en Euskadi es, al fin, definitivo. Sin embargo, el escenario pol¨ªtico no es tan diferente del de hace casi tres lustros. El 16 de septiembre de 1998, ETA declar¨® una tregua que se prolong¨® durante algo m¨¢s de un a?o. En Madrid gobernaba el PP de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y la izquierda abertzale estaba en el Parlamento vasco. Por entonces, como Euskal Herritarrok.
Aquel mismo a?o se celebraron en Euskadi unas elecciones auton¨®micas en las que el PNV gan¨® con una holgada mayor¨ªa. Sobre todo, en Bizkaia (ver gr¨¢fico). Lo hizo casi con tantos votos como PP y PSE juntos, en lo que fue solo el preludio de lo que ocurrir¨ªa tres a?os m¨¢s tarde. Resultaba dif¨ªcil imaginar por entonces un Ejecutivo ajeno a los nacionalistas. Sin el reciente rechazo expreso de la violencia, la izquierda abertzale ten¨ªa muy limitado su respaldo social y no era rival en las urnas.
Lo llamativo es que aquella sinton¨ªa entre socialistas y populares vascos forj¨® la unidad nacionalista, aunque en un sentido inverso al actual. Durante las elecciones municipales y auton¨®micas comprendidas entre 1999 y 2005, con una Euskadi dividida en dos bandos pol¨ªticos, el PNV concurri¨® a las urnas en coalici¨®n con EA. Fue cuando obtuvo sus mejores resultados, rayando incluso el 44% de los votos emitidos en Bizkaia. La escisi¨®n peneuvista se alejar¨ªa despu¨¦s de su matriz hasta acabar impulsando la unidad soberanista que hoy puja por la hegemon¨ªa.
Aunque con los mismos protagonistas, el escenario actual apunta hacia un horizonte distinto, dado que los pactos postelectorales se antojan necesarios para poder gobernar. Y es ah¨ª donde el abanico de posibilidades se abre entre las cuatro grandes sensibilidades, lejos de la antigua bipolaridad.
Peneuvistas y abertzales afrontan unos comicios que en ambos casos consideran decisivos de cara a su porvenir. Los primeros, porque necesitan recuperar el Gobierno perdido en 2009 para consolidar la imagen de eje de la pol¨ªtica vasca que siempre han reclamado y pretenden mantener, pese a su retroceso institucional. La coalici¨®n, en cambio, porque se cree capaz, por primera vez, de comandar un Ejecutivo aut¨®nomo antes inaccesible. La uni¨®n de fuerzas soberanistas y el rechazo de la violencia le han reportado un respaldo electoral desconocido y que ya le ha permitido gobernar, como hito hist¨®rico, la Diputaci¨®n de la provincia con un perfil m¨¢s independentista: Gipuzkoa.
Es Bizkaia, sin embargo, el territorio que se presenta como llave de Ajuria Enea para unos y otros. As¨ª lo han evidenciado con la propia designaci¨®n de sus candidatos a lehendakari. La presentaci¨®n p¨²blica de Laura Mintegi ha desentra?ado esta semana la inc¨®gnita que pesaba sobre la identidad del aspirante abertzale. Aunque navarra de nacimiento, es vizca¨ªna de adopci¨®n, una condici¨®n que no ha sido balad¨ª en su nombramiento, seg¨²n reconocen desde la propia formaci¨®n. En EH Bildu son conscientes de que el territorio m¨¢s poblado y basti¨®n del PNV ser¨¢ clave en el devenir de las auton¨®micas, por lo que no han querido dejar cabos sueltos. ¡°Cada detalle cuenta¡±.
El caso peneuvista es a¨²n m¨¢s significativo. Para presentar como candidato a I?igo Urkullu, presidente del partido en la actualidad, la centenaria formaci¨®n ha tenido que desempolvar incluso los estatutos para revisarlos. Su elecci¨®n como lehendakari, no en vano, remitir¨ªa a la tradicional bicefalia y conllevar¨ªa el reinicio del proceso interno para elegir a un nuevo l¨ªder org¨¢nico. Un reto que no se antoja sencillo, ya que podr¨ªa reabrir las heridas entre el sector oficial y el soberanista, pero al que parecen dispuestos en Sabin Etxea con tal de presentar en los comicios al que consideran su mejor aspirante. A un vizca¨ªno que simboliza la firmeza del PNV en su territorio m¨¢s fiel.
La coalici¨®n aspira a ganar terreno y un parlamentario que puede ser clave
La batalla, pese a todo, no se ci?e al primer plano. Tanto la l¨®gica como los sondeos apuntan a un claro triunfo peneuvista en Bizkaia. Los nacionalistas casi doblar¨ªan los votos de EH Bildu, seg¨²n las distintas encuestas. La ¨²ltima que se ha conocido ha sido el Euskobarometro, que otorga un 38% de los votos al PNV y apenas un 22% a la coalici¨®n. Conscientes de la imposibilidad de ganar en el territorio, los soberanistas conf¨ªan en reducir al menos la distancia con las miras puestas en el conjunto de Euskadi. Cada parlamentario cuenta. Las previsiones apuntan a que la lista encabezada por Urkullu podr¨ªa lograr diez representantes vizca¨ªnos en la C¨¢mara vasca, mientras que la de Mintegi se quedar¨ªa en seis.
La coalici¨®n ha analizado sus posibilidades en cada municipio
Consecuentes con la igualdad que se presume en el conjunto de la comunidad aut¨®noma, alcanzar el s¨¦ptimo esca?o por Bizkaia es una de las metas prioritarias que se ha marcado EH Bildu. Un reto para el que se ha proyectado la candidatura de Mintegi. Abertzale de sentimiento, aunque con un perfil m¨¢s acad¨¦mico que pol¨ªtico, la candidata de la coalici¨®n emerge como alternativa para el voto desencantado con la situaci¨®n econ¨®mica y la gesti¨®n de los grandes partidos, cuyo n¨²mero puede ser elevado en la provincia con mayor poblaci¨®n y m¨¢s azotada por el paro. Asumida la fidelidad del propio electorado, en esta estrategia de la coalici¨®n se enmarcan las declaraciones aperturistas de la aspirante, como la que cuestion¨®, en su primera entrevista en directo, la idoneidad de Arnaldo Otegi como hipot¨¦tico lehendakari.
Las previsiones apuntan a un claro triunfo peneuvista en Bizkaia
En la b¨²squeda de su objetivo, la coalici¨®n que integran Sortu, Aralar, EA y Alternatiba parece dispuesta a echar el resto, como demuestra el completo informe de m¨¢s de 30 p¨¢ginas que ha elaborado sobre la perspectiva electoral en el conjunto de Bizkaia. El estudio analiza la situaci¨®n por municipios, perfil social, profesiones e incluso franjas de edad, con la pretensi¨®n de determinar los puntos a esgrimir en el futuro programa de la coalici¨®n y los posibles caladeros de votos con los que restar peso al PNV. La demarcaci¨®n del Gran Bilbao, en la que se aglutina m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n vasca, se perfila como el principal escenario de batalla.
La Margen Izquierda, de tradici¨®n obrera y progresista, se presenta como una comarca jugosa para ganar electorado tras la apuesta exclusiva por las v¨ªas pol¨ªticas. Sin embargo, ser¨¢ en otros puntos del mapa vizca¨ªno, de tradici¨®n m¨¢s peneuvista, donde EH Bildu redoblar¨¢ sus esfuerzos con un doble objetivo: incrementar su representaci¨®n y menguar, de paso, la del enemigo nacionalista. El eterno rival a batir.
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