El m¨²sico Pedro Granell prepara el debut de su nuevo proyecto

Su nombre se lo deben a uno de los poqu¨ªsimos cuentos de amor de Borges, casi el ¨²nico que se le escap¨® al argentino, pero la culpa de que Ulrica tenga a estas alturas material suficiente para grabar su debut tras el verano es, probablemente, de Lois Pereiro. Pedro Granell, Iago Alvite y Samuel P¨¦rez iban a ponerle m¨²sica a los poemas del monfortino, la idea se qued¨® en la incubadora casi ocho a?os y en 2011, por fin, la retomaron para un disco de tributo que tampoco lleg¨® a cuajar. Ahora ya da igual. El hilo suelto se titula Epitafio y adapta los versos lapidarios que cierran Poes¨ªa ¨²ltima de amor e enfermidade. Granell pone la garganta y la guitarra, Alvite el bajo y P¨¦rez se ocupa de la bater¨ªa. Es uno de los cuatro temas que ya se pueden escuchar en ulrica.bandcamp.com.

Ulrica es tambi¨¦n el regreso de Pedro Granell. Tras liderar los ya m¨ªticos Eskizos en la bisagra entre los ochenta y los noventa, migrar luego a Kozmic Muffin y reaparecer fugazmente en solitario con Sils-Mar¨ªa (2004), el coru?¨¦s mand¨® parar. ¡°Estaba hasta las narices, as¨ª que lo dej¨¦ y me fui a Madrid a doctorarme en Filosof¨ªa¡±, recuerda ahora. ¡°Una d¨¦cada renegando de todo esto sin saber por qu¨¦ para acabar d¨¢ndome cuenta, a los 39 a?os, de que lo m¨ªo es la m¨²sica y no la filosof¨ªa¡±.

Elep¨¦ en oto?o

Adem¨¢s de Epitafio, en la red han colgado otras tres canciones que grabaron con Arturo Vaquero en su estudio de Abrigueiro (Lugo). Rain or Shine, Wild Roses y As¨ª (sub specie aeternitatis) insin¨²an lo que el directo corrobora: que tratan de desbrozar un improbable sendero entre la sencillez de una melod¨ªa en la guitarra ac¨²stica y el pantanoso laberinto del rock experimental, oscuro, ruidista y a ratos progresivo.

Dicho a su manera, algo entre Bill Callahan y Einst¨¹rzende Neubauten. ¡°Ulrica es un proyecto a largo plazo, habr¨¢ tiempo para investigar¡±, avisa Granell. ¡°Lo urgente es darle salida a este material, con el que hemos estado encerrados un a?o y medio, para pasar a otra cosa¡±. Si el bolsillo o los mecenas lo permiten, en oto?o habr¨¢ elep¨¦, bien por su cuenta, bien con un sello convencional. Y si no, se conformar¨¢n con un maxi. El caso es grabar. ¡°Hoy un disco es como una carta de presentaci¨®n o una operaci¨®n de marketing: no se vende, pero es necesario¡±, sentencia.